Belleza robada

Belleza robada es un film perfumado y la belleza bucólica de la Toscana parece adquirir la misma importancia que el argumento de esta virginal historia de Bertolucci.
Soñadores (2003), otra obra intimista del director, me pareció más redonda. De todas formas, Belleza robada tiene grandes detalles acordes a la talla de su creador: tanto en el aspecto técnico, mezclando con gran habilidad escenas resolutivas tipo videoclip (el principio en el tren), con otras más contemplativas y simbólicas (el autorretrato de la protagonista), como en la caracterización de los personajes, en especial Rachel Weiz, Jeremy Irons y por supuesto Liv Tyler (en mi opinión, el mejor papel de su carrera)
Tiene una buena BSO, está bien dirigida y se aleja de los tópicos moralistas de Hollywood.
Bertolucci es capaz de representar un polvo más o menos explícito y llenarlo de mágica inocencia, tiene su mérito.
A mí me pareció un film más sutil que aburrido.

Película dedicada a la belleza, desde dos escenarios, la tierra del director la toscana italiana y la increíble belleza de una joven a punto de abandonar la adolescencia, por la perfectamente escogida Liv Tyler.
Bertolucci demuestra en esta película su gran dominio de la plástica, con una estética exuberante, como la pauta dominante en todo el metraje del film, tanto en la fotografía como la banda sonora. Por contra, la trama es demasiado confusa, sin una buena definición de los personajes, no se le da a espectador la oportunidad de que los integre, el desarrollo, está totalmente centrado en la joven, salvando una buena interpretación de aproximadamente quince minutos de un eficaz, Jeremy Irons, de el resto nada es especialmente destacable. El final ¨ñoño¨y fácilmente predecible.

Estampa italiana que puede recordar a las colinas del Gatopardo de Lampedusa, aunque en esta ocasión los ánimos están más calmados. Varias historias encadenadas hacen pasar las casi dos horas de película con bastante ritmo, más aún si la boca de Tyler nos acompaña generosa. Se plasma la vida despreocupada, tediosa y a veces obsesiva de una familia que busca desesperadamente algo que hacer, y más o menos llenan la agenda polvorienta.

Muy floja dentro de la obra de Bertolucci, cabe hablar de esta película casi como de un film alimenticio (no quisiera decir directamente comercial), dónde el director italiano se apoya en la belleza y sensualidad de la joven Liv Tyler para hacer una película de hermosa fotografía, que retrata a unos personajes insatisfechos, infelices y por ello incompletos, dónde la virginidad de Liv Tyler - que una vez rota parece dar a ésta un rumbo adecuado a su vida - es el asunto central de un argumento cogido por los pelos que en su discreta traslación a la pantalla la hacen quedar como una obra bastante pobre, cercana a lo inútil sin ser ofensiva.
Lo mejor es la interpretación de Jeremy Irons, aún cuando su personaje está peor que mejor creado.

Quienes sientan algo especial al ver en la pantalla a Liv Tyler es obligatorio que vean y disfruten de Belleza Robada, una película hecha a la medida de una actriz que se siente querida por la cámara y rodeada de excelentes compañeros de reparto (en especial de un gran Jeremy Irons), inmersa en unos bellísimos paisajes italianos, y con una banda sonora de fondo en la que se dan cabida a temas actuales y música clásica, siempre en consonancia con el desarrollo del film. En resumidas cuentas, una película bella por los cuatro costados, dulce y amarga a la vez, hipnotizadora y muy visual, en la línea de Bernardo Bertolucci.