Es una película, es cierto, y por lo tanto sus creadores tienen el derecho de tomarse todas las libertades artísticas que quieran, pero también es cierto que podrían haberse acercado a la figura de Lola Flores con un poco más de respeto, respeto no hacía su vida privada, sino respeto hacía su arte, porque a fin de cuentas Lola Flores se hizo famosa por ser un torbellino en los escenarios no por sus escarceos amoroso, que los tuvo, y probablemente más de los que llegan a aparecer en la película. La película empieza bien, hay que reconocerlo, pero en el momento en el que se deja de lado la vida profesional de Lola en favor de disputas y líos amorosos, la película naúfraga, almenos para mí que estaba más interesado en ver su ascenso al estrellato que no sus líos de faldas. Una lástima ya que se podría haber sacado mucho de la estancia de Lola en México y sobretodo de su amistad con Carmen Sevilla. Una lastima porqué podría haber sido una buena película. Por decir algo bueno, me uno al coro de alabanzas hacía Gala Évora que está fantástica, y destacaría el vestuario, maquillaje y los decorados.