Las locuras de Dick y Jane

Dick y Jane son un matrimonio feliz. El tiene un trabajo y es ascendido a vice-presidente, pero todo ha sido una patraña para ocultar una noticia: la empresa va a desaparecer.

Después de unas intentonas para buscar trabajo, deciden hacer unos pequeños robos hasta que se encuentran con la oportunidad de estafar al ex-presidente de su antigua empresa.

La película cuenta con ciertos momentos buenos de risa pero poco más, a mi la verdad me ha decepcionado un poco, ya que me esperaba algo más. Destacar, cómo no, a Jim Carrey ya que como humorista no es nada malo.

Algunos momentos tienen gracia, pero en general no iguala a otras de Carrey, de las más flojas suyas. Es entretenida, pero no para partirse de risa

Le puede su vocación final justiciera porque hasta entonces era una comedia simpática, con ciertas dósis de originalidad y un no demasiado excéntrico Carrey. Parisot construye un film ameno, más apreciable de lo que a simple vista se puede intuir en los horrendos carteles. Pero se vende al final tergiversando el mensaje que se maneja durante todo el largometraje. A veces una falsa pirueta final puede echar al traste muchas lindezas previas. Es decir, "Dick y Jane" funciona bien como tragicomedia actual (con referencias esbozadas sobre casos como Enron) y funciona muy mal como comedia estereotipada y rutinaria que es la impresión que deja al finalizar deprisa y corriendo tirando por tierra los logros previos.

Partimos de que a esto solo se le puede catalogar dentro del género de la comedia. Pero añadimos ahora que no me he reido ni una sola vez en toda la película. Con eso queda dicho todo. Carrey hace de lo que es una vez más, esto es, un payaso nada gracioso, gesticulante hasta la saciedad. ¿realmente se cree que hace gracia? Hay algunas películas de él que no me desagradan, pero cuando se vuelve extremo, salvo en "La máscara", me parece abominable.
Aún así, tengo que decir que en la película hay buena sintonía con Tea Leoni, que se adapta muy bien a las excentricidades de Carrey.

Disparatada, satírica, crítica incluso con ese capitalismo salvaje en el que las empresas quiebran, los directivos y accionistas se llevan los beneficios y los trabajadores pagan el pato. Así es "Dick y Jane, ladrones de risa". A mí me ha hecho reír un rato, no tanto como otros títulos de Jim Carrey como "Mentiroso Compulsivo", (1997), "Ace Ventura" (1994) o "Dos tontos muy tontos" (1994) pero aún así lo suficiente como para pasar un buen rato. Desde luego la historia es bastante simple, incluso parece confeccionada más para meter gags que al revés, pero resulta llamativa, da mucho juego y se permite incluso burlarse de todo este subgénero de atracadores como "Bonnie y Clyde" (1967) o la saga "Ocean's" a la que emula en su recta final.

Quizás la parte como atracadores es muy corta. Hasta los 45 minutos no se les pasa por la cabeza y luego va un poco deprisa, sin aprovechar del todo su delirante situación. Y es una pena porque estos momentos son realmente buenos, por ejemplo, la secuencia en la gasolinera en la que están a punto de olvidarse los cafés es divertidísima y el momento Mariano Rajoy y Duquesa de Alba tampoco es malo. Mención especial merece Tea Leoni que está tan o más graciosa incluso que Jim Carrey. Ya me llamó la atención su vena cómica en "Dos policías rebeldes" (1995), me hizo reír en "Flirteando con el desastre" (1996) y se ha consagrado en "Dick y Jane". Además es guapa esta chica y atención a su atrayente look del final con esas botas marrones.