Esto no es un golpe

Esto no es un golpe (2018) es un meticuloso documental dirigido por Sergio Wolf en el que se reconstruyen los hechos de Semana Santa, aquellos días de 1987 en los que el proceso democrático argentino se vio amenazado por el copamiento de varios cuarteles militares.

Por Nicolás Bianchi

Una vez repuesto el contexto histórico y político de la época, lo que Wolf hace con solvencia, quedan delineados tres actores principales para reconstruir lo que sucedió en Semana Santa. El entonces presidente Raúl Alfonsín se ve inmerso en una crisis imprevista que tiene como líder al militar Aldo Rico, el villano de la película. En las calles el tercer actor es el pueblo, que se moviliza a Campo de Mayo y Plaza de Mayo, donde el director recuerda haber estado.

El disparador del conflicto es el amotinamiento del torturador Ernesto Barreiro en Córdoba, que se niega a ser trasladado por la policía en el marco de los juicios que se abrieron contra los represores al retorno de la democracia. Informado sobre el clima general que se vivía en los cuarteles Rico viaja desde Misiones, donde estaba apostado, y se pone al frente de la rebelión en Campo de Mayo.

Lo que Wolf realiza es una meticulosa recomposición de la crisis, que se extendió durante toda la Semana Santa de 1987 y tuvo su clímax el domingo de Pascua, mediante una batería de entrevistas que reconstruyen lo sucedido al detalle. La búsqueda es recrear cada reunión, cada palabra que se dijo en ese momento. La intención que se advierte es la de recrear la fragilidad de la democracia en aquel momento y la dimensión del desafío al gobierno que supuso la actitud de Rico y otros militares.

La versión de los militares, que sostiene Rico y apoyan los también entrevistados Gustavo Breide Obeid y Pedro Mercado, es que lo que se buscaba era solamente una “solución política” a lo que ellos llaman “la guerra contra la subversión”, o sea que cesen las investigaciones y causas contra aquellos militares involucrados en crímenes de lesa humanidad durante la dictadura que gobernó al país entre 1976 y 1983. Las juntas militares ya habían sido juzgadas en 1985.

Lo que plantea el documental, desde la ironía en su título y en todo su desarrollo, es que en ese contexto una actitud como la de los carapintadas no podía nunca ser solo un pedido concreto sobre un tema dado. El mismo Wolf se expone, se podría pensar que incluso desmedidamente, en la entrevista con Rico, quien una y otra vez elude los mandobles del director. De cualquier manera la posición de cada actor sobre lo sucedido queda clara.

Y la del documental también: se estuvo al borde del desastre. Faltó poco para que los manifestantes invadan Campo de Mayo, donde había militares trastornados tras cuatro días sin dormir. El presidente Alfonsín se apersonó en el lugar, en una jugada que podría haber tenido derivaciones también trágicas. Las negociaciones llegaron a buen puerto y todavía hoy son fruto de interpretaciones diversas. De hecho no hubo un golpe en Semana Santa aunque lo sucedido se le pareció bastante.