Disparen sobre el pianista

Bajo el pseudónimo de Charlie Kohler se esconde, Édouard Saroyan, otrora pianista acreditado cuya carrera debe, en buena parte, a la que había sido su esposa, Thérèse. Actualmente, Édouard trabaja en un local regentado por Plyne, el empresario con el que Thérèse, por aquel entonces camarera de profesión, se había acostado como medida para favorecer el ascenso de la trayectoria profesional de su marido. Al suicidarse Thérèse, la carrera de Édouard entra en declive hasta el punto de sobrevivir como pianista en la misma taberna de Plyne con quien mantiene una tensa relación y en la que asimismo se emplea Léa, una camarera enamorada del primero. Los problemas se suceden para Édouard cuando uno de sus hermanos pequeños, Chico, solicita su ayuda ya que le persigue una banda de gángsters.

La película es una adaptación de la novela del estadounidense David Goodis, con la que Truffaut rindió su particular homenaje a los thrillers de serie B del Hollywood de la década de 1950 que tanto le habían apasionado, pero la forma cinematográfica libre y a contrapelo hace de esta película una fábula irónica, melancólica y filosófica, más que la película de cine negro que se esperaba. Papeles sobresalientes para Aznavour, Dubois y Berger.

Con Tirad sobre el pianista, tenemos una película de culto en la que el famoso director Frances, François juega a hacer de Alfred Hitchcock, en un relato que no llega a arrancar con claridad y en el que se pierde entre diversas relaciones amorosas de sus protagonistas, sin llegar a despertar el interés en algún momento.
François Truffaut, quiere emular a su venerado compañero de profesión y director, Alfred Hitchcock, pero bajo mi punto de vista queda bajo la sombra de su grandeza, ofreciendo un relato que peca de confuso y parsimonioso que no parece ir con claridad hacía ninguna parte. No me ha gustado y me ha resultado confusa, aburrida y pretenciosa. Lo siento, Tirad sobre el pianista, no es una de las películas que pueda colocar entre mis favoritas.Su director se pone a tocar las teclas del piano y lo mejor que podemos hacer es Tirar sobre el pianista, por semejante atrocidad de suspense.

Truffaut, al contrario que tantos enamorados del cine que cuando se situaron tras una cámara sembraron el terror entre los cinéfilos, siempre consiguió interesar, entretener a la par que proponía innovaciones, facilitaba reflexión, rendía homenajes. Truffaut, al contrario que algunos de sus compañeros de generación, consigue interesar al espectador sin pretenciosos alardes que tantas veces conducen al aburrimiento.
Truffaut, al contrario que tantos cineastas que triunfan con su primera película, no pretende continuar con la fórmula del éxito, sino que propone con su segundo filme temas y situaciones completamente diferentes.
Truffaut, al contrario que tantos autores de la serie negra -literaria, cinematográfica- a los que admira, no juega aquí a los arquetipos machacones (gangsters implacables, femme fatal, por ejemplo) pero cuando maneja alguno (perdedor con pasado que debe redimirse a la fuerza, por ejemplo) funciona muy bien. Truffaut, al contrario de tantos europeos que abordan el género, no trata de remedar contextos ni hacer traslaciones de los paisajes urbanos norteamericanos a sus filmes (y en este caso el referente, la novela de Goodis, podría invitar a ello), sino que hace que todo cuanto rodea a los protagonistas sea muy francés.
Truffaut tiene trabajos mejores, pero hay en esta película elementos suficientes para recomendarla sin reservas: ese lirismo del que habla Bloomsday, esa atmósfera que nos recuerda que las cosas sólo pueden ir mal en la vida de un pianista de bar al que persigue el pasado, son sólo dos de ellos.

Una de las primeras películas del famoso director francés, la dirigió con 27 o 28 años. Por mi parte, la calificaría de curiosa, entretenida y con un guion (adaptación de la novela de David Goodis) hasta cierto punto original: Un pianista ha tenido que desaparecer, cambiar de nombre y de lugar de residencia para huir de la perniciosa influencia de su familia. Sus hermanos (exceptuando el más joven, apenas un muchacho) son delincuentes. Pero no podrá escapar de ellos…
La cinta mantiene el interés hasta el final, aunque la conclusión es algo disparatada.
Nota 6.5

Si 'La novia vestía de negro' en su momento me pareció deslavazada, sin sentido y muchas veces risible está no se queda corta, quizás un poquito mejor.

¡¡Uff!!, menudo, y sentido, homenaje al cine negro que al parecer tanto amaba este señor. Una película incoherente, de pésimo guión que ayuda a encontrarte a veces totalmente desorientado con la historia, el flashback está metido con calzador, tienes la sensación de no saber si te encuentras en una película seria o en una parodia, llega a ser pedante y pretenciosa en muchos momentos (muy lejos de la sobriedad de su ópera prima) ¡con esos caretos melancólicos que parecen ser impostados a sus personajes¡, muchas escenas parecen puro relleno (y eso que es corta) como la charla del principio con un señor que lleva unas flores y dice estar enamorado de su mujer, o el número musical del bar.

¿Que fue un fracaso de taquilla en su época? Sinceramente, en este caso, no me extraña lo más mínimo.