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Hannah y sus hermanas

Comedia. Drama. Romance Tres hermanas de caracteres muy diferentes, hijas de un matrimonio de actores, mantienen entre sí una estrecha relación. La mayor, Hannah, la que tiene un carácter más fuerte, está casada con un rico empresario y su vida parece equilibrada, perfecta. Actriz de éxito, esposa y madre ejemplar, se ha convertido en el centro de gravedad de toda la familia. Holly, la segunda, sensible e inestable, sueña con ser actriz. Lee, la pequeña, es ... [+]
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Críticas 99
Críticas ordenadas por utilidad
10 de julio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Hannah and Her Sisters, Woody Allen retoma a los clásicos personajes neuróticos de la gran ciudad entremezclando comedia, drama y romance. En este caso, se trata de una familia compuesta por tres hermanas cuya relación pasa por distintas etapas en las que intentan lograr una mayor comprensión tanto de sus propios deseos e intenciones como de las necesidades de las demás.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
htouzon
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13 de julio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A medio camino de esta película, sucedió algo curioso.
Los personajes hablaban y hablaban, pero no era tan importante lo que decían como lo que dejaban transmitir. Los imponentes edificios de Manhattan dejaron de ser un escenario de fondo, y empecé a sentir su atestada melancolía.
De un enredo de faldas que en esencia es nada, otro día cualquiera... salían ideas, reflexiones que lo son todo.

'Hannah y sus Hermanas' tiene esa cualidad: deja pasar las cosas, y poco a poco ellas mismas se revelan dominadas por una actitud.
Desesperadas, como esa atracción irresistible que hace a Elliot anhelar la sonrisa de Lee, pese a estar casado con Hannah.
Patéticas, como la incansable búsqueda de Mickey por algo que le dé un sentido a su rancia carrera televisiva.
O tristemente entrañables, como los intentos de Holly, hermana de Hannah, de salir por fin a un mundo que nunca parece haberla tenido en cuenta.
Tres almas perdidas en la gran ciudad, que salpican sus reflexiones en la consciencia del espectador, y más de una vez se preguntan un "por qué" sin respuesta aparente.

La vida era esto, parece.
Ir de un lado a otro, arrastrando traumas y poemas que nos escribieron otros, tratando de rascar un hueco que nos haga sentir, no ya queridos, sino importantes.
Es una de las razones por las cuales Lee empieza a prestar atención a Elliot, y a contagiarse de ese callado deseo que es un romance secreto: "nunca la lluvia tuvo manos tan pequeñas" deja de ser una simple frase, y se convierte en el mantra de todos aquellos que no sabemos explicar bien cómo no hemos acabado dónde y con quien queremos.
En el caudal de impresiones equivocadas, citas rápidas para comer e inútiles exhibiciones de arte, la pasión de marido y hermana de Hannah parece lo más auténtico que alguna vez ha sucedido en estas calles.

Ellos están en el opuesto extremo existencial de Mickey, paliando su vacío emocional con curiosidad inexplicable, pero para este último no queda ya esa esperanza: cualquier día pueden darte preocupantes resultados médicos que te dejen con un legado de mierda, nunca aprovechado por nadie, y siempre pendiente de justificarse.
Me río con su cruzada espiritual neoyorquina a través de religiones que se revelan solo organizaciones lucrativas, pero en el fondo soy capaz de reconocerme también en su actitud ante la vida, eternamente preocupado porque de repente, una tarde cualquiera, empiezas a pensar que todos los proyectos e ilusiones no merecieron la pena.

He andado esas calles.
He asistido a las cenas, eternas y exasperantes, donde siempre se habla de lo mismo y nunca de eso que nos quema.
También he pasado tiempo buscando aprobación de algo o alguien para decirme que estoy en la ruta buena, aunque al final solo sirva para enfadarme conmigo mismo.
Podría ser todo ello un hipnótico poema, una odisea... pero es lo que nos toca a todos, algo tan común que puede quedarse en la órbita de cuatro hermanas cualquiera.

Así que me quedo con las ironías, con las casualidades divertidas, tal vez incluso con la lección de que pensarlo demasiado o tomar soluciones definitivas no sirve para nada cuando las estaciones avanzan, y las personas con ellas.
El corazón es un musculito muy resistente, sí.

Menos mal que, la primera vez que queremos, odiamos, perdonamos o aceptamos, nadie nos dice cómo se siente.
Charles
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14 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En plena etapa de madurez del cineasta, a mediados de los 80, el gran genio hace lo que mejor se le da, mezclar historias dramáticas con cómicas en un puzzle de vidas cruzadas para hacernos pensar entre sonrisas y lágrimas sobre las grandes preguntas que siempre se hizo el ser humano y la condición de la existencia.

Y todo ello a través de la historia de tres hermanas muy distintas entre sí: Hannah ha triunfado en el mundo del espectáculo como actriz y aparentemente está felizmente casada y siendo pilar de la familia; la menor, Holly, vive con un artista atormentado y sabe que le gusta al marido de Hannah; la mediana, Lee, es alguien a quien el destino ha decidido que siempre fracase, y va dando tumbos en lo personal y en lo profesional sin rumbo fijo y refugio en las adicciones. Hay otro personaje interesantísimo y aún más divertido, que Woody Allen se reserva para sí mismo, el exmarido de Hannah, un hipocondríaco del que se sospecha lo peor al respecto de su pérdida de oído y que, a consecuencia de ello, decide abandonar el judaísmo para buscar una religión más prometedora y tranquilizadora, dejando algunas escenas históricamente divertidas, como la de su católica bolsa de la compra.

Una película que rezuma melancolía y tristeza en mitad de una presunta comedia, que habla de matrimonios que se descomponen, infidelidades, lazos familiares mal entendidos, no asunción del paso del tiempo y la edad, intelectuales insoportables que se regocijan en ser malditos, drogadictas fracasadas, el vacío existencial, la inexistencia de Dios, la hipocondría.. todas las constantes del cine alleniano aparecen de forma brillante en esta obra maestra de 1986, nominada a 7 Oscars.

Todo ello sostenido en un elenco actoral de primera magnitud, encabezado por la pareja formada por Mia Farrow y Michael Caine (ni más ni menos), una extraordinaria Barbara Hershey emparejada con (redoble de tambores) con Max Von Sydow (al fin consiguió Allen trabajar con el actor fetiche de su adorado Ingmar Bergman) y una Dianne Wiest siempre espectacular en el cine de Allen.

Una cinta que, cuando aún Allen importaba a la Academia de Hollywood, se hizo con 3 merecidísimos Oscars: uno a Michael Caine como Actor Secundario, otro a Dianne Wiest como Actriz Secundaria y un tercero a su extraordinario guión, estructurado en episodios titulados, algo no habitual en el cine de Allen, y que subraya su estructura de historias cruzadas de forma ejemplar.

Contiene además una escena mágica en la que la cámara no para de dar vueltas alrededor de una conversación entre las tres hermanas en un restaurante, de esas que luego se pueden rastrear en la filmografía de otros muchos directores.

Contiene además dos guiños impagables: Maureen O´Sullivan interpreta a la madre del personaje de Mia Farrow siéndolo en la realidad y el personaje de Woody Allen cambia su tendencia de pensamiento delante de una película de los Hermanos Marx en un impagable homenaje a unos de los más grandes cómicos de la historia.
Sergio Berbel
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20 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver a un Woody Allen hipocondríaco hasta la médula, relacionando un pitido en el oído con un tumor que lo llevará a la tumba, reflexionando sobre la muerte, sobre la absoluta nada, sobre el sentido (más bien el sinsentido) de la vida y buscando refugio en alguna religión es, ni más ni menos, que canelita en rama para el cine y para todos nosotros.

Y ya si lo juntas con un fantástico Michael Caine y una tragicómica historia de amores y desamores con 3 hermanas tienes una estupenda cinta MÁS de este simpático director, una de las más reconocidas y una de las más lauredas.

Aconsejable, sí, a pesar de Mia Farrow.
DaniBalboa
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25 de enero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que más me gusta con diferencia de esta película es la autenticidad peculiar de algunas conversaciones, y el personaje cómico de Allen que hace los dramas internos se suavizan y se puedan digerir apaciblemente me dan igual los líos difíciles de digerir de unos y otros, e incluso su estética setentera de colores apagados (Woody Allen retrata de una forma muy personal el Nueva York de los ochenta muy diferente al que lo filmaría la inmensa mayoría).

Se ha dicho que la influencia de Ingmar Bergman ha sido negativa, y que cuanto más intenta parecerse a él es peor. Sin embargo creo que la autenticidad en las conversaciones y de algunas situaciones como cuando el arquitecto elige llevar por la noche primero a su casa una amiga frente a otra porque le gusta más, el diálogo interno de Dianne Wiest es magnífico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alfonso Marlowe
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