Con la historia de un gris funcionario (Shimura) quien tras diagnosticarsele un cáncer de estómago se da cuenta que no ha hecho nada por los demás y se decide a hacer algo por lo que le recuerden tras su muerte, logró Kurosawa una de sus obras maestras, además de una película atípica en su filmografía pues, pese a ser de las primeras, demuestra una madurez soberbia en el tratamiento de una historia dónde priman el intimismo, lo poético y lo sentimental, alejado de su cine de épica violencia, gusto por el montaje y dramatismo en la acción -es decir, un Kurosawa más próximo a Ozu o Mizoguchi que a sí mismo-.
"Vivir" es una reflexión amarga, profunda y espléndida sobre el sentido de la vida, el oficio de vivir y la inevitable muerte. Casi nada. Kurosawa logra que sintamos hacia el personaje de Shimura compasión y piedad, que compartamos su enfermedad y soledad, que aceptemos sus arrepentimientos y vivamos su tristeza. Takeshi Shimura hace una interpretación magistral del viejo funcionario, plena de matices y distinción, admirable e inolvidable, rematada en una sobrecogedora y hermosísima secuencia final, metáfora soberbia de muchos de los propósitos del film: el hombre, próxima ya su muerte, balanceándose suavemente en un columpio -símbolo inequívocamente infantil- en el parque que se ha construido gracias a su labor y que es el mayor recuerdo que dejará tras su muerte, mientras tararea una canción, practicamente una nana, en recuerdo a su fallecida esposa. Es esta, sin duda, una de las escenas antológicas que nos ha regalado la Historia del Cine.
Pero "Vivir" es además una crítica bastante acerada hacia el absurdo y kafkiano mundo de la burocracia, un mundo que alinea al ser humano en ser un simple número, en ser personas de mecánico y casi inservible trabajo, a las que se las prohibe practicamente pensar, "muertas" entre una maraña de papeles y legajos.
Película de ritmo cadencioso es una reflexión dramática, de exquisita madurez y enorme capacidad de profundidad sobre nuestro cometido en la vida, sobre nuestros actos, venturas y desventuras, una obra maestra absolutamente memorable.