Willard

La película, sinceramente no es ni de 10 y mucho menos de 8, pero eso sí es diferente a las típicas películas de poco dinero sobre ratas y otros animales que dan un poco de grima. Lo mejor, sin duda alguna, es la actuación de Crispin Glover, como psicopata es perfecto, no se si será por su aspecto físico pero ya demostró en "Los Ángeles de Charlie" que es el mejor loco.

Basada en la novela de Gilbert Ralston, nos encontramos a Crispin Glover interpretando a un excéntrico y retraído personaje que responde al nombre de Willard. Un hombre lleno de complejos, alimentados por la hipocondría de su madre, que impide hacer madurar al introvertido Willard.
Humillado a diario por su autoritario jefe Frank Martin: (en la piel del actor que encarnara al sargento toca-pelotas de la Chaqueta Metálica), el apocado Willard, harto de todo y de todos, se hace amigo de una rata blanca, a la que un día salva de una trampa de roedores que había puesto en el desván de su vieja casa victoriana.
Tras observar la despierta inteligencia del animal, se forjará una amistad rata-humano, que pondrá los pelos de punta a todos/as que padezcan musofobia; porque a partir de ese momento saldrán ratas por todos los lados, de todos los tamaños y colores. Viendo su potencial, Willard usara a estos grandes roedores para vengarse de su jefe.

Lo mejor: La interpretación de Crispin Glover y R.Lee Ermey

Lo peor: Si te dan pavor las ratas, esta no es tu película. Mejor mira Mickey Mouse, porque estas ratas dan bastante repelús. Sobre todo si te encuentras frente a la pantalla a la gigantesca rata Big Ben.

Remake de La revolución de las ratas, que presenta la historia de un joven marginal, que encuentra en las ratas a sus mejores amigos.
Incomoda, diferente y extrañamente atractivo relato de terror, que tiene en las ratas a sus mayores protagonistas, dirigidas por la mente inteligente de Crispin Glover, que encarna el papel de un personaje verdaderamente inquietante.
La relación que entabla con las ratas, se desarrolla progresivamente con un ritmo adecuado, dejando claro la posición que ocupa cada uno de ellos y mostrando con claridad como varían las tornas, en una lucha por conseguir el dominio atroz.
Es digno de aplaudir el atrevimiento del director a la hora de mostrar imágenes incomodas, además de la abundante presencia de ratas.
Los efectos especiales encajan a la perfección y destaca notablemente, lo conseguido con los roedores, capaces de convertirse en un ejército demoledor, al tiempo que aterrador.
Si uno es capaz de superar el posible asco o fobia que tenga a las ratas, podrá llegar a disfrutar de este relato extraño e incomodo.

Si usted es de esos que no pueden ni ver a los roedores, esta no es una película para usted.
O dicho de otro modo: es perfecta para seguir alimentando su mezcla de asco y miedo hacia las ratas.
Willard no es una gran película como película. Hay escenas que, lejos de dar miedo, resultan hasta algo risibles (el final, sin ir mas lejos, antes del epílogo), está rodada de forma muy telefilmesca (ver la discusión entre Willard y su madre en las escaleras de la mansión, con unos planos extrañísimos) y en honor a la verdad no tiene un gran guión ni unos grandes personajes.
Lo que sí tiene es un nivel de mal rollo impresionante, que es de lo que se trataba. Crispin Glover ya daba miedito cuando era el inofensivo George McFly de Regreso al futuro o el Hombre Delgado de Los ángeles de Charlie, así que imagínenselo como encantador de ratas, cual siniestro flautista de Hamelin. Está sencillamente soberbio, perturbador y lleno de matices. A su lado, las ratas resultan también aterradoras y protagonizan escenas que ponen los pelos de punta (el acecho al gato...brrrrrr). Sólo que estén en pantalla, aunque no hagan nada agresivo, ya es motivo de inquietud para el espectador.
En resumen, una película justita, nada espectacular, pero con un aire malsano muy bien construido.

Lo mejor: Crispin Glover y las ratas. Cuesta decidir quién es más aterrador.
Lo peor: No deja demasiada huella como pieza cinematográfica.

Película que hace un retrato psicológico de un personaje muy singular que consigue de esos animales tan despreciables su amistad y su obediencia. La originalidad del planteamiento y su desarrollo la convierten en una película singular que no encaja en ningún género específico pero que consigue una empatía inmediata con el espectador que la sigue con interés y gusto, al menos en mi caso. Es interesante destacar el protagonismo de las ratas más cercanas a Willard, las cuales adquieren personalidad propia y actúan mejor que cualquier actor. Trama bien montada y efectos especiales también.