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España España · ciudadano del mundo (palencia)
Voto de kafka:
9
Drama. Romance Basada en tres cuentos de Chejov. El arquitecto Romano Patroni (Marcello Mastroianni), ahora venido a menos, ahora trabaja en el bar de un barco a vapor, y se dispone contarle a un incidental cliente ruso, llamado Pavel (Vsevolod Larionov), su historia de amor con una compatriota suya llamada Anna (Elena Safonova), la dama del perrito, mientras ambos estaban casados y huían de sus parejas. (FILMAFFINITY)
26 de marzo de 2011
11 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante una travesía en barco, un italiano ya mayor y deprimido relata a un hombre ruso una historia de amor que marcó su vida... Sin duda alguna, una de las más bellas, emocionadas y emocionantes películas de su tiempo, de una maestría técnico/narrativa soberbia. Capaz de oscilar de la risa a la lágrima sin mayor incoherencia o gratuidad, "Ojos negros" es una catarsis de comedia abstracta (porque "no se ve", no quiere provocar carcajadas, quiere hacer sonreír y emocionar, porque lleva intrínseca la elaboración y el tacto de la mejor comedia, la que provoca la risa melancólica y vitalista, aciaga y sutil) y poética, a la par que un melodrama precioso, atemporal y lúcido, bajo el que se esconde una huida del amor y la felicidad, un anclaje en la mediocridad vitalista pero mortalmente herida, luminosamente herida, por unos ojos negros, por una mujer, por los encuentros amorosos, por caballerosos detalles como la recogida de un sombrero en una piscina llena de barro (maravillosa secuencia), por haber presenciado el abismo de la felicidad y no haberse arrojado a sus brazos en un suicidio tan inmoral que es la moralidad absoluta.
Mikhalkov estiliza sabiamente los objetos como elementos dramáticos y logra una puesta en escena brillante y ajustada (magnífica recreación del balneario, una creación que produce una sensación de irrealidad estimulante y divertida), con un estudio sobresaliente del encuadre, dónde se recrea la dramaturgia exquisita de Chejov en exquisito cine.
Además, la película es una exhibición interpretativa de todo el reparto, pero en particular de un Marcello Mastroianni en la definitiva creación de su carrera, dónde logra una comunión perfecta con la cámara, dónde se mueve con talla de artista gigante en un registro tan cómico como dramático. Su interpretación es como toda la película: deliciosa.
kafka
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