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España España · ciudadano del mundo (palencia)
Voto de kafka:
8
Drama. Romance Año 1851. Ada, que es muda desde niña, acaba de enviudar. Un matrimonio concertado la obliga a dejar su Escocia natal y viajar a Nueva Zelanda, acompañada de su hija y de su piano. Allí conoce a su futuro marido, un próspero granjero que se niega a llevar a casa el piano. Abandonado en la playa, el instrumento será rescatado por un vecino que establece un extraño pacto con Ada: él la dejará usar su piano a cambio de que ella se deje tocar. (FILMAFFINITY) [+]
6 de febrero de 2008
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película construida sobre la base de tres personajes, mediatizados y sellados por un objeto: el piano. Es una historia melodramática de una mujer (Hunter) que quedó muda bruscamente al perder tragicamente a su marido, que viaja a tierras maoríes acompañada de su nuevo esposo (Neill). Allí, se encuentra con un hombre (Keitel) que se enamora sincera y respetuosamente de ella y con quien entabla un díficil y contractual romance, y que solo se comunica y vive por y a través del piano y su música. Hunter está magistral como mujer ensimismada, afectiva y complejamente melancólica e inaccesible; Keitel hace un magnífico papel como ogro falso y amante; y Neill responde como el marido logicamente despistado y celoso. Entre ese triángulo, el piano es el símbolo inanimado que anima a todos ellos, la comunicación y puente entre todos, la liberación de melancolía, furia y descarga de emociones, el instrumento poético e indispensable para todos, no solo para quien no articula palabra (el hermoso final inventado cierra muy bien toda esta fusión de elementos dispares).
Campion logró con "El piano" una excelente película, de claras influencias literarias en las hermanas Brönte y hasta en cuentos de hadas (Caperucita Roja -Hunter- acechada por el lobo -Neill- en el bosque) para adultos, en el cine academicista y de época británico, pero logrando un gran partido de la fotografía tanto de exteriores como de interiores (fotografía de contrastes, pictórica y luminosa) y con la certera y estupenda música de Nyman redondeando el tono sobrio, intimista, sólido e inteligente de la misma. Además de una progresión en su obra y estilo, cabe afirmar que es otro paso adelante en sus retratos femeninos y de otras épocas como base para llevarnos a reflexionar aquí y ahora, lo que la han hecho ganarse el justo premio -y nada pedante- de autora.
kafka
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