Crematorio (Miniserie de TV)

Crematorio” resulta fascinante porque está en nuestro adn: es la historia de la España reciente. Hijoputas, especuladores, ladrones, políticos… Corrupción, ignorancia, vanidad, extorsión, despilfarro, abuso de poder… Varias generaciones de españoles hemos crecido con los personajes y con las situaciones de “Crematorio”. De hecho, aún vivimos sumergidos en esas miserias.

“Crematorio” es tan actual que, en un diario como El Pais, la publicidad de la serie no se ha incluido en las páginas de televisión, comunicación, espectáculos o cultura, sino en las de economía. El viernes 4 de marzo el cartel de “Crematorio” compartia papel (paginas 26 y 27) con las siguientes noticias: “Multa de 51 millones por cartel a nueve empresas de perfumeria”, “Nueva Rumasa aún debe 1,4 millones de euros a Kraft” y “Un estudio sitúa la economía sumergida en el 17% del PIB”.

La realidad y la ficción pocas veces han hecho tan buenas migas. “Crematorio” es un producto digno, si no osamos compararlo con obras maestras del genero “mafia” (Los Soprano, Boardwalk Empire…) y se convierte en alternativa para el televidente que pretenda escapar de la ficción-basura nacional. El primer capitulo tiene tensión, excelentes actores (no solo José Sancho), una fotografía inquietante y una lentitud por momentos exasperante. En cualquier caso, lo tiene difícil: ¿Cómo competir con la actualidad?

Yo también escribiré mi crítica una vez vista la serie entera. Si es que valorarla viendo solo el primer capítulo es muy complicado, a no ser que sea un truño sideral y no quieras seguir viendo la serie (este no es el caso). Entonces lo normal es ver los 8 capítulos y luego opinar.

Una serie española suele producir repelús en un primer momento, con toda la mierda que inunda las parrillas televisivas. Pero bueno, si está Canal + detrás pues por lo menos se merecen un voto de confianza (por aquello de que no se prodigan demasiado en estas producciones, y como dicen que apuestan por la calidad, pues hay que comprobarlo).

Sin más dilaciones y desvaríos varios, vamos a la serie en cuestión. Ésta trata sobre la corrupción urbanística en España, un tema en el que estamos muy puestos y que no había sido muy aprovechado. El tema se plasma de manera convincente y, aunque sin llegar a entusiasmar, no se hace pesado y se puede hasta disfrutar.

¿Quién es el jefazo aquí? Pepe Sancho hace de Rubén Bertomeu, el peso pesado. Y está genial, como no podía ser de otra manera. El resto del elenco no desentona (siendo las interpretaciones de muchas series españolas un chiste), lo cual es de agradecer.

Recomendable.

Al spoiler para análisis del final:

Adaptar Crematorio, de Rafael Chirbes no ha podido ser tarea fácil. Cada capítulo, siempre un larguísimo párrafo de decenas de páginas, refleja lo que pasa dentro de la mente de uno de los personajes de la novela durante una calurosa mañana de verano a raíz de la muerte de Matías Bertomeu , hermano del protagonista, y unos pocos hechos más, a traves de monólogos interiores (no precisamente puros: también hay narrador, hay diálogos recordados literalmente por los personajes) en los que se mezcla la descripción del presente, la narración de momentos del pasado, la reflexión casi filosófica, la crítica artístico-literaria, los sentimientos, el sexo... Un puzle desordenado, incluso con piezas repetidas, que, una vez leída la última línea, deja en tu mente la sensación de haber asistido a una historia política, social, cultural y sentimental de la España del siglo XX que cataliza en un mundo de ambición, especulación, corrupción y minusvalía afectiva en el XXI.

Los guionistas podían haber extraído los hechos, ordenarlos y convertirlos en la típica y tópica saga familiar que abarca medio siglo de toda la vida (y lo digo sin desprecio alguno), pero han optado por algo diferente: partir de los personajes de la novela y de los hechos mínimos que forman el argumento y echar esos personajes y esos hechos a andar, desarrollando una serie que es a la vez adaptación y continuación de la novela pero, y eso es lo importante, sin dejar en ningún momento de ser fiel en lo básico a los personajes, los conceptos y las ideas de la obra literaria. Un poco como Coppola con las continuaciones de El Padrino, creando tramas que no salen en la novela de Puzo pero podrían salir perfectamente.

El peso del pasado, los hitos de las vidas de los personajes, se convierten en cada capítulo de la serie en breves flashbacks que retratan a cada uno de los protagonistas y mantienen el esquema capítulo=personaje del libro. Los guionistas crean nuevos personajes y situaciones, del presente y del pasado, y hacen la trama más, paradójicamente, "novelesca", pero consiguen que todo encaje y que al final el libro y la serie sean dos obras excelentes que comparten espíritu, dos cuerpos muy distintos que comparten la misma alma.

Consiguen así ambas obras retratar nuestra sociedad sin hacer concesiones, la podredumbre de la corrupción política y económica, las crisis ideológicas y de valores, la burbuja que se hinchó e hinchó hasta explotar y salpicarnos a todos con trozos pegajosos que aún nos seguimos intentando arrancar de la piel.

“Crematorio” es una serie española, pero que parece gringa, como si fuese de HBO. Quiero decir esto sin el prejuicio positivo que suele tener el comentario, pero tampoco con prejuicio negativo, sólo para constatar un hecho.

La forma de narración, los saltos temporales -del presenta al pasado y del pasado al presente, sin cambios evidentes (no gasta tiempo de hacer esa chulería de poner el pasado en blanco y negro u otro efecto que constate el tiempo de la narrativa)-, la forma de desarrollo de los personajes, etc, todo muy HBO. Quizás demasiado, perdiendo el encanto de la imperfección latino.

En los 8 capítulos de la serie, nos hundimos en la miseria de todos los personajes que desfilan frente a la pantalla, todos de vidas miserables, con algún grado de poder (algunos más –el principal Rubén Bertomeu- y otros menos, incluso algunos con cuotas miserables de poder, pero que igual te la hacen sentir) pero vidas putrefactas. La historia nos va mostrando la caída del poderoso, el hombre más poderoso de la zona se desploma.

Personajes bien construidos, diálogos cuidadosamente elaborados, producción muy profesional, etc, todo muy perfecto para una serie que sin duda me hubiese gustado que me generará mayor seducción. Si bien la valoro, me gusto, me entretuvo, no me logro encantar del todo. Nunca se me volvió adictiva. Quizás demasiado gringa.

Las actuaciones son bastante buenas, Pepe Sancho le da vida a un personaje bien logrado; un constructor que ha hecho fortuna aliándose con políticos, mafias y chantajeando al primero que pasara por su lado. Sobre él se construye la historia. Me gusto el papel de Juana Acosta.

En fin, véala, no se arrepentirá.

Me esperaba bastante de esta serie. Producida por Canal +, la que emite las series de la HBO, parecía que se habían fijado en esta para realizar series de gran nivel en nuestro país, y así apuntaba en los primeros episodios.

Plantando una buena trama y unos personajes interesantes, se esperaba más de esta serie hasta que llego la noticia: "Solo será 1 temporada de 8 capitulos".

La serie acaba sin que te lleves las manos a la cabeza. Apenas has cogido empatía con alguno de los personajes, no te ha dado tiempo. Las tramas que se podrían haber generado quedaron en nada. En realidad sentí al final que tampoco me hubiera pasado nada por no ver esta serie. Le doy un 6 porque ha sido un intento de algo distinto, y tiene mucho más nivel que la basura de las cadenas privadas, pero tienen bastantes cosas que mejorar.

Pepe Sancho sin duda lo mejor, aunque si eres buen actor en España es fácil destacar, ya que la mayoría son paupérrimos.