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Margot y la boda

Drama. Comedia Margot Zeller (Nicole Kidman), además de ser una inteligente escritora de relatos cortos, es una mujer neurótica y manipuladora. Se presenta por sorpresa, con su hijo Claude (Zane Pais), para asistir a la boda de su hermana Pauline (Jennifer Jason Leigh), a la que no ha visto en mucho tiempo. En cuanto conoce a Malcolm (Jack Black), el futuro marido de su hermana, empieza a sembrar cizaña para frustrar la boda, consiguiendo que poco a ... [+]
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Críticas 43
Críticas ordenadas por utilidad
12 de octubre de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tuviese que quedarme con veinte cintas americanas dentro del primer lustro de esta década una de las que estaría fija sería “Una Historia de Brooklyn”. Noah Baumbach, influenciado por Rohmer, ha realizado una película difícil, alejada del cine independiente americano y al mismo tiempo cercana. Las referencias rohmerianas se suceden desde la hermana Pauiline de la protagonista hasta el propio título de la cinta: “Nicole at the Beach”.

Hay películas, como es el caso, en el que el cartel ya desvela el aparente interior del filme. En el que el buen trabajo por parte de su creador queda constancia en ese sombrero rosa que resalta con el mismo tono que Margot. Mientras mira hacia un lado y Jack Black y Jennifer Jason Leigh a otro. El resto en ‘blanco’. Pulcritud. Hay que rellenar esos huecos… para cubrir a esa Margot resaltada por ese sombrero.

Baumbach trata con personajes complejos, ambiguos, cínicos, sinceros, controvertidos e hipócritas. Creíbles, en una palabra, con sus secretos e infidelidades. “Margot y la boda” trata de ser una película más europea que americana aunque quedan coletazos del cine independiente americano.

La complejidad de Margot se reduce a un texto de la propia cinta:
«El padre es un personaje repugnante pero aun así sentimos una extraña simpatía por él. Mientras él se aferra a ella, desesperadamente, la sofoca. Siempre lo vi como alguien que se identifica tanto con la gente a su alrededor que empieza a perder la percepción de sí mismo Pero su único recurso es abandonar a su familia incluyendo a su adorada hija.»

La película no alcanza al mejor Rohmer pero es un aire fresco, pese a sus irregulares, dentro de un cine caduco y una asimilación del cine europeo.
Y ese árbol, símbolo de futura boda, cayó…
Maldito Bastardo
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3 de julio de 2008
15 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Noah Baumbach llegó de la mano de Wes Anderson. Primero como coguionista de “Life Aquatic” y más tarde, dándole un empujón produciendo su última y nominada película “The Squid and the Whale”.

Para ser francos diré que, obviando una grandísima dirección de actores, prefiero a Baumbach como guionista que como realizador. Sus guiones, tan puñeteros como certeros, tan inhumanos como cercanos, pueden ser tan odiados como aclamados. No se anda con rodeos a la hora de crear unos personajes o en el momento de imaginar unas “relationships”: familiares, amorosas, amistosas… Desgrana las circunstancias con una pericia envidiable, ocultando al espectador información imprescindible que luego te contará poco a poco, de forma que siempre estás esperando. Quizá por ello se le tache de excesivamente lento. Sus guiones siempre están a la expectativa, y la espera puede desesperar si no te lo tomas con calma.

No le faltan en Hollywood, actores de renombre para dar vida a sus personajes. Es como un nuevo y más pesimista Woody Allen, pero en lugar del diván y la muerte, Baumbach se centra en el núcleo familiar. Nicole Kidman, Jack Black, Jennifer Jason Leigh o los secundarios de lujo que aquí trabajan (entre ellos podemos disfrutar de un portentoso Ciarán Hinds AKA Julio César en la Roma de HBO) despliegan éste aura de vida calamitosa que tanto gusta al director. Está empeñado en demostrarnos que existe un EUA diferente al cliché colectivo. Tan comprometido con la causa está, que sus actores convencen hasta al más reacio espectador dando un recital de neuras, celos, traiciones y engaños. Vamos, como las familias bien avenidas.
Chagolate con churros
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10 de agosto de 2008
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No iba muy esperanzado a ver la última película de Noah Baumbach después de la decepcionante “Una historia de Brooklyn”, y mis peores augurios se confirmaron al poco de empezar el film. Baumbach sigue empeñado en basar sus películas en personajes neuróticos que hablan y hablan sin llegar a ningún lado, diálogos absurdos muchas veces interrumpidos por frases que no vienen a cuento, situaciones ridículas y escenas que no aportan nada. En esta ocasión el peso de la película lo llevan dos actrices que han vivido mejores momentos profesionales. Nicole Kidman y Jennifer Jason Leigh dan vida a las dos hermanas protagonistas a cuyo alrededor transitan una serie de personajes secundarios variopintos con los que es difícil llegar a empatizar. Por suerte no aparece William Baldwin vestido de tenista y si un actor de más solvencia como es John Turturro pero su papel es tan pobre que apenas tiene tiempo de demostrar su valía.

“Margot y la boda” es de aquellas películas que uno no sabe como catalogar. Como comedia tiene poca gracia. Pese al esfuerzo de los actores, en especial un Jack Black que por otro lado demuestra que las escenas dramáticas no están hechas para él, cuesta esbozar si quiera una sonrisa en alguna escena. La parte dramática tampoco funciona, pues los personajes son tan poco creíbles que alejan al espectador de la identificación imprescindible para que el drama funcione. Baumbach parece pretender que entendamos cada reacción de los personajes con cuatro esbozos mal dibujados y la verdad es que cuando te parece empezar a entender algo la película ya va llegando a su fin. En fin, tampoco podemos esperar milagros de la mente responsable de ese engendro llamado “Life aquatic”, pero estaría bien que alguien le dijese al director neoyorquino que para cargarse una institución como la familia tampoco hace falta que sus personajes parezcan actuar bajo sobredosis de alguna sustancia tóxica.

Lo mejor: Nicole Kidman subida al árbol.

Lo peor: sacar tan poco provecho de un puñado de buenos actores.
AMQE
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18 de octubre de 2008
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y poco habitual. Desde luego, no apta para masas borreguiles ya que carece de la típica estructura principio-nudo-desenlace, cosa de la que muchos, incomprensiblemente, se quejan. La función del cine no es necesariamente, la de contar un cuento con inicio y final. La función del cine es mostrar algo y lograr que lo que muestra provoque algún tipo de emoción ó sensacion en el espectador. Y en éste caso concreto, eso se consigue con creces.
Igual que cuando un espejo nos devuelve imágenes que no nos agradan, ésta película proporciona un magnífico retrato del interior del ser humano en todo su egoísmo, su miseria y su crudeza junto a algunos que otros sentimientos más positivos. Del mismo modo que no comprendo el empeño de algunos en demonizar el cine comercial por el mero hecho de serlo, igualmente ignoro la insistencia de otros en crucificar otro tipo de cine más independiente por el mismo motivo.

Guión inteligentísimo, interpretaciones por momentos, brutales (Zane Pais lo borda absolutamente y sorprende muy mucho, quien iba a decirlo la de Jack Black, mientras que la Kidman demuestra una vez más no ser simplemente una cara bonita, sino una actriz de muy alto nivel) y heridas que aún sangran y en las que todos nos reconocemos si obviamos la carga de exageración que se imprime en ciertas conductas dado que la cinta gira entorno a unos personajes depresivos e incluso por momentos, neuróticos.

Brillante, profunda y muy poco convencional.
Hache
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26 de junio de 2008
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es agradable ir al cine y salir contento de la proyección, y que ese sentimiento lo cause el hecho de haber visto una buena película. Es agradable, asimismo, ver que todo lo que viene de Estados Unidos no es siempre igual.

Este soberbio drama debe su brillantez al personaje de Nicole Kidman, Margot, una excéntrica mujer con muchos prejuicios y a la que además le gusta "cortar el bacalao". Su hermana, inteligente pero a la vez conformista, y Malcolm, un vividor como muchos dirían, completan el reparto protagonista de forma muy efectiva. Los personajes secundarios no se quedan atrás, sobre todo el hijo de Margot, quien comparte con su madre una relación muy cercana.

A lo largo de la película nos sentiremos identificados con varios de los personajes y, si no, al menos nos recordarán a algún conocido no muy lejano.

A quien le gusten los dramas debería verla, y a quien le gusten los dramas familiares no puede perdérsela.
Luis Castillo
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