Queer as Folk USA (Serie de TV)

En 1999 la televisión británica emitió la primera versión de "Queer as Folk", una serie protagonizada por tres homosexuales. Diez episodios duró solamente, pero llamó la atención de dos canales norteamericanos que proyectaron realizar una nueva versión, ésta con 7 personajes, 5 chicos gays y una pareja de lesbianas. Desde el primer episodio "Queer as folk" revolucionó a la audeiencia, entusiasmando a unos y cabreando a los sectores más ultraconservadores y religiosos. El polvo entre Justin, adolescente de 17 años, y Brian, es antológico, y las escenas de sexo, bastante explícitas, dejaron en evidencia tantas películas o series televisivas que padecían lo que yo llamo el síndrome de "Philadelphia", el de mostrar a gays, pero omitiendo sus escarceos sexuales y amorosos. Como si el homosexual fuera un ser angelical que no follase. "Queer as folk" puso fin a esta estupidez de una vez por todas.

La homofobia, la adopción de niños por parejas homoparentales, los riesgos del Sida, la amenaza de las drogas, los lugares de ligoteo (bares, gimnasio, discotecas), prácticas como el barebacking, las relaciones de los gays con sus padres... todos estos temas son tratados por la serie, de una forma divertida, comprometida, sin cargar las tintas.
Los personajes principales son los siguientes:

Brian Kenney (Gale Harold) es un treintañero que trabaja como creativo publicitario. Egoista, cínico, promiscuo, tiene un hijo con Lindsay, su amiga lesbiana.
Michael Novotny (Hal Sparks), amigo de la infancia de Brian, es un chico simpático, responsable, que busca pareja y pasa del sexo esporádico. Su madre Debbie siempre le apoya. Interesante es la singular relación que tiene con Brian, un tira y afloja que nunca llega a consumarse y que añade tensión erótica a la serie.

Justin Taylor, adolescente enamorado de Brian. Hará todo lo que esté en sus manos para que éste sea su novio. La relación con sus padres, que terminan por echarle de casa, será tema de varios episodios.
Emmet Honeycutt (Peter Paige), entrañable, irónico y con bastante pluma, da el punto humorístico a la serie. Dependiente en una tienda de ropa y amante del porno, es un personaje que cobra peso a medida que transcurre la serie.

Ted Schmidt (Scott Lowell), tímido e inseguro, caerá en coma tras sufrir una sobredosis de éxtasis líquido. Su falta de autoestima es su rasgo más característico.
Lindsay Paterson (Thea Gill), amiga de Brian y madre de su hijo, que ha tenido por inseminación artificial, La difícil relación que tiene con éste y con su novia Melanie pondrán en peligro su pareja.

Melanie Marcus (Michell Clunie), abogada agresiva, novia de la anterior, odia a Brian. Su carácter será la causa de su mala relación con Lindsay.
5 años avalan el éxito de esta serie de culto. Ya era hora de que un canal español, en este caso, el 4, se atreviera a emitirla para goce de todos los que le piden a una serie calidad, diversión y pedagogía de primer orden.

Ya era hora que una serie sin tapujos, de personajes homosexuales llegara hasta nuestras pantallas con un abanico tan amplio de personalidades y situaciones. Aunque a veces parezca que se aleja bastante de la homosexualidad, toca este tema de forma deshinibida como hasta ahora ninguna serie lo hizo. No por ello hay que desprestigiarla sino entender la verdadera esencia de la misma, desde mi punto de vista nos pone frente a los ojos una realidad que sin ser exacta alude a un tema que desgraciadamente hoy día al siglo que estamos es algo tabú
en esta España en que siendo industrializada todavía tiene mucho de pueblo y gente intolerante homófoba, retrograda y que le gusta llevar en boca más la vida ajena que la propia. Nada es perfecto como tampoco lo es la serie, pero si digna de ver y de estar, más que pese a mucha gente como Grandine y Antonio 1004.

Fabulosa serie. Guiones, dirección, montaje, ambientación... impecables. Y unas interpretaciones magníficas, todas ellas. Destacaría a Peter Paige (Emmett), Sharon Gless (Debbie) y, muy especialmente, a Gale Harold (Brian), cuya interpretación es de tal honestidad que no se sabe dónde termina el actor y empieza el personaje, ese Brian Kinney que se merece con honores un lugar propio en el Olimpo de los grandes personajes creados para televisión.

Hay quien acusa a la serie de estereotipada y de no reflejar la vida real de los homosexuales. Al respecto, me gustaría señalar varias cosas: 1) Yo no veo estereotipos; veo caracteres, personas con alma (lógicamente, hay que ver la serie completa; sé de quien la critica habiendo visto sólo un par de episodios, o ni eso). 2) El modo de vida retratado en la serie existe. Puede que no sea el más habitual, pero se da. Aunque tampoco tiene demasiada importancia este punto, ya que estamos ante una serie de ficción y no ante un documental. 3) En cualquier caso, ¿qué importa que refleje o no la realidad? ¿Es que todas las películas/series lo hacen o deben hacerlo? ¿Deberían las mujeres molestarse porque el prototipo de "mujer fatal", visto tantas veces en el cine (y en varias obras maestras, como "Perdición", de Billy Wilder), no representa a la mayoría de ellas? Si los protagonistas de esta serie fueran heterosexuales, ¿se quejarían éstos de no verse representados? Además, ¿acaso el modo de vida reflejado en "Queer as folk" no es tan respetable como cualquier otro? Si tu respuesta es no, el problema no está en la serie, sino en ti.
Creo que la clave de todos estos reproches que se le hacen a esta gran serie está en verla como una serie "de homosexuales" y no de lo que realmente es: de personas. Personas con sus ilusiones, sus miedos, sus manías y sus fracasos, cuya orientación sexual es sólo un aspecto más. Personas con las que resulta fácil empatizar, que hacen que te impliques en sus vidas. Y éste es el gran logro de la serie, más allá de la valentía e innovación que supuso poder ver en televisión una homosexualidad sin tapujos.

"Queer as folk" es una serie emblemática, con un mundo propio y unos personajes inolvidables. De esas series que sabes que volverás a ver varias veces en tu vida.
Bravo.

Esta es una de las mejores series que he tenido el placer de ver. Combina a la perfección drama, humor, crítica social, erotismo, y por supuesto amor, mucho amor.
Brian Kinney es uno de los mejores personajes que se han hecho para TV, excepcionalmente interpretado por Gale Harold. Absolutamente recomendable. Eso si, tienes que verla sin ningún tipo de prejuicio.

La considero una serie realmente increíble y sobre todo muy arriesgada para la época, y es que aún hoy el mundo es demasiado homófobo.

Con un guión bastante bueno, muestra no sólo el amor y el sexo, sino el drama y el dolor, muchas verces causados por el mismo enamoramiento, otras, por la tosquedad y estupidez de algunas personas, y otras incluso por las propias enfermedades sexuales...

Lo mejor de todo son sus grandísimos protagonistas, que parece mentira que solo tres de ellos sean homosexuales en la vida real... Dura, pero consciente, a pesar de que el mundo no tenga sólo este tipo de gays y lesbianas...!!