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Hambre de venganza

Western Un capitán del ejército de los Estados Unidos se hace pasar por comerciante y va a México para averiguar quién le vendió rifles a los apaches que asesinaron a su hermano. Entre los sospechosos se encuentran un arrogante hacendado, su despiadado hijo y el capataz de su rancho. (FILMAFFINITY)
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Críticas 42
Críticas ordenadas por utilidad
26 de marzo de 2013
12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
En realidad, "El hombre de Laramie" es un líneas generales un western correcto. Lo que pasa que tiene algunos fallos importantes, siendo el mayor de tal calibre que me impide darle más nota. En el SPOILER os lo cuento. Por lo demás, la historia, que guarda un notable parecido con "Winchester 73" del mismo director, se desarrolla con cierta intriga, con un Will Lockhart (James Stewart) metido casi con calzador en las rivalidades entre los Waggoman y Canady. A mi parecer, Will permanece en un segundo plano. Me atrevería a decir que directamente sobra su personaje que tampoco aporta más que una venganza, cosa que hemos visto ya muchas veces.

De hecho resulta de más interés la relación entre Alec (Donald Crisp), Dave (Alex Nicol) y Vic (Arthur Kennedy). Lo malo es que tampoco se profundiza mucho. Tampoco ayudan mucho estas mujeres que no tienen más función que andar detrás, de un modo u otro, de nuestros héroes. Lo de la anciana tiene guasa después de tantos años pero en el caso de Bárbara (Cathy O'Donnell) esta transformación de sus sentimientos es demasiado brusca. Con todo ello este western acaba degenerando en una especie de melodrama sureño sin mucha chispa. Al final una película del oeste con una buena fotografía y bonitos paisajes, pasable si no fuera por ese gran error.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Reaccionario
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13 de abril de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siete películas en cinco años, Anthony Mann y James Stewart, una pareja tan fructiciera, tan grande como la de Ford y Wayne, se despide con este western maduro y profesional hasta la médula.

Los western de Mann se podrían denominar como "montañescos", algo diferente a otros directores del género como Leone, Ford o Hawks que solían ambientar sus películas en territorios más desérticos.

Los personajes de Mann eran de un cierto modo violentos, duros y cínicos, no eran heróicos, simplemente hombres del oeste, hombres puros que no mostraban esa dureza en tiroteos sin sentido, sino que se puede ver en la mirada de cada uno, de cada palabra que suelta, cada gesto... Hawls y John Ford creaban personajes fuertes y rudos, más fuertes a simple vista, y desde luego con mucho sentido del humor. Mann contaba con uno de los mejores actores que ha parido el cine, James Stewart, un hombre de apariencia normal, bonachón y no tan "fuerte", pero si violento y cínico, que en todos sus westerns nos hace sentir, pero no ver, su turbio pasado, y el que le espera, claro.

Desde mi humilde opinión "El hombre de Laramie", es el segundo western que más me ha gustado de Mann después de "Winchester 73", con ese toque de intriga, no puedes adivinar nada de lo que pueda pasar. Arthur Kennedy, que ya lo vimos en "Horizontes lejanos", encarna un tipo de papel que solo el sabe hacer, como alguien ha dicho en una crítica anterior; sabe hacer ese papel de principio amable y luego de acción contraria.

Yo a este director le denominaría el segundo o tercer mejor director de westerns, por detrás de Ford pero al mismo nivel que Hawks (en westerns claro).
Sin duda me ha parecido uno de los mejores westerns de la historia...
Dusty Rivers
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31 de marzo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quinta colaboración entre Anthony Mann y James Stewart- sexta, si tenemos en cuenta la plañidero-patriótica "The Glenn Miller Story" (Música y lágrimas, 1954).
Ejemplo de que la entropía todo lo consume, "El hombre de Laramie" manifiesta una considerable bajada de tensión con respecto a los cuatro westerns anteriores del tan peculiar como fecundo tándem. Sobretodo porque se produce una reversión en el proceso de enturbiamiento del modélico Stewart. Si bien, igual que sucedía en "The Naked Spur" (Colorado Jim, 1953), es la venganza lo que mueve a su Will Lockhart, el anhelo de la misma resulta un tanto distraído, hasta el punto de que en determinados pasajes de la historia se nos olvida- y lo mismo parece suceder al propio protagonista- el porqué de su porfiada presencia en ese pueblucho perdido de la mano de Dios y de la Wells Fargo. Stewart vuelve, en definitiva, a ser el pobre buen hombre al que América adoraba, pese a los vanos intentos de su personaje por ocultar una identidad real que no se le escapa ni a un ciego- y no es juego de palabras.
Además, la dinastía de villanos carece del colmillo retorcido de, por ejemplo, un Robert Ryan. No son más que unos desgraciados devorados por sus bajas pasiones, las cuales, además, están delineadas algo toscamente, cosa rara teniendo en cuenta la sutileza que Mann había venido mostrando en cintas previas y, sobretodo, que el guión lleva la firma de Philip Yordan, responsable del libreto de esa joya que es "Johnny Guitar". Sólo Arthur Kennedy, buen secundario, alcanza a esbozar los matices exigibles a un personaje salido de ingenios tan dotados.
Pese al rebajamiento de las aristas psicológicas, "El hombre de Laramie" es una película francamente interesante. Uno de los primeros westerns rodados en Cinemascope, acompaña a su majestuosidad panorámica un exuberante technicolor. El feroz paisaje de Nuevo México es retratado con admirada reverencia, y vemos el contraluz de su horizonte crepuscular recorrido por las siluetas a caballo más bellas que recordarse pueda. Mann se nos revela, en fin, como un refinado esteta. Y eso sigue siendo algo muy digno de verse.
Carorpar
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11 de febrero de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El hombre de Laramie" es otro western de los 50 del tándem Anthony Mann /James Stewart. Un ciclo más que fructífero y afortunado para la historia del western. El argumento y las aristas de esta película son más complicadas que en otras ocasiones. Tenemos al héroe misterioso, Will Lockhart ( Stewart), que llega desde Laramie a Coronado (Nuevo México) ocultando su identidad bajo la de un humilde comerciante que lleva un pedido en sus carretas. Es un capitán del ejército en realidad. Una vez hecho el reparto, lleno de bondad decide volver a su tierra con sus carretas cargadas de sal de los lagos salados de Coronado, pero el dueño de todo el territorio, Alec Waggoman y su despótico hijo Dave (Nicol) matan a sus mulas y le incendian las carretas. Ha comenzado la venganza individual e imposible de un hombre contra todos. Y descubrimos que hay otra razón, la de investigar una matanza realizada al ejército por los indios apaches con rifles de repetición suministrados por los blancos. En esta matanza se hallaba el hermano de Lockhart. Su propósito es investigar y encontrar al culpable de estas ventas.
A partir de este arranque se desarrollan un argumento trágico de compleja índole familiar. La figura del padre viejo ávaro creador de un imperio con la severidad pero a su vez cierta justicia se compara con la inutilidad de la figura de su hijo, el desalmado y violento Dave, capaz de dilapidar su herencia. El capataz Vic Hansbro encarnado por el fascinante Kennedy que siempre hace de némesis de Stewart es el personaje más interesante de todos. Desde niño, verdadero esclavo de Alec ha sido la cabeza y las manos del viejo, el verdadero sostén del rancho, el que ama verdaderamente la tierra y el merecedor del amor del viejo, el padre que nunca tuvo. Pero para éste solo existe su díscolo hijo. El entramado sentimental se cierra con el personaje femenino que encarna la bella (Cathy O' Donell) propietaria de la tienda del lugar y prometida del capataz Hansbro.
Con estas piezas el puzzle se completa sobre el tablero. Necesidades afectivas truncadas en todos sus personajes hacen un western psicológico cargado de acción pero siempre ésta es explicable desde el punto de vista afectivo y del motor de la venganza. Nadie puede huir de sus actos por justificados que sean. El pistolero está condenado a vagar solitario. Los malvados pagan con su vida. Cierto final feliz dentro de la amargura dan una posibilidad a la esperanza.
Imagomundisblog
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9 de septiembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de Laramie y camino a Coronado, donde espera llevar una provisiones para el Mercado Waggoman, Will Lockhart, descubre las cenizas y las prendas que dan cuenta de que, un grupo de soldados de caballería fue masacrado a tiros por los indios apaches. Desde ese momento, descubrir lo sucedido será para él uno de los varios motivos que lo llevarán a permanecer en Coronado donde, el gamonal del pueblo, Alec Waggoman, y su arrogante hijo Dave, parecen manejarlo todo a su capricho.

Así comienza este magnífico western que el director, Anthony Mann, ha sabido sortear con la más alta eficacia. Los aciertos comienzan con el guion escrito por, Philip Yordan y Frank Burt, basados en una historia publicada en la revista, Saturday Evening Post, con la firma de Thomas T. Flynn, el cual define con magníficos rasgos a sus protagonistas, creando una personalidades con carácter, temores y fortalezas, y al fin, seres humanos con plenas contradicciones que conseguiremos comprender.

La historia de, <<EL HOMBRE DE LARAMIE>>, asume como tema central a ese hombre de honor, que entrará a contradecir el título del filme cuando, al ser preguntado si es de Laramie, dice que No lo es y enseguida arguye que, “siempre siento que soy oriundo de donde estoy”. Luego, manteniendo cierta reserva de su identidad, querrá cobrarse el atropello de que es víctima y de paso averiguar quién está suministrando rifles a los apaches.

La trama se desenvuelve en una sólida combinación de escenas de acción muy bien planeadas, con situaciones donde vamos penetrando más y más en el alma de sus protagonistas, lo que irá dando luz a cada uno de sus comportamientos. De pronto, uno siente que ha perdido motivos para condenarlos y que, en cambio, ha encontrado poderosas razones para comprenderlos y no juzgarlos.

El reparto es impecable con, James Stewart, en su octava y última película al lado de Mann, y es indudable que, ambos, cierran con broche de oro la serie de 5 westerns que juntos realizaron. Donald Crisp, impone con vigor y cierto encanto, un ambiguo carácter a su personaje del mandamás, moviéndose más entre lo que realmente es, que, en lo que de él se dice. Arthur Kennedy (Vic), es el hombre excesivamente ambicioso, cuyos afanes de demostrar cordura lo llevan siempre por el lado opuesto. Cathy O’Donnell (Barbara) -nombre que se eterniza en la hacienda-, es el perfecto ejemplo de la chica dulce y cordial a la que cualquiera podría querer… y cómo no mencionar a, Aline MacMahon, la vecina de al lado que, quizás, comparte algo más que un lindero con su poderoso rival.

En todos sus pilares técnicos (diseño de producción, edición, fotografía, banda sonora…) y argumentalmente, <<EL HOMBRE DE LARAMIE>>, es la suerte de película que nos deja altamente complacidos.

Título para Latinoamérica: HAMBRE DE VENGANZA
Luis Guillermo Cardona
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