Yo aprendí a matar

De repente (Suddenly) es el nombre de un idílico pueblo de los Estados Unidos donde nunca pasa nada. En el mismo, va a tener lugar la inesperada visita del mismísimo presidente de la nación, por lo que se pone en marcha todo un despliegue de seguridad: al mismo tiempo, es el lugar escogido para atentar contra el mismo. De entre los personaje principales, Nancy Gates, deberá contraponerse a sus propios valores morales para salvar una situación al límite. Apología del patriotismo, la libertad individual a llevar armas, defensa de la propiedad privada, la necesidad paternalista (sobre la mujer) del matrimonio y la figura del presidente americano presentada como algo sagrado. Todo un ejemplo de la corrección política en la cinematografía de los años 50. Interesante de ver.

Frank Sinatra (John Baron) es un sicópata y líder de una banda de asesinos, secuestran en su propia casa a una familia y amigos, con la intención de asesinar desde la misma al presidente estadounidense Dwight "Ike" Eisenhower, aprovechando una visita de este al pueblo de Suddenly en California.

Dentro del grupo secuestrado se encuentra el sheriff del pueblo, un técnico de televisión, el abuelo de la familia (agente del servicio secreto retirado), un introvertido nieto y una viuda que no soporta las armas ni a aquellos que las utilizan. Todos ellos lucharan por impedir el asesinato del Presidente.

El film se desarrolla dentro de una vivienda con ocho personas dentro, además de uno muerto, creando una sensación de claustrofobia y desesperación entre los personajes, la cual influye también en el espectador.

La película generó por venta de taquillas la cantidad de $1,4 millones en EEUU solamente.

Es interesante.
Realizada con corrección y con buenas interpretaciones.
Sin embargo hay un fallo en la cinta: se habla demasiado, y, a veces, repitiendo diálogos.
Con todo no aburre y mantiene la atención. Por ello se puede ver, y de hecho, si no se ha visto, creo que merece la pena.
Es vistosa, aporta apuntes socio-políticos que invitan a la reflexión tras su visión. En fin, no debe caer en saco roto.

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Frank Sinatra, no sólo fue un cantante famoso -para muchos el mejor´- popular sino que participó en el elenco de numerosas películas, aspecto seguramente menos recordado. Aquí se lo ve en el rol de líder de una banda de delincuentes que tienen por misión -a cambio de una suma importante de dinero- de consumar el asesinato de un presidente norteamericano que va a pasar brevemente en tren por el sugestivo pueblecillo casi deshabitado denominado "Repentinamente". Con ese repentismo, si se me permite la expresión, es justamente que los bien pertrechados criminales, desde la ventana de una casa cercana deberán hacer fuego preciso. Claro que, presumiblemente, empezará una seguidilla de incidentes dado que la casa no está deshabitada aunque como proemio mientan a los dueños haciéndose pasar por justamente miembros de la seguridad de la comitiva. Sobre estos pilares se monta el film que es bien interesante, con diálogos atinados, muy aceptables actuaciones y una trama bien conjugada.

Básico, prometedor, pasajero, intrigante, endeble, previsible, emocionante y ajustado relato de intrigas de corte familiar que ofrece un entretenimiento edulcorado y entrañable, con espacio para buenas dosis de suspense.

La noticia de que el tren del Presidente de los Estados Unidos hará una parada en un pequeño pueblo de California, provoca un gran revuelo. Unos gángsteres planean asesinarlo desde la ventana de una casa donde viven un jubilado del Servicio Secreto, su nuera viuda y el hijo de ésta. Los rehenes intentarán impedirlo.

Lewis Allen, domina los tiempos y dibuja con claridad la personalidad y anhelos de los personajes protagonistas, haciendo que el interés suscitado inicialmente, no decaiga en ningún momento.

La experiencias personales de sus protagonistas en el conflicto bélico, hace que cada movimiento y decisión durante la convivencia en la casa, se convierta en una lección de vida y supervivencia.

Los movimientos de cámara y la fotografía, junto con los diálogos, dan sentido a una experiencia enfermiza e ilustrativa, sobre: el honor, el valor y la amistad en condiciones extremas.

De repente, queda como un correcto y ajustado entretenimiento de suspense.