Durante los próximos diez minutos voy a advertiros de lo que he sido capaz de aguantar viendo algo semejante. Parece que se han puesto de acuerdo en darnos una buena sesión de inaguantables producciones este año 2010 salvo algunas excepciones, porque con Resident Evil 4 vuelve a ocurrir lo mísmo y más que nunca con el aprovechamiento del 3D para tomarnos el pelo por penúltima vez. La verdad que no sé en qué estaría pensando Paul W.S Anderson para traernos en lo nuevo de Resident Evil una cosa tan aborrecible como lo es su cuarta entrega.

Alice, la protagonista indiscutible de esta saga que ha caído en picado gracias a éste último capítulo, hace lo que más le gusta, seguir con su asumible destrucción de seres monstruosos que ya se han apoderado de casi todo el planeta. Con la ayuda de unos cuantos supervivientes no solo se encargará de mantener a raya a los cuatro zombies de siempre sino que detrás de todo se encuentra una tapadera que tendrá que desmantelar para acabar con todo el plantel.

Con un comienzo esperanzador lejos de lo que habíamos presenciado hasta la fecha en las anteriores cintas, se nos presenta una estética no muy distinta pero más esclarecedora siempre contando con lo esperado. De repente se cae en un bajo originalismo total que a partir de ese momento solo queda esperar a que la película no se transforme en más de lo visto anteriormente, pero para nuestro agrado no acaba siendo así. Resident Evil sigue de alguna forma a los evidentes desperfectos de una obra que solo aprovecha sus presumibles pero abusadores efectos especiales con una cámara tomada por el director ralentizando cada secuencia de acción. Cabe destacar las composiciones musicales si se es lo suficiente optimista como para arrancar algo bueno del filme. El director se sumerge y nos adentra en tal berenjenal del que no sabemos si bostezar, salir de la sala o reclamar que nos devuelvan el dinero de la entrada.

Viendo la calidad de tal cinta, sus actores poco tienen que hacer, simplemente coger una pistola y liarse a tiros con todo lo que se mueva. Milla Jovovich está como siempre buscando ayuda en Ali Larter que no sale de la corrección al igual que Wentworth Miller. Las principales caras se quedan hasta el final para deleite de sus fans, mientras que los demás solo muestran diálogos corrientes para una película de estas características y una actuación fugaz y limitada.