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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
6
Aventuras. Drama Siglo II d.C. Un legionario romano, Marcus Aquila (Channing Tatum), y su esclavo celta Esca (Jamie Bell) emprenden la búsqueda de la Legión Novena, una compañía romana que desapareció veinte años atrás en alguna parte del Norte de Escocia y a cuyo frente se encontraba un general que era el padre de Marcus. (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El péplum, o el cine de romanos, ha dado grandes superproducciones a lo largo de su historia. Títulos tan mastodónticos como “Quo Vadis” (1951), “Ben-Hur” (1959), o la más reciente “Gladiator” (2000), resuenan en nuestras cabezas inevitablemente cuando comenzamos a ver “La legión del águila”, sin ser conscientes de que no se pueden comparar películas aunque sean del mismo género. El filme de Kevin Macdonald se encuentra a años-luz de cualquiera de las obras anteriores, pero no por ello tiene que ser forzosamente peor, tan sólo diferente.

Y es diferente por el mismo planteamiento del filme. Mientras que lo magno y épico campan por cada fotograma de los tres ejemplos anteriores, la cinta de Macdonald ofrece una historia más puntual, más enfocada a los avatares de un hecho concreto y, a primera vista, muy simple: la odisea de un legionario (Channing Tatum) que decide ir, acompañado de un esclavo britano (Jamie Bell), más allá del Muro de Adriano, la frontera que separa el imperio romano del Norte de las tribus britanas, para buscar el símbolo que perdió su padre con la desaparecida Novena Legión.

Esta aventura supone un hecho importante pero muy puntual; aquí no se decide el destino de un imperio en una megabatalla de ejércitos con innumerables soldados, sino que se busca la consecución de dos objetivos: averiguar cómo murió el padre del aguerrido legionario, y el rescate del águila dorada que custodiaba, verdadera pieza sagrada que simboliza el poder de Roma y por la que tantos hombres han dado la vida.

En todos los aspectos, el filme se acerca más a “El último mohicano” (1992) que a “Gladiator” (2000). La búsqueda desesperada del legionario y su esclavo no está exenta de épica, y las batallas se suceden muy dosificadas pero acertadas y bien ejecutadas. En cuanto a escenografía y fotografía, el filme se enriquece sobremanera con los planos exteriores y una paleta de colores variada y vistosa, lo que hace que la película mantenga un buen formato durante todo su metraje.

Sus carencias son muchas y la principal de ellas radica en la poca emoción que despide el relato. La cinta va pasando, los personajes avanzan, los hechos se suceden, pero en ningún momento se consigue esa comunión con el espectador tan necesaria. Es una obra para disfrutar de su aspecto visual y de su espíritu de cine de aventuras añejo sin que en ningún momento penetre en el alma y se quede en el recuerdo.

Para disfrutar sin quebraderos de cabeza.
Richy
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