El incorregible Baron Cohen en guión/interpretación, en una comedia que juega a ser repulsiva, caótica y soez, dónde su deslavazamiento salpicado de gags brutales y geniales (lo del elefante...) la hacen un entretenimiento satírico tan mediocre a conciencia como casi irresistible.
Este cómico me resulta simpático en su humor escatológico, directo, chabacano y grueso. Y la calidad/entidad cinematográfica a un segundo plano. Penélope Cruz se presta a la función también.