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España España · Madrid
Voto de MigueL:
8
Drama Adaptación de un libro de John Carlin (Playing the enemy). En 1990, tras ser puesto en libertad, Nelson Mandela (Morgan Freeman) llega a la Presidencia de su país y decreta la abolición del "Apartheid". Su objetivo era llevar a cabo una política de reconciliación entre la mayoría negra y la minoría blanca. En 1995, la celebración en Sudáfrica de la Copa Mundial de Rugby fue el instrumento utilizado por el líder negro para construir la unidad nacional. (FILMAFFINITY) [+]
5 de septiembre de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del gran trabajo proyectado en Gran Torino, Clint Eastwood anunció que se apartaría de la interpretación para involucrarse más de lleno en sus próximos proyectos, uno de ellos, Invictus, una película que determina uno de los hechos más importantes de nuestra historia. Anunciada comercialmente al estilo de filmes épicos, Invictus prometía colarse en el salón de las grandes superproducciones del cine. Con un reparto prometedor y director de renombre, Invictus se queda a medio camino para llegar a ser una cinta sumamente completa.

Su historia trata sobre el personaje de Nelson Mandela en cuestión a otros sucesos. Tras ser liberado de su encarcelamiento, Mandela es nombrado presidente de Sudáfrica, a partir de ahi se propone realizar una serie de gestiones para que todo el racismo que se mueve entre las razas de color y los blancos cambie. Como pretexto toma la iniciativa e idea un plan ante los preparativos del mundial de Rugby.

Con ramalazos dramáticos, Eastwood detrás de la cámara satisface al espectador al mostrar el personaje de Nelson Mandela el mayor tiempo posible en toda la película, asi podemos hacernos una idea de la responsabilidad que tuvo este personaje en aquella época. El racismo y la incomprensibilidad de las personas no contiene toda esa profundidad que intenta mantener, solo en algunas imágenes se puede observar dicho contenido. Lo que la película intenta trasladar es su ambiciosa inspiración, la inspiración y energía que absorve el personaje de Matt Damon del propio Mandela. Sin embargo, los hechos se suceden demasiado rápidos y al parecer Eastwood da más protagonismo a las fases eliminatoras de los partidos de Rugby que al trabajo del que se encarga el presidente de Sudáfrica. Las secuencias y los sentimientos de cada acción están logrados, pero al transcurrir todo tan deprisa en cuestión de minutos, el filme resta importancia a cada acto anteriormente. Su música es lo que más inspirador puede llegar a ser, en especial la canción central. También su técnica en las secuencias de mayor movimiento están bien depuradas.

En cuanto a los personajes, Morgan Freeman está acostumbrado a hacer papeles similares a este, aunque éste último contenga algo más de relevancia por el tipo de personaje que tiene que interpretar. Se nota la madurez del actor por el resultado tan satisfactorio que deja. El maquillaje que lleva impregnado es un logro por parte de los maquilladores. Freeman se mete tanto en el papel que es como si su espíritu provocara la sensación de estar viendo al propio Mandela, no por lo físico sino por el sentimiento que da a su actuación. Matt Damon correcto en cada parte que aparece, tampoco es que su rol lleve mucho peso en la película. La relación de ambos protagonistas es simple y no consigue ese punto de concordancia que esperamos.

> Sigo abajo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
MigueL
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