Cautiva

Therese Bourgoine es una voluntaria francesa en misión humanitaria en la remota isla salvaje y perdida de Palawan. Un día es secuestrada junto a un grupo de personas por un grupo terrorista yihadista que pretende la independencia y el fundamentalismo islámico, y se ven obligados a acompañar a sus captores por la jungla inhóspita y montañosa durante más de un año huyendo del ejército filipino que pretende atrapar al grupo.
Algunas historias nos parecen tan increíbles que directamente parecen argumentos de película barata de tarde de TV con el cartelito de "basada en hechos reales". Eso es más o menos lo que pasa con Cautiva, construída a través de las experiencias de distintos secuestrados en territorio filipino y descaradamente del libro de Ingrid Betancourt, aunque no se reconozca en los créditos. La película, rodada en Filipinas, elude los lugares en los que sucedieron los hechos reales por motivos de seguridad. Isabelle Huppert es sin duda la mayor baza con la que cuenta Cautiva, en el papel de la voluntaria en una ONG en Filipinas. El director pretende que su película tenga un cierto aire de cinema verité que puede no ser del gusto de todos los espectadores, aburridos ya de cámaras que se mueven constantemente y abaratan la producción.
Lo mejor: Isabelle Huppert, un actrizón como la copade un pino.
Lo peor: Es una muy buena película, pero quizás arriesga mucho menos de lo que debía.
Aún así, recomendadísima queda.

El cine de Brillante Mendoza es muy complicado de entender, porque se olvida del dinamismo para intentar reflejar la realidad de la historia que nos quiere contar. En España es la segunda película que se estrena, aunque en el otro caso fuera en pocos cines y durante un corto periodo de tiempo. En este caso también se ha estrenado en pocos cines, dentro del circuito Golem, pero más gente irá a verla por el atractivo que supone la presencia de Isabelle Huppert. Esta es su tercera película que veo y en todos los casos son películas muy notables, que reflejan la situación de su país.
Para esta película la industria francesa ha vuelto a arriesgar, es una fábrica de fichar a los talentos emergentes en otros países, pero con una característica que lo distingue de la industria americana " dejar trabajar de manera independiente, sin interferir en el proyecto, aportando toda la maquinaria que tiene el cine francés, incluyendo sus magníficos intérpretes ".
Por lo tanto aunque la producción no sea Filipina, la propuesta tiene el mismo tono que otras películas anteriores de Mendoza en su país natal.

Lo más destacable de la película es su realismo, apoyado en una fotografía muy cercana a los personajes, parece que conozcamos todos su detalles, ero cuando necesita mostrarnos una mayor amplitud de campo para dar importancia a lo que rodea a la acción no tiene problemas en hacerlo.

La banda sonora es inexistente, prefiere que el espectador escuche los sonidos de los disparos o la naturaleza de la selva Filipina. La película está basada en una historia real y el director no tiene problemas en confesar que no la ha rodado en el mismo lugar, sino en una selva cercana, con menos peligros para los miembros del rodaje, escenificando de forma más cercana posible a la realidad.

La estructura lineal de la película es otro acierto, no hace falta contar las cosas del pasado de los personajes porque lo importante es lo que sucede en este momento, ya conocemos perfectamente a los personajes por diferentes conversaciones. Sabemos la fecha en la que estamos y cuantos días llevan secuestrados, porque lo muestra en la pantalla, cada vez que hay un salto cronológico en el tiempo.

Otro de los aciertos es el reparto, donde destaca Isabelle Huppert, en una de las mejores interpretaciones de su carrera, dentro de un papel muy complicado, con alguna gran escena dramática y de tensión. Pero no solo la actriz francesa, sino que el director filipino ha vuelto a contar con sus intérpretes habituales, dentro de papeles de mayor o menor importancia.
Las escenas de mayor acción, con disparos incluidos, siempre las vemos desde el punto de vista de los secuestrados, los receptores, quitando importancia a la persona que los hace. Eso ya no ocurre en la última escena, donde vemos la llegada del ejército filipino y como ejecutan la acción.

Al principio de Cautiva leemos un mensaje sobre la pantalla negra, anunciando que la película está basada en hechos reales. De estos sucesos que traslada a la ficción, deduciremos que una buena opción podría haber sido rodar un documental acerca de todo lo narrado. En cambio Brillante Mendoza, su director y coguionista, se lanza sin red para realizar un largometraje que en el pasado sería una película de aventuras.
Cautiva es la crónica de un secuestro ejecutado durante un año aproximadamente, a decenas de personas filipinas, asiáticas, norteamericanas y europeas. Desde el comienzo del film ya se nos presenta a los huéspedes de un hotel que son forzados a salir de allí y embarcarse en una lancha para comenzar un viaje incierto, lleno de peligros y vivencias. La proveniencia social y económica de los secuestrados es distinta propicia la liberación de algunos tras el pago de sus rescates y la desesperación de otros durante su cautiverio.

Aunque la película se apoya en cierto protagonismo de las voluntarias encarnadas por Isabelle Huppert y María Isabel López, queda claro que se trata de un reparto coral, sin héroes ni personajes de una sola pieza, que desarrollan un juego de supervivencia y superación en circunstancias extremas. En el desarrollo de esta aventura colectiva destacan las secuencias en las que sufren los ataques de un ejército amenazador aunque –irónicamente- sean los encargados de rescatar a los rehenes. Estos tiroteos evolucionan desde un tratamiento frenético y caótico al principio, hasta un estilo más directo y confrontado por el plano y contraplano tradicionales, como si se tratara de un duelo del western, en el último tercio del largometraje.
Uno de los grandes aciertos de Cautiva son la abstracción de los motivos y personalidades de cada personaje, bien caracterizados por un trabajo dramático muy logrado por cada uno de los intérpretes, pero dando como resultado un estudio completo de personas más humanas que ficticias. Incluso en el caso de los gobernantes filipinos, quizás los verdaderos malos de la película.
Y su otro gran logro es la tensión que logra durante dos horas, sin desfallecer, aplicando un esquema de odisea a través de la selva filipina, desde el vibrante secuestro inicial. Destaca también una mirada honesta y lógica de la violencia, siempre justificada por su aspereza, con la fuerza de un balazo o una cuchillada, pero que nunca se recrea en el dolor ni en dilatar la muestra del sufrimiento de sus víctimas. Quizás juega en contra de la espectacularidad esta voluntad de ser realista y no explotar el artificio, la cámara lenta o la muerte desde varios puntos de vista simultáneos.
Pero esta forma de mirar y mostrar y este sentido de tratar a los espectadores como personas humanas, inteligentes y capaces de sumergirse en una aventura, forzosa en su inicio y sin embargo enriquecedora en sus motivos, alusiones a momentos históricos que nos gustaría olvidar (el once de septiembre de 2001) y con la razón puesta en el crecimiento personal a través del conocimiento de la amistad junto a otras culturas, tradiciones y valores.
Cautiva es un buen título que demuestra porqué merece la pena todavía acudir al cine a dejarse llevar por la grandeza de la pantalla. Puede que no sea capaz de batir a superhéroes y otras bestias pero conseguirá devolvernos el espíritu y la fuerza del buen cine de aventuras.

Publicada originalmente en Sin Bulla: http://pablosinbulla.blogspot.com.es/search?q=cautiva