Kingsman: El servicio secreto

Ha sido una completa sorpresa, esperaba una pelicula para pasar el rato, pero fue más que eso. La historia es básica, no tiene mucho misterio, pero los personajes hicieron que mejorara. Colin Firth tiene mucho carísma haciendo de Galahad y Samuel L. Jackson, pese a no ser su mejor papel, esta a la altura. Las escenas de acción son muy buenas, excelentes diría. Son de las mejores que he visto en una peli, con un frenetísmo y ritmo espectacular.
El problema llega con el humor, que a veces da gracia y otras preferirías que saltaran a otra cosa. Hay una escena en la que Eggsy hace el saludo fascista para intentar hacerte reír, y son ese tipo de situaciones son las que no cuadran. Por suerte, no todo el humor es así, hay algún que otro chiste que te puede dar gracia. En general, es buena, pero afloja a veces con ese humor tonto

Kingsman: Servicio secreto es una película de acción y comedia que se basa en el cómic The Secret Service, creado por Mark Millar y Dave Gibbons. Está dirigida por Matthew Vaughn, quien ya había adaptado otro cómic de Millar, Kick-Ass, con gran éxito. En esta ocasión, Vaughn nos ofrece una parodia del género de espionaje, con un tono irreverente, humor negro y mucha violencia estilizada.

La trama sigue a Eggsy (Taron Egerton), un joven rebelde y sin futuro que es reclutado por Harry Hart (Colin Firth), un elegante agente secreto de una organización llamada Kingsman. Harry le ofrece a Eggsy la oportunidad de convertirse en un espía profesional, sometiéndose a un duro entrenamiento junto a otros candidatos. Mientras tanto, el malvado Richmond Valentine (Samuel L. Jackson), un magnate de la tecnología con un plan para exterminar a la mayor parte de la humanidad, se convierte en el principal enemigo de los Kingsman.

Es un homenaje y una burla a las películas de James Bond y otras sagas de espías, lleno de referencias, guiños y clichés del género. Sin embargo, también tiene una personalidad propia, con un estilo visual llamativo, una banda sonora pegadiza y unas escenas de acción espectaculares y originales. No se toma en serio a sí misma, sino que juega con el absurdo y el exceso, creando situaciones hilarantes y sorprendentes.

El reparto está formado por actores de primer nivel, que se divierten con sus papeles y transmiten esa diversión al espectador. Colin Firth demuestra que puede ser un héroe de acción convincente y carismático, Samuel L. Jackson crea un villano memorable y divertido, con un peculiar defecto del habla, y Taron Egerton se revela como una estrella en ciernes, con una interpretación fresca y natural. También destacan Mark Strong como el leal ayudante de los Kingsman, Michael Caine como el líder de la organización y Sofia Boutella como la letal secuaz de Valentine.

Kingsman: Servicio secreto es una película que no pretende ser más que un entretenimiento sin complejos, pero que lo hace con inteligencia, originalidad y buen gusto. Es una película que sabe reírse de sí misma y del género al que pertenece, pero que también lo respeta y lo celebra. Es una película que combina acción, comedia, aventura y romance, con un ritmo ágil y una duración adecuada. Es una película que no dejará indiferente a nadie, ya sea para bien o para mal.

En definitiva, Kingsman: Servicio secreto es recomendable para los amantes del cine de espías y para los que buscan pasar un buen rato sin complicaciones. Es una película que ofrece diversión a raudales, con escenas memorables y personajes carismáticos. Es una película que demuestra que el cine de acción puede ser también inteligente y divertido.

¿Pero qué le pasa a Matthew Vaughn?...Se la ha ido la olla, la chaveta, la cordura. Si en Kick-Ass nos regalaba a un palurdo metido a superhéroe urbano, acompañado de una niña incluso más peligrosa que él mismo Hit-girl, que con sorna y gracia tenían su punto de divertimento, y en X-Men primera generación se reiventaba la saga con elegancia y estupendas referencias a un cine Bondiano, aquí en Kingsman sólo se me ocurre decir: ¿Pero qué puñetas te pasa tío? Vale que quieras hacer un homenaje a 007, que escojas a un selecto grupo de reconocidos actores y que encima les añadas nombrecitos de las leyendas artúricas como: Lancelot, Perceval, Merlin, etc. Pero tu película no hay por donde tomarla. ¿De verdad creías que podías añadir o hacerte la gracieta con un pastiche más, haciendo referencia al agente del MI-6 británico por excelencia? Agente juvenil (1991) fracasó, las dos partes del Agente Cody Banks (2003-2004) eran basura y lo de Austin Powers, mejor ni hablarlo...Si te crerías que a base de escuchar éxitos rockeros mezclándolos con violencia absurda (como la acaecida en la iglesia), un villano megalómano al que interpreta un patoso Samuel L. Jackson intentando ser la antítesis de los malvados tipo 007 y demás parafernalia sin gracia ni estilo alguno, ibas a homenajear al cómic de Mark Millar y Dave Gibbons, es que estás zumbado. Tu película es irreverente, fastidiosa y absurda. En un par de ocasiones en esta película se llega a escuchar la frase: Los modales hacen al hombre. Pues bien, Kingsman no guarda ningún tipo de modales ni como parodia de Bond, ni como adaptación de cómic, no hace ningún tipo de gracia y las escenas de acción, lo siento mucho, están muy vistas. Ni Colin Firth (que se lo habrá pasado de lo lindo) con su personaje pegando brincos, patadas y tiros, ni su protagonista pasando de inadaptado yamasaki a gafapasta refinado, ni L.Jackson con su patéticas gorras y problemática pronunciación, ni tan siquiera Michael Cane, logran hacer nada para convertir Kingsman en un divertido espectáculo, más bien todo lo contrario. Quizá lo único destacable (aunque de manera muy sutil) es la erradicación de las altas clases sociales, volándoles literalmente la cabeza y también su pequeñita denuncia hacia el calentamiento global. Por lo demás, elegantes trajes, gadgets muy vistos, escenas de acción trilladas y litros de sangre desparramada, sin sentido ni congruencia. El agente secreto juvenil de Kingsman se convierte en un payasete deshinibido y vicioso que salva el mundo con la única idea de realizar sexo anal con una princesa, insultante y olvidable.
Más info en: cristobalcine.jimdo.com (críticas a partir de Enero de 2015).

Después de haber adaptado a la gran pantalla ‘Kick-Ass’, Matthew Vaughn, que además dirigió ‘X-Men: Primera generación’, ‘Stardust’ y ‘Layer Cake’, vuelve a adaptar un cómic de Mark Millar y Dave Gibbons.

El resultado es una gozosa película con muchas referencias al cine de espías y agentes secretos, sobre todo las de James Bond, pero que no llega a la parodia y si a una película con personalidad propia, muy divertida y al borde del delirio.

Teniendo a un apenas conocido Taron Egerton como protagonista, pero muy bien arropado por un elenco de lujo que incluye a Colin Firth, Michael Caine, Samuel L. Jackson y Mark Hamill, entre otros, ’Kingsman’ es una película lúdica que crece conforme avanza la historia, que se la juega por el entretenimiento puro pero con una puesta en escena por demás sólida.

Egerton interpreta a Eggsy, un chico destinado a la vagancia que vive con su madre y su padrastro, que es entrenado para integrarse a una organización elite de agentes secretos por Harry Hart (Firth), quien lo ayuda a manera de pago al padre del chico, quien murió salvando su vida.

Ya estando en Pyongyang, Skylark conocerá al líder con quien entabla una estrecha relación de camaradería muy cool, ambos comparten el gusto por las canciones de Katy Perry y las margaritas, por lo que decidirá cambiar de planes, hasta que conoce las verdaderas intenciones de Kim.

Dejando de lado cualquier verosímil pero apuntalado por un guión que funciona como relojito, ‘Kingsman’ es una sólida película que presenta personajes bien delineados y mejor interpretados, con un humor no para todos los gustos pero efectivo, y a pesar que en su tramo final se decanta por el gore y algunos excesos, nunca pierde interés, su humor ni su efectividad.

Para destacar, el personaje del villano de Samuel L. Jackson y su peculiar forma de hablar, su matona con cuchillas en lugar de piernas, Egerton que sostiene sobre si buena parte de la película, su ritmo constante y su muy atractiva banda sonora, todo al servicio de que el espectador se pase dos horas de total diversión en el cine. A disfrutar pues.

Cuando me enteré de esta película pensé que no debía estar nada mal, pero que no era una película que mereciera la pena ver en el cine. Gran error. Desde que se estrenó estuve buscándola como loco, me habían hablado muy bien de ella y crecía en mí un ansia enorme por verla y cuando por fin la puse pasó el tiempo rapidísimo, estaba por completo metido en la película y todos, absolutamente todos sus personajes me encantaban; estuve disfrutando como un verdadero crío durante el visionado. Esa fluidez de movimientos, esos giros argumentales, esas escenas son las que realmente busca un verdadero amante del género de espías y para mí, ésta, se ha convertido en mi favorita. Matthew Vaughn, yo si que me pongo a su servicio.