Obtuvo cinco Oscars y es el debut del joven Sam Mendes detrás de la cámara. El resultado y el juicio que yo puedo emitir, y quizás exagere, quizás me quede corto, es que se trata de una de las mejores películas americanas de los últimos tiempos y que se encuadraría notablemente en un top ten de películas en lo referente al análisis de la actual sociedad americana.
"American beauty" es la cristalización de la descomposición de una familia americana compuesta por un padre harto de su trabajo, anestesiado por la rutina diaria y al que su hija odia (gran trabajo de Spacey); una madre petulante, cínica y que se lía con su gran rival en la venta inmobiliaria (Benning); y una hija enfurruñada y que se avergüenza de su padre (inquietante descubrimiento de Thora Birch). Esa cristalización es un margen en medio de la descomposición global de la sociedad americana, despojada de fijos valores, ensimismada en falsas apariencias y refugiada en un conservadurismo de ideales retrógrados y en una doble moral despreciable. Soberbio guión de Alan Ball (otro descubrimiento para mí) quien construye el mismo narrándolo en la primera persona del fallecido Spacey (como Wilder impusiera magistralmente en "El crepúsculo de los dioses") y a partir de ahí se construye la historia: hay un agudo y afinado análisis de temas como el sexo en general y particularmente el adolescente, la homosexualidad y las drogas, el materialismo, el trabajo, el uso de la fuerza y de las armas, el patrioterismo, el propio cine, el fascismo, etc...
Ese matrimonio descompuesto es roto definitivamente por la cabeza del nuevo matrimonio vecino que "vive" ya descompuesto, y esto es algo muy sintomático, en el sentido de que la putrefacción no genera sino más putrefacción.
Película de insospechada madurez, llena de audacia, irónica, con notables dosis de acidez, es a la vez, un film sereno, que sabe muy bien cómo y lo que quiere decir: es una invitación al salto de barreras, al derrocamiento de los muros que nos oprimen, a la destrucción de lo que nos destruye, a la realización/intento de cristalizar nuestros deseos instantáneos/duraderos, al asesinato, pero de nuestras mentiras.
Hay también un poso de poesía en la película que la hacen aún más redonda, que la confieren un caracter de obra combinativa de géneros (humor oscuro, drama, melodrama, tragedia, poesía), lo que hacen de ella una película admirable y memorable, un documento sobresaliente no solo sobre la sociedad americana sino sobre cualquier sociedad moderna actual, que plantea subrepticiamente preguntas del estilo: ¿hasta qué punto hemos llegado en la deshumanización e irracionalidad que hasta los objetos, lo inerte, son nuestros auténticos amigos, cómplices, amantes, compañeros, mucho más que la mayoría absoluta de seres humanos que conviven día a día con nosotros?.
P.D.: En Hollywood aún queda vida inteligente. Cinco Oscars. Ja, ja, ja.