Una razón para vivir

Primera película dirigida por Andy Serkis, a quien (casi) todos conocemos por interpretar a Sméagol (Gollum) en la inolvidable saga de El señor de los anillos y a César en la reciente trilogía de El planeta de los simios. El film se centra en la historia real de la familia Cavendish, que vivió durante muchos años afectada por la enfermedad que padecía el marido y padre, Robin, quien a sus 28 años de edad contrajo la polio quedándose inmóvil de cuello para abajo y dependiendo de un respirador artificial desde entonces. Parecía que la trama se iba a desarrollar en torno al drama familiar producido por la enfermedad, pero lo que vemos es un relato de superación y medianamente funciona. Digo medianamente porque le falta tristeza, sobre todo en mitad del visionado. El inicio me parece algo pobre debido al escaso tratamiento que se nos ofrece con respecto a la pareja protagonista, es decir, todo sucede de manera repentina, como con prisa, lo cual no permite que podamos ver una presentación idónea de ambos personajes, y por tanto no llegamos a conocerles en profundidad. Quizás esto se hubiese evitado mediante más escenas introductorias. Por suerte, a medida que transcurre la cosa, los actores se van poniendo las pilas y nos ofrecen escenas emotivas. Hay que destacar el papel de Andrew Garfield, ya que representa las ganas de vivir pese a encontrarse incapaz de hacer algo por sí mismo, lo que resulta ejemplar para todos y digno de admirar. En definitiva, se trata de un drama correcto que pudo ser mejor debido a detalles que ya he comentado y se puede decir que es un debut interesante en la dirección de Serkis.