La casa de cristal

Creo que en ocasiones la gente se ofusca en ver una película como "mala" no por serlo sino por el simple hecho de no ser genial.
En esta película el ambiente que se crea con la iluminación y la banda sonora provoca una sensación de angustia e intranquilidad durante todo el film, la ambientación en los escasos escenarios en los que transcurre la trama te entretiene y transmite lo que representa cada escena. El reparto aunque puede que poco aprovechado es extenso y con buenas interpretaciones. Y por último , el argumento mantiene una línea coherente y estable.
Cumple con todo eso que quieres que te haga sentir un thriller.

No es genial, no es la mejor película de la historia, no va a ser la película que más recuerdes; pero es una buena película.

El título original es “La casa de cristal”, juego de palabras con “La casa Glass” o “La casa de los Glass”. En la distribuidora española pensarían “uy, esto no se puede traducir bien”. Así que me los imagino con un programa informático de generación de títulos aleatorios, seleccionando la opción “thriller que parece un telefilm”, y les salió “última sospecha”, como podría haber salido cualquier combinación con la palabra “mortal”, por ejemplo.
El caso es que es eso, un thriller muy pero que muy justito, que roza la catalogación de “telefilm”, sino fuera porque no es de bajo presupuesto y cuenta con buenos actores en su reparto.
Solo por el hecho de contar con Leelee Sobieski y Stellan Skarsgaard (vaya nombrecitos que tienen los dos) ya se mejora un poquito un argumento bastante mediocre. Por cierto, ¿qué ha sido de la chica esta? Me parece que no veo nada suyo desde “88 minutos” con Pacino, si la memoria no me falla.
En fin, como iba diciendo, la película deja que desear, principalmente porque el argumento está muy visto. Repite el esquema de que hay un malo que parece bueno en un entorno doméstico y familiar. Hay una casa con muchos cristales en las que se oye todo lo que pasa y donde parece que siempre es de noche y que fuera siempre está lloviendo. Pero esta ambientación no consigue levantar un guion realmente flojo, previsible y en el que apenas pasa casi nada interesante hasta el final.
Se olvida más rápido de lo que se ve, quedando en la masa de thrillers que parecen todos iguales y que solo pueden interesar un poco más a espectadores casuales que no vean mucho cine (ni del género ni en general).
Tarde o temprano veré alguna película parecida, así que a lo mejor esta breve reseña me sirve para copiar y pegar, dado el gran parecido que hay en este tipo de thrillers.

Cortita, sin gracia y muy azul. Así se podría definir en tres palabras la película del televisivo Daniel Sackheim. Y no hace falta más porque no da para mucho más. El misterio se resuelve en la primera media hora y luego todo queda en un 'correquetepillo' del pobre Stellan Skarsgard que huyó de Lars von Trier para caer en algo mucho peor, un casi-telefilme americano. Nada tiene sentido, ni las borracheras de él siempre con su botella de vodka, las drogas de su mujer (Diana Lane, que pasaba por allí con muchas ojeras), la casa que una vez tiene una habitación y otras dos y otras un rastrero sin muebles y otras un jardín y otras tres cochazos, ni la visita de la señora esa que debe cuidar de los niños y que hasta abre todos los cajones de la familia, ni yo que sé. Un desastre.

Este horrible intento de película no atina ni tan siquiera en el título, ya que lo primero que uno sospecha es lo que se supone debe ser la "última sospecha". En ningún momento consigue despertar ninguna sentimiento en el espectador, a excepeción del deseo de venganza hacia el desalmado que nos la recomendó. Pesada, aburrida e insoportable, se recomienda verla con el estómago vacío.