Una película para olvidar, sin ninguna duda. Tony Jaa demuestra con esta tercera parte que le ha venido muy grande el encargarse de dirigir una vez más.

'Ong Bak 2' no era una buena película ni mucho menos, pero sin embargo, contenía coreografías de acción notables, y un repertorio de golpes la mar de variados. En 'Ong Bak 3' ni siquiera esto exíste. Los combates o escenas de lucha se ven frustrados por una mano de obra pobre en la mayoría de secuencias. Monótonas, poco sorprendentes y una nula creatividad. Todo esto ya lo hemos visto en las otras películas. Hasta la ralentización llega tarde y ya no es imprescindible o digno de apreciar.

Pero no solo eso acaba por derrocar al espectacular luchador de Muay-Thai. El argumento es una sucesión de nefastas situaciones. Se ejecuta con lentitud, interminables postureos de los protagonistas, y una serie de incongruencias que lastran todavía más si fuera poco el resultado final de la película. A parte de los estereotipos comunes que definen este tipo de películas. Ya sea la linea argumental o los personajes.

¿Algo positivo? Si, el trabajo de Tony Jaa, que sin ser gran cosa, no desentona. No hay que olvidar al actor "cómico" secundario que acompaña siempre a Tony Jaa en sus viajes, que en ésta ocasión, hace gala de un personaje burdo, prescindible y con el particular toque de humor. Un humor que se dejó más bien en casa.

Nada más, esta nueva cinta de Tony Jaa no funciona ni como película de acción, ni como entretenimiento. Incluso los seguidores más acérrimos, quedarán desencantados ante un trabajo que nunca debió existir.