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Post Mortem

Drama Narra la historia de un empleado en la morgue de un hospital de Santiago de Chile durante los días previos al golpe de estado chileno de septiembre de 1973. Mario, de 55 años, trabaja pasando a máquina informes de autopsias en un depósito de cadáveres. En pleno golpe de Estado chileno de 1973, Mario fantasea con su vecina Nancy, bailarina de cabaret, que desaparece misteriosamente el 11 de septiembre. Tras un violento registro del ... [+]
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
8 de mayo de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de una flojísima, para mi gusto, anterior película, Tony Manero, Larraín nos trae una interesante propuesta, que a pesar de tener los famosos planos alargados, en esta ocasión el director consigue que dentro de ellos pasen cosas y ayuda a avanzar la trama. Destacar la interpretación de la pareja protagonista, sobre todo de un gran Alfredo Castro. También remarcar que en este caso, aunque no hay una historia muy definida que contar, más bien es una película basada en un contexto histórico, hay varias situaciones y conversaciones que hacen de ella una película ligera y bien llevadera.
Pappoe
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26 de julio de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un sentido ideológico, mi afinididad con el tema y el mensaje fundamental del filme no podía ser más clara.

Más allá de eso, creo que "Post mortem" es una película insufriblemente contemplativa. Una sucesión de caras de piedra, recitaciones en voz queda y planos innecesariamente largos que no parecen perseguir otro objetivo que testear la capacidad de resistencia del espectador porque, de hecho, en general ni siquiera valen la pena desde el punto de vista de la fotografía.

Sinceramente, me cuesta entender que haya directores empeñados en sacar adelante mamotretos como este, productores dispuestos a pagarlos, y espectadores con ganas de padecerlos. Yo creo que entre el "cine comercial" de hollywood y este ladrillo puede haber un saludable término medio...

Por lo demás, la comparación que hace un crítico entre esto y la magistral "Desaparecido" de Costa Gavras viene a ser algo así como comparar "El club de los poetas muertos" con "Porky's": el hecho de que las dos películas traten de sendos grupos de estudiantes de instituto no las hace ni remotamente parecidas.

Recomendable solo para fans Wim Wenders, Lars Von Triers, y otros anestesistas del mundillo cinematográfico.
Jano
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24 de junio de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asumiendo las referencias positivas desde el extranjero no es fácil poner a "Post Mortem" en la balanza del juicio especializado y a la vez evaluar con tono popular, que es finalmente quien otorga el ticket de la entrada y la consiguiente referencia en la taquilla.

Si bien se trata de una película cotidiana, es lenta y puede pecar de ajena a otras realidades que no sean la chilena, a nivel masivo. Es un film sufrido, poco grato y posiblemente más de analistas que de grandes públicos, a quienes les puede parecer incluso una mera unión de cuadros en penumbras y algo bizarros.

Teatral, puede costar entender a sus personajes irrumpiendo en un ritmo distinto al que predomina en la cinta. La calidad actoral de Alfredo Castro no es algo nuevo de descubrir y otorga lo esperado. La ambientación por otra parte si bien es buena, cabe consignar que el guión tampoco la exige demasiado.

Quienes vayan por un thriller político, una película histórica o una cinta novelesca pueden salir decepcionados. "Post Mortem" es un film oscuro con matices de documental que descolocan y si el espíritu del director era expresar la confusión como leit motiv, aquello queda plasmado así como la desilusión y el desencanto.

No cabe duda que la historia es un acierto, sin embargo el modo de concretarla en la pantalla grande, al menos, criticable.

Recomendación:
Una película difícil y poco grata. Su lentitud apenas compensa los aciertos o lo que podría haber logrado con otro enfoque.
buyinski
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21 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No debe ser nada fácil construir una película en torno al golpe de Estado ocurrido en el Chile de 1973, el cual derivaría en 17 años de dictadura para el país, sin caer en los clichés y la emocionalidad barata (para muestras, "Machuca" de 2004 o la más reciente "Colonia Dignidad" de 2015). Sin embargo, en ese complicado terreno se internó diez años atrás el chileno Pablo Larraín, entregando una película cuya mirada está puesta en la del ciudadano común, ese a quien el contexto político le pasaba por el lado, por más increíble que parezca.

Y así como en su anterior película, Tony Manero (2008), Larraín vuelve a retratarnos a un personaje solo y enfermo, en este caso Mario Cornejo (nuevamente personificado por un notable Alfredo Castro), un trabajador del Servicio Médico Legal que vive obsesionado con su vecina Nancy (Antonia Zegers), bailarina de un club nocturno. Mario la persigue, intenta conquistar y fantasea con ser su novio, esto en medio de una situación política a punto de estallar pero de la que él realmente pareciese no enterarse. El director además nos muestra al entorno de Mario, al Doctor Castillo (Jaime Vadell) y su auxiliar Sandra (Amparo Noguera), ella y él partidarios del gobierno de Salvador Allende Gossens, aunque el primero debe calmar su fervor revolucionario una vez ocurrido el golpe de Estado mientras que la segunda se ve superada por todo lo que deberá presenciar.

La dirección de Pablo Larraín retrata por tanto, con muchísima elegancia el drama de Chile en 1973, en ese sentido, Post mortem es una tragedia que posee el mérito de transmitir en cada uno de sus minutos, en cada diálogo, aquella sensación de oscuridad absoluta y desolación. También desde la fotografía la película transmite, ahí se nos muestra una ciudad oscura y silenciosa, que pareciese temer su destino y a una serie de personajes que sufren en primera persona el quiebre democrático, algunos llevando el dolor en sus propios trabajos y otros debiendo pasar a la clandestinidad, como Nancy, su pareja (Marcelo Alonso), su padre y hermano, quienes son perseguidos tras el golpe. Todo esto, bajo la insensible mirada de Mario.

Lo espectacular es esto, que lejos de centrarse en las persecuciones la película insiste en su ritmo pausado y tono triste de ceñirse a la historia de Mario y su realidad paralela. Por lo mismo, no es una película para cualquier momento. Provocadora e incómoda de comienzo a fin, representa junto a Tony Manero el momento más brillante en la carrera de Pablo Larraín.

www.politocine.blogspot.com
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
emartinec
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19 de febrero de 2011
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los títulos de los films son de las cosas más cuidadosas que se debe tener en cuenta a la hora de ser llevados al público. En esta oportunidad la película chilena “Post Mortem”, es un buen ejemplo de ello.

Pero, ¿qué es post mortem? “Es un procedimiento médico que utiliza la disección, a fin de conseguir información anatómica sobre la causa, naturaleza, extensión y complicaciones de la enfermedad que sufrió en vida el sujeto autopsiado, y que permite formular un diagnóstico médico final o definitivo para dar una explicación de las observaciones”.

Aunque existen muchas películas respecto al golpe de estado en Chile (recuerdo por ejemplo “Llueve sobre Santiago”, de Helvio Soto), el reciente film del cineasta chileno Pablo Larraín (“La fuga”, “Tony Manero”) trae la vida insignificante en apariencia de Mario Cornejo (excelente caracterización de Alfredo Castro), para diseccionar —recordemos, ahora sí, el titulo del film—, a través de este funcionario público: ¿La vida opaca de un régimen y los días previos al golpe de estado en Chile en1973? —que entre otras cosas sólo se rememora en la cinta a través de la elipsis—.

Con base en la anterior formulación, si las dos primeras partes de la trama que transcurren precisando o enfatizando el amor de Mario por una bailarina (Antonia Zegers) con escenas innecesarias: ¡No! Pero, en la última media hora, el film toma un aliento de crudeza y templanza, que plantea una vez más las venas abiertas en Chile, sobre un episodio que la historia de América Latina se resigna a olvidar.
gonzalo restrepo sanchez
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