Especie de continuación/prolongación de la absorbente, poética y admirable "Deseando amar". Lo que allí era una historia de amor tan preciosa y efímera como imposible aquí se convierte en un relato llevado al año 2046 que se hace eterno y peligrosamente inintegilible encorsetado por una monótona voz en off del protagonista y por "flash-backs" que no desarrollan narrativamente el film, a pesar de la belleza, sensualidad e hipnotismo de sus imágenes.
Wai parece ensimismado y embebido por el éxito de su predecesora y "2046" se queda en un film insuficiente, aburrido y que solo ofrece hueca hermosura, buena utilización de la música y un melodrama futurista que se queda en un poema fallido de torcidos y chinos (o sea, dificílmente entendibles) versos. No entiendo su éxito y bendición crítica; tampoco me preocupa, claro.
Salvo que Txarly diga lo contrario.