En la cuerda floja

Una historia magnífica, los momentos de tensión de la ultima media hora son fulminantes...
Lo ultimo de Zemeckis me dejo con un sabor muy grato al salir de la sala de cine.

No es su mejor película pero creo que está muy bien lograda, una historia con muchos momentos cómicos, una calidad de imagen inigualable y por supuesto lo mejor... estampar el momento climax de quedar en la historia contemporánea.

Todos necesitamos esa pizca de locura e irreverencia para dejar nuestro sello en esta tierra... lo que claramente a Philippe le sobraba.

Cito esta sentencia de Michel de Montaigne, ya que a medida que pasa el tiempo tengo la convicción de que en los tiempos que corren depende mucho de nosotros el no terminar engullidos por un sistema que nos va fagocitando, y destruyendo lentamente. Esta película me hizo ver eso que uno siente muchas veces pero no puede definir o identificar con palabras y que sentimos en carne propia como un clavo que pisamos por accidente y se nos entierra en el pie. Todo sueño comienza con un simple paso, reza el póster de la película, haciendo alusión a que Phillipe Petit debe dar pequeños y certeros pasos para cumplir un sueño que descubre un día como un "flash", en una visita al dentista y con dolor de muelas al ver una foto en un diario de las torres del Word Trade Center que se estaban por inaugurar en los Estados Unidos. Casi como el amor, un auténtico flechazo. Esta película está llena de metáforas y simbolismos: El amor a la libertad, querer cumplir un sueño sin interponerse en el camino de otro generándole un daño, y lo más importante para mi es el mensaje esperanzador de la lucha contra la adversidad, Zemeckis lo retrata contándonos una historia verdadera, la de Phillipe Petit, equilibrista Francés que realizó esta proeza el 7 de agosto de 1974 cuando cruzó sobre una cuerda que montó en forma "Ilegal" entre las torres del World Trade Center. Es en cierta forma un homenaje a estas enormes estructuras que 25 años después se convirtieron en el blanco del odio más radical del ser humano, catalizado en la necesidad de "Destruir"

Fresca, divertida, con un ritmo trepidante, bien dirigida e interpretada. En un año lleno de películas de superhéroes, ciencia ficción llena de agujeros de guión, sagas y más sagas, "El desafío" es un soplo de aire fresco. Vale que es un biopic, que habrá libros y documentales sobre el hecho histórico, pero como película cumple perfectamente con su función de entretener, emocionar, y de propina te dejará la mente llena de imágenes inolvidables.
los efectos especiales están tan bien logrados, juro que hasta yo sentí vértigo mientras cruzaba entre las torres una y otra vez.

Lo mejor: la media hora inicial, presentando al personaje desde niño, sus comienzos y su obsesión por cruzar entre las torres gemelas..

Lo peor: le sobra metraje, hay tramos donde están preparándose para tender el cable entre las dos torres que son algo soporíferas y restan un punto a la película.

Hay que reconocer que esta película tiene más encanto si la ves antes de estrenar que tras 10 días de proyección.

Con la sensación de verla recién sacada del horno parece hasta fascinante, una de esas historias curiosas que en teoría se desconocen, y que tienen algo de magia. No obstante el fonambulismo y el circo, es un protagonista en la película.

Pero me pongo en situación de haberse estrenado ya, y se sabe casi todo de ella.

Y la vería posiblemente como una historia bastante corta, sencilla y que no da para mucho. En el trailler y cualquier web te pone de que trata, y la historia cuenta la historia de este francés que hizo esa locura saltándose toda la vigilancia (que curiosamente todo le sale bien), y arriesgó su vida para pasar a la historia.
Si dice que está basada en hechos reales, nos lo creeremos y no preguntaremos.

Y posiblemente ya habría descubierto que hay un documental titulado Man on wire, que cuenta su historia ( https://www.youtube.com/watch?v=EIawNRm9NWM) por lo que casi diría que era innecesaria la película.

Y ahora en global, es una película bastante innecesaria, con un buen guión que se salta algunos obstáculos, y no preguntes. (la actitud del ascensorista por ejemplo cuando deja sólo a 3 jovenzuelos en la azotea con cajas y embalajes).

La historia la rellena con hechos previsibles, y lo que es el meollo de la cuestión da la sensación de crearlo y recrearlo una y otra vez para llenar metraje.

A parte, que no me quier ni pregunta que % de ordenador han metido para hacerla.

Fui a ver The Wal porque ese 6.9 de calificación parcial de los espectadores me impactó y por su director, Robert Zemeckis, que es el mismo de la mítica Forrest Gump y de la saga de Volver al Futuro que en nuestra juventud llegamos a disfrutar mucho. No obstante, luego de verla no era lo que yo esperaba. Para comenzar el actor Joseph Gordon-Levitt no me gustó. Creo que sobreactúa y que su encanto es falso, además de que el estilo narrativo contado en primera persona entre un pésimo francés y un amañado ingles no es convincente. Más allá de justificaciones, en definitiva, no me gustó su performance. Luego, encontré la película lineal y tediosa, nada de suspenso siendo lo que presenta de un total y absoluto suspenso. Es más, hasta uno llega a pensar que debió haberse matado en el intento y no dormir en el cable como si se tratara de una cómoda cama. El cine tergiversa la realidad como ningún otro medio de expresión. Claro que por momentos nos arropó la angustia de éste suicida disfrazado de artista a favor de la vida en su intento de traspasar sin ninguna red de seguridad las imponentes torres del Trade World Center. Sólo eso. Zemeckis no ahonda en la psicología del artista/suicida, al contrario, lo presenta epidérmico y sin sustancia algo que contrasta con su imponente hazaña. Lo bueno del cine es que te ofrece una propuesta abierta a los más variados gustos. Hay películas sobrevaloradas que uno no disfruta como esperó, y al revés, obras mediocres de acuerdo a la opinión de la mayoría, que a uno sí le terminan gustando, tal como me ocurrió a mí con las “malas” películas del actor italiano: Franco Nero en el viejo y salvaje Oeste.