Caballero sin espada

La idea es la mejor que he visto en películas del estilo ideológico. Pero es lenta y sin motivos: es aquél otro tipo de cine en el que supuestamente la gente vive con menos prisa que en el presente, pero no es cierto, pienso que los de hoy somos hijos de aquel pensamiento y que vivimos con las mismas prisas, inquietudes, valores e ideales. Quizás simpáticas más que buenas interpretaciónes, y un trasfondo ideal al cuadrado.
Es un Don Quijote, o bien lleva toda la razon, o bien está completamente loco. Y es que en la vida, como en todos lados, cuanta más razon se lleve en referencia a un ideal, tanto más locos parecemos. Muchas virtudes y muchos defectos menores.

Excelente tema para tratar con cualquier industria de cine actual, dada la tendencia a "remakear" lo "remakeado"...

Según van pasando los minutos se va haciendo más y más empalagosa, hasta llegar, al final, a un climax de ridiculez tan alto que sonroja.

Es una pena ver tan buen reparto y tan buena factura tirados a la basura, y me cuesta creer que en su época no se percibiera igual de infantil y panfletaria, pese a defender grandes y bellos ideales.

No obstante, si se hace un ejercicio de abstracción y con algún esfuerzo, se podría ver como un
cuento infantil.

Con su habitual ironía soterrada bajo un envoltorio astutamente endulzado, Frank Capra resume el mensaje de su film en una imagen de perturbadora gracia: un político honesto es tan poco frecuente como una moneda que cae de canto.

"Caballero sin espada" es una obra de sorprendente actualidad (tejemanejes urbanísticos, falsa moral política, manipulación de la prensa...) y más allá de su apariencia amable, se erige en una amarga fábula sobre los discutibles mecanismos que rigen la política, la erótica del poder y la voracidad con que se propaga la corrupcion en los hemiciclos, que se suponen estandarte de la libertad y justicia.

Divertida, entrañable y necesaria, "Caballero sin espada" es además de una estupenda ocasión para ver a James Stewart bordando un papel, una elegía a la democracia, la justicia y la infrecuente honestidad política en la defensa de la voluntad de los ciudadanos.

“Una pequeña rebelión de vez en cuando, es algo bueno... y es tan necesaria en la vida política como las tormentas en la naturaleza”. Thomas Jefferson

Jesús, lucía débil ante los escribas y fariseos que lo crucificaron, pero, tuvo una voluntad infinita para cumplir con la misión que le fue encomendada, y su muerte fue un triunfo y no una derrota. Siddhartha Gautama, fue un príncipe que abandonó todas las riquezas que poseía y, en un gran acto de humildad, conoció la pobreza y el hambre, permaneció durante largas noches y días en actitud de profunda meditación hasta poder encontrar al buddha dentro de sí mismo… y ahora es El Gran Maestro para millones de hombres en todo el mundo. David, el joven y humilde pastor, en un acto de fe y decidida voluntad, enfrentó al gigante Goliat y lo derribó con una honda. Mohandas Gandhi, era la más clara imagen del hombre flácido y débil, y fue capaz de derrotar al ejército inglés al que hizo abandonar la India…

Es larga, y maravillosa, la lista de hombres subestimados que, un día, triunfaron contra todos los presupuestos y los más viles contrincantes.

Jefferson Smith (cualquier alusión al tercer presidente de los EEUU, Thomas Jefferson, pudo ser intencional: estatura, informalidad, compromiso con el pueblo, empeño…), es un joven guardabosques que realiza una comprometida tarea ecológica e integradora con los chicos de su Estado. En vista de su popularidad (que atraerá votos) y de que parece fácilmente manipulable (así se sumará sin preguntas a las decisiones de los poderosos), es nombrado como senador honorario en reemplazo de otro títere que acaba de fallecer. Al principio, todo parece fácil, ya que la imagen que, Smith, refleja, es la de un hombre iluso, soñador y patriotero. Pero, los preceptos de su padre, un hombre consecuente que siempre luchó por las causas perdidas, y los idearios de próceres como Washington, Lincoln y Jefferson, los lleva Smith en cada célula de su cuerpo... y muy adentro siente que jamás hará nada que deshonré al senado de los Estados Unidos.

Esto lo ignoran sus poderosos y manipuladores electores, Jim Taylor y Joe Paine, y “el tonto”, lealmente apoyado por su entusiasta asesora, Clarissa Saunders, revelará su poderoso carácter… y una gran tormenta se avecina en los estrados.

El genial director, Frank Capra, quien, por entonces, estaba teniendo sus más inspirados años, vuelve a lucirse con esta soberbia historia que exulta la dignidad, la acérrima defensa de los grandes ideales, y el compromiso con la vida y con los demás seres humanos. Una historia que le recuerda a la clase política que no hay enemigo pequeño y que, en camino largo, a otros siempre les llega el desquite.

<<CABALLERO SIN ESPADA>>, cuenta con un inolvidable y eficientísimo reparto que incluye a, James Stewart, Jean Arthur, Edward Arnold, Claude Rains y Thomas Mitchell.

Cine por amor al arte. Arte por amor a la humanidad.

Para mi esta película enseña, que por encima de la corrupción y la gente envidiosa y mala, está la verdad, la honradez, y la falta de eso, de maldad.... Porque este hombre no peca de ingenuo, sino de cabezota y de buena fe.