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2.143
Animación. Fantástico. Aventuras
En el futuro, el mundo ha sufrido grandes cambios. Una edad de hielo amenaza al planeta. La humanidad se ha refugiado en los volcanes para enfrentarse al despiadado frío. Pero los glaciares que avanzan no son un fenómeno natural. Son el arma y la casa de Nekron, el Señor de Hielo, y de sus infrahumanos. Son enemigos del buen Rey Jarol, que vive en las tierras cálidas de los volcanes, en la fortaleza Fire Keep. El volcán y el glaciar, el ... [+]
6 de octubre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lograda película de animación del maestro Ralph Bakshi (“El señor de los anillos”, 1978) que sigue la estela del cine de espada y brujería que consagró John Millius apenas un año antes con su excepcional “Conan el Bárbaro” (1982).
“Tygra, hielo y fuego” es un compendio de tópicos del género de fantasía épica y del cómic para adultos. Se ambienta en un tiempo lejano y desconocido, en un mundo gobernado por Nekron, un rey malvado y poderoso que controla los hielos y los hace avanzar congelando la tierra a su paso. Haciéndole frente está el rey Jarol, señor del fuego, que gobierna un bastión asentado en las tierras de los volcanes. Hielo y fuego frente a frente, y entre medias la hija de Jarol, Tygra, secuestrada por los esbirros de Nekron.
El filme se centra en ese secuestro, en el camino de regreso a la fortaleza de Nekron con Tygra. En alguno de los momentos en los que consigue escapar de sus captores, se encuentra con un joven de cabellos rubios que quiere vengarse de lo que Nekron ha hecho a su pueblo, por lo que sus caminos se unen. Ella es voluptuosa y se pasa toda la película en cueros, y él es una especie de He-Man de melena rubia, pero en ningún momento se meten mano para disgusto del público al que parece ir destinada la cinta. Bakshi no se arriesga y hace lo que Roger Vadim con Jane Fonda en “Barbarella” (1968): poner la miel en los labios y dejar al respetable con el calentón.
Lo que más llama la atención es lo de siempre en la obra de Bakshi: la excelente técnica de animación. Utilizando imagen real con dibujo animado, consigue movimientos fluidos y un realismo espectacular en los trazos que aún hoy, con la perfección de la animación digital, sigue sorprendiendo. Además, sabe dar también el ambiente adecuado a las historias épicas que narra, lo que ya demostró en su mejor filme: “El señor de los anillos” (1978).
Lástima que Bakshi haya sido tan tremendamente conservador y no se haya saltado ni un solo arquetipo, ni en personajes ni en guion, por lo que “Tygra, hielo y fuego” es terriblemente predecible. Aun así, no deja de ser recomendable su visionado para cualquier seguidor de la fantasía épica, y como curiosidad animada para el resto.
“Tygra, hielo y fuego” es un compendio de tópicos del género de fantasía épica y del cómic para adultos. Se ambienta en un tiempo lejano y desconocido, en un mundo gobernado por Nekron, un rey malvado y poderoso que controla los hielos y los hace avanzar congelando la tierra a su paso. Haciéndole frente está el rey Jarol, señor del fuego, que gobierna un bastión asentado en las tierras de los volcanes. Hielo y fuego frente a frente, y entre medias la hija de Jarol, Tygra, secuestrada por los esbirros de Nekron.
El filme se centra en ese secuestro, en el camino de regreso a la fortaleza de Nekron con Tygra. En alguno de los momentos en los que consigue escapar de sus captores, se encuentra con un joven de cabellos rubios que quiere vengarse de lo que Nekron ha hecho a su pueblo, por lo que sus caminos se unen. Ella es voluptuosa y se pasa toda la película en cueros, y él es una especie de He-Man de melena rubia, pero en ningún momento se meten mano para disgusto del público al que parece ir destinada la cinta. Bakshi no se arriesga y hace lo que Roger Vadim con Jane Fonda en “Barbarella” (1968): poner la miel en los labios y dejar al respetable con el calentón.
Lo que más llama la atención es lo de siempre en la obra de Bakshi: la excelente técnica de animación. Utilizando imagen real con dibujo animado, consigue movimientos fluidos y un realismo espectacular en los trazos que aún hoy, con la perfección de la animación digital, sigue sorprendiendo. Además, sabe dar también el ambiente adecuado a las historias épicas que narra, lo que ya demostró en su mejor filme: “El señor de los anillos” (1978).
Lástima que Bakshi haya sido tan tremendamente conservador y no se haya saltado ni un solo arquetipo, ni en personajes ni en guion, por lo que “Tygra, hielo y fuego” es terriblemente predecible. Aun así, no deja de ser recomendable su visionado para cualquier seguidor de la fantasía épica, y como curiosidad animada para el resto.
