El primer capítulo puede parecer lento, pero en realidad va tejiendo poco a poco una telaraña narrativa que te atrapa y no puedes dejar de ver. La historia es sobrecogedora y el director consigue crear una atmósfera oscura, con primeros planos muy bien utilizados, digna de mención. Amy Adams (Camille Preaker) realiza un trabajo magnífico y consigue que aunque la vida de su personaje no se parezca nada a la de cualquiera de nosotros te llegues a identificar con la vulnerabilidad y necesidad de cariño que todos sentimos en algunos momentos. Por su parte, la interpretación de Patricia Clarkson (Adora Crellin) es excelente y Eliza Scalen (Amma Crellin) me parece el gran descubrimiento de esta miniserie; impresiona como interpreta lo que podríamos llamar dos papeles en uno: la joven obediente y la rebelde.

Conclusión: si eres amante de las series de calidad, tienes que verla, la vas a disfrutar.