Había una vez en... Hollywood

El homenaje de Tarantino a su profesión, su pasión. La novena de diez películas que contendrá su filmografía (según sus dichos). Quizás esta sea su carta de amor a todos sus colegas, a la industria, y la próxima sea un super fanservice, algo que satisfaga todos los caprichos de sus seguidores (Kill Bill 3?). O quizás estoy delirando y a él le importa poco y nada los demás y hace lo que quiere (lo más probable).

No esperes al típico Taranta, ni un relato super resolutivo. Esta es una película que habla del cine, por dentro y por fuera, y que de forma coral desarrolla tres estupendos personajes que van teniendo cosas en común, pero en este caso, la trama no es el fin sino el medio.

Rick Dalton (Leo DiCaprio) es un actor de Western pasado de moda y ve cómo su carrera va en declive. Cliff Booth (Brad Pitt) es su doble de acción y amigo, quien trata de mantenerlo en pie, pese que también tiene sus propias miserias. Al lado del actor se mudan Sharon Tate (Margot Robbie) y Roman Polanski, ella una estrella en pleno ascenso, él el director del momento, lo que ilusiona a Rick al ver una posibilidad de resurgimiento de su mano.

Como dije anteriormente, magníficos personajes, producto de un gran guion y una tremenda interpretación por parte de los tres. Un despliegue de producción enorme, y una sobredosis de imágenes, referencias y, sobre todo, música que remiten a la época (1969) y el lugar. Meticulosamente realizada en tanto fotografía y edición sonora.

Muy prolija, artísticamente exquisita.

Esta claro que de todas las películas que he visto de Quentin Tarantino esta es sin duda la peor, ya que si la anterior, o sea, "Los odiosos ocho" era mala, esta la ha llegado a superar por poquito, y mira que a mi siempre me han gustado la mayoría de las películas de este exitoso director, pero estas dos últimas que ha rodado, vaya tela. Y no porque los actores en absoluto sean malos, ni muchísimo menos, sino por lo larga y tediosa que llega a ser en filme en cuestión pues si la de la mencionada "Los odiosos ocho" era monótona por las maratonianas conversaciones que mantenían los actores en dicho filme aún así llegaba a entretener un poco, no mucho, no nos vayamos a engañar, pero en esta del 2019 ni eso siquiera, es más, llega a ser difícil de ver entera por lo larga que es, ya que 165 minutos no son precisamente pocos, la verdad, y si encima más de la mitad de la película es aburrida imagínate pues.
En fin, una pena el error cometido en esta última peli de Tarantino, pues por el argumento y los actores de lujo que contiene se podía haber logrado un verdadero pedazo de película, pero desgraciadamente esto es lo que hay por ahora viniendo de quien viene, pues es posible que este director este ya en decadencia como otros por lo ya mencionado de sus dos últimas películas, pero quien sabe, a lo mejor la próxima de Quentin Tarantino vuelve a ser como las de antes de estas y nos sorprende con auténtico peliculón (¿Kill Bill 3?) porque como ya dice el refrán: "a la tercera va la vencida"

‘Érase una vez en Holywood' es un ejercicio ejemplar de cine dentro de cine incrustado en cine; de ficción dentro de ficción y envuelta en ficción. Un cuento que empieza como deben empezar los cuentos: ‘Érase una vez…' Y acaba... en la zona 'spoiler'.

Los actores, impecables en sus papeles, sin duda merced a su talento y experiencia; pero también a la sabiduría como director de actores de Q.T. Comedido, circunspecto pero nunca frío el 'doble de acción-chico-para-todo-amigo-verdadero' que interpreta Brad Pitt. Su escena —puro desasosiego en medio de sol deslumbrante— en el rancho de la familia Manson se cuenta entre lo mejor de la producción de Tarantino.

Sobresaliente DiCaprio en su papel de actor en trance de caer en ‘vieja gloria alcohólica’. Histriónico, llorón, vanidoso, pero capaz de sorprender a todos con una interpretación deslumbrante —como actor ejerciendo de actor en una película inserta en la película, brillante uso narrativo, otra vez, de las ‘cajas chinas’. Y —sabiduría del guion, de DiCaprio y Tarantino— el personaje nunca, nunca se hace antipático.

Margot Robbie crea con pleno acierto una Sharon Tate juvenil, ilusionada con su prometedora carrera, recién casada feliz con el director de moda, Roman Polanski. He leído críticas que entienden que la historia de Sharon Tate no pinta mucho en la trama. Discrepo. No solo pinta, sino que exige y es el gran porqué.

Los secundarios que interpretan a actores ponen sobrada convicción en sus papeles y eso se transmite al espectador. Damian Lewis (‘Hermanos de sangre’,’Life’) hace un breve pero magnífico Steve McQueen. Mención especial para Mike Moh —a quien no conocía— como Bruce Lee. Y mucha atención a la niña Julia Butters, que en el corto papel de Trudi mantiene un diálogo brillantísimo, entre cómico y conmovedor, con DiCaprio.

Cada secuencia es un homenaje a Hollywood, al final de una era, al cine y a la televisión que educaron al director. Volveré a ver la cinta solo para intentar captar todas las referencias, aunque algunas será imposible porque, admitámoslo, solo resultarán familiares para norteamericanos. Las cámaras, siempre en marcha, circulan por escenarios, se detienen ante carteles con rostros de bocas amenazantes, usan el color a veces con efecto casi naíf, a veces para impactar. La narrativa de la imagen discurre a la perfección.

Las historias fluyen y se entrecruzan con solo cortos 'flashbacks' muy tarantinianos en un orden temporal casi riguroso, infrecuente en su cine.

Y siempre presente la ironía, el punto, ese sarcasmo entre cínico, salvaje e infantil que hace tan reconocible al director y los espectadores pedimos en sus cintas como adictos ávidos de más dosis.

Para los fans irreductibles: también hay violencia desatada y sangre ‘made in Tarantino’. En menores dosis que en otras cintas anteriores, pero mejor encajadas y, por así decirlo, más pertinente.

Nada que añadir. Vean esta película, para mí la del Tarantino más maduro y mejor cineasta. Doy un nueve porque espero que la próxima, la diez, sea su diez definitivo.

Creo que que se trata de un sobrio homenaje al cine y sin duda una de las obras más maduras de Tarantino. Si la academia le quiere dar un Oscar algún día, esta es la ocasión perfecta para hacerlo. Un reparto de lujo, eso sí, parece que Brad Pitt ha logrado firmar un pacto con el diablo que lo mantiene eternamente joven. Es una pena que Al Pacino no tenga más minutos en la cinta.

Mucha gente a críticado a Quentin Tarantino por esta película, pero me parece que sigue conservando su estilo, alargando la tensión hasta el final, con diálogos impresionantes e impactantes. Todo el reparto actúa de manera incomparable, pero quiero destacar a Brad Pitt (Cliff Booth), como uno de sus mejores papeles en su historia del cine, Leonardo di Caprio como Rick Dalton, es igual de bueno como siempre y para finalizar a Margott Robbie, como dijo el critico de sensacine Alejandro, le daría un oscar ya solo por como baila y interpreta a Sharon Tate.
Quentin Tarantino elabora una direccion sorprendente, con planos, secuencias espectaculares y música, como siempre excelente. Muy recomendable.