Disparen sobre el pianista

Segunda película de Truffaut tras el éxito rotundo de “Los 400 golpes”, una auténtica obra maestra. “Tirad sobre el pianista” bien podría ser un grito desgarrador del genial director francés, proclamando su propia visión, rupturista, “sui generis” del cine negro, ora homenaje, ora desmitificación.
Se desmarca de una manera totalmente buscada y voluntaria al tiempo que hace un sentido homenaje al film noir norteamericano de serie B de los años 50.

Truffaut da una vuelta de tuerca, cambia estereotipos, apuesta por la innovación. Mezcla ademas varios géneros, no solo el de gansgters, sino que caben también romance y drama psicológico.

Dicho todo esto, y teniendo en cuenta su destacada filmografía en la que pueden contarse varias obras maestras, esta película no es de mis favoritas del galo. Aprecio, cómo no, su capacidad para revolucionar, hacer cosas distintas, pero mi percepción es de tomar cierta distancia con la película, sin llegar a involucrarme a pesar de estar predispuesto a ello en este pequeño ciclo que estoy haciendo por su carrera. La narración me resulta demasiado abrupta y el montaje reulta áspero; posiblemente por ello no obtuvo el éxito esperado.

Es muy destacado su capacidad para crear atmósferas sórdidas y ambientes desangelados, a pesar (o quizá por ello) de la notable escasez de medios, bastante patente durante todo el metraje.
Otra de el cosas más llamativas para el espectador es la actuación de Charles Aznavour, estrella musical del momento, que lleva casi todo el peso del film. Su voz en off, su mirada melancólica y su inevitable visión fatalista de la vida le van como anillo al dedo al tono y al ritmo del film.

Sin duda una película de culto, de las que se suelen amar u odiar. Yo me sitúo en un término medio, no me entusiasma, a ratos me divierte y aprecio su capacidad rupturista y la enorme influencia posterior.

Reconocida como una gran película de cine negro europeo la veo desde el escepticismo. De Fruffaut he visto: Los 400 golpes (1959), que me pareció un pestiño, insufrible y excesivamente sobrevalorada, y La noche americana (1973), que me pareció una obra de arte sin ningún género de dudas.
En el libro de cine negro que manejo es la única película que me falta, tenía ganas de verla, pero no sé muy bien si el neorealismo como técnica se acomoda bien a las tramas y a la estética del cine negro. No sé cómo va a salir el experimento. Pero las pretensiones del cine de la Nouvege vague parecen casar mejor con planteamientos sociales, interesa colectivos y reivindicaciones políticas.
Aunque no lo parezca el cine negro tiene algo de idealista, de lo que nos gustaría ser, de lo que no nos atrevemos a ser. Y en esta película no hay nada que queramos ser, no nos queremos parecer a nadie de ella. Ningún comportamiento puede ser emulado. Los protagonistas están llenos de dudas, de angustias provocadas por su forma de ser. Carecen de seguridad en sí mismos y no tienen ni la presencia ni la compostura de los roles que se defienden en las grandes obras de cine negro.
Me ha gustado mucho Charles Aznavour. Las tres mujeres son: Marie Dubois, Nicole Berger y Michèle Mercier. No las recuerdo con un papel protagónico en ninguna cinta.
No me ha gustado. No es el tipo de cine que me gusta. No estoy diciendo que sea una mala película. Digo que a mi no me gusta. Sin más.

Tome "Al final de la escapada"; despójela del carisma de Jean-Paul Belmondo, de la inimitable belleza y sensualidad de Jean Seberg, de su prodigioso montaje y excelsa fotografía. Añada un argumento más elaborado pero en el fondo tan insustancial como el de la película de Godard. Meta con calzador el flashback más idiota e innecesario jamás filmado. Firme el trabajo con el apellido Truffaut y... ¡voilá! Siéntese a esperar como críticos y cinéfilos de medio mundo acuden sumisos a practicarle sexo oral. ¡Qué mala es la envidia, François!

Es una película con una fuerte carga de melancolía y romanticismo. Para aquellos que tengan un carácter alegre y optimista les aburrirá, pero aquellos con vida más o menos solitaria, e introvertida les cautivará.