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Una chica de opereta

Comedia Bernardo Navarro, un anciano compositor y empleado de un comercio de instrumentos musicales, vende por necesidad y a muy bajo precio sus canciones a su jefe, que las quiere para hacerlas pasar por obra de su hijo. La pobreza y los desprecios terminan con la vida del anciano, y su hija mayor Silvia, buscará vengar su muerte. Tomará clases de canto para ganarse la vida como corista, mientras investiga quién era el que se apropiaba de la ... [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
26 de enero de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta difícil creer que "Una chica de opereta" se produjera en 1944, el mismo año de realización de Laura, Arsénico por Compasión, Luz que agoniza o Perdición, no por calidad de las cintas sino porque parecen pertenecer a siglos diferentes, o quizá a una galaxia muy, muy lejana, porque la trama y los personajes de Una chica de opereta parece que ya estaban pasados de moda en los cuarenta.

Ejemplos: una chica tan tan, tan buena y tan, tan, tan espejo de virtudes. Unos padres tan ancianitos (¿a qué edad se supone que han tenido a las hijas? Una de ellas, adolescente) y tan, tan, tan sacrificados.

Y unos malos tan, tan, tan malos como ese jefe tan, tan, tan explotador (vale, esto es más verosímil)

Y esos escenarios: la castísima revista en la que actúa la protagonista (atención al descoordinado cuerpo de baile), las fiestas de sociedad, el hotel donde se indica al primero que llega dónde se alojan los clientes y hay un piano en cada habitación...

Por supuesto no falta la marca del cine español de la época: esa forma de actuar tan engolada y rígida que hace que hasta Pepe Isbert parezca poco natural en más de una ocasión.

Tan lejano parece todo que no me resultaba reconocible ni Luis Prendes

No todo son contras, ni mucho menos, de hecho hay varias virtudes en la narración, como la forma elegante de eludir algunos momentos del relato o la forma de sugerir la evolución de los sentimientos de la protagonista según se pinta los labios.

Más que mala o buena, esta película una rareza muy anclada en el tiempo, y en un tiempo muy anterior al suyo.
DiViDi
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24 de abril de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces veo este tipo de películas españolas antiguas solo por lo que tienen de documento social.

Desde esa perspectiva, «Una chica de opereta» guarda muchas similitudes con la comedia romántica norteamericana de la época, solo que a lo español. En esta ocasión no ha habido guerra en España ni en el mundo y se añade un toque musical que termina siendo nada, solo un par de canciones. La historia principal es la de Silvia y Armando, historia que por desgracia tarda en aparecer. Se nota que es una novela en la que la escritora se explayará en las vicisitudes de la heroína hasta que encuentra su camino en la vida y, con ello, el amor. Porque el amor siempre será un buen tema, sino el mejor, sobre el que escribir.

Es a partir de la farsa de institutriz antipática y la aparición del gran Pepe Isbert cuando «Una chica de opereta» se gana nuestra atención. Josita Hernán está muy graciosa y muy ideal, y lo cierto es que es un gusto ver un personaje tan estupendo y seductor, con carácter y energía, y sin perder la simpatía. Vamos, toda una mujer española.

Es una de esa películas que necesitarían un remake, lo cual es tanto como un halago como una crítica.
Kaori
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31 de enero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El argumento en principio era prometedor ya que inicialmente se insinua la venganza como tema principal por parte de una chica que se habia visto chantajeada por un asunto relacionado con la música de su padre. El planteamiento general no es debidamente potenciado por la realización de Quadreny quien no acaba de controlar la acción que resulta parsimoniosa por culpa de unos diálogos reiterativos y de unos modos interpretativos bastante teatrales con reminiscencias de la revista musical española de toda la vida. Por el contrario si consigue sacar cierto partido de la agradable personalidad de Josita Hernán con ese tono de voz suyo tan especial que es una de las pocas figuras del reparto que no actuan con un tono teatral tan acentuado y que al ser la protagonista salva a la película. También puede destacarse la elegancia de Lily Vincenti, actriz especializada en vampiresas refinadas que también ayuda a salvar este proyecto cuya modestia puede resultar simpática aunque la obra pudo salir un poco mejor. Luis Prendes iniciaba su prometedora carrera y en los años 60 logró interpretaciones notables en films como "A hierro muere" o "Todos eran culpables". Igualmente el nunca olvidado José Isbert también brillaría con mayor soltura en sus películas de los años 60. Film que requiere paciencia y situarse en su época. Si esto último se consigue se encontraran los alicientes detallados.
Cromatico
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19 de abril de 2020
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine vuelve a reunir en la gran pantalla, como en su antecesora "Mi enemigo y yo" (1944), a Josita Hernán y a Luis Prendes, bajo la batuta de Ramón Quadreny, de nuevo en la adaptación de una novela de Carmen Linares Becerra de cuya interesante vida hablé en la mencionada película. La que ahora nos toca quiere ser una comedia de enredo con aire de revista musical pero pese a la que la idea es bastante buena, la de chica transformada en severa secretaria-institutriz para "amargar" por contrato al galán, su ejecución es mediocre, tarda en llegar y su desarrollo amoroso se resuelve de una manera abrupta, apresurada e impuesta por el guión.

No os voy a engañar, esta "Una chica de opereta" es malilla, empezando por un sonido muy deficiente, siguiendo por algunos actores llamativamente flojos, pienso en el que hace del padre de la protagonista, sin contar con el engolamiento excesivo de las interpretaciones, y terminando por la simpleza argumental, que deja poco espacio para la comedia, a pesar del jugoso recurso al disfraz, o el romance. De lo poco que rescatar, la impetuosa Silvia, de la mano de una Josita Hernán que ciertamente tiene gancho, una forma de hablar muy graciosa y que de nuevo luce un vestuario impresionante, lo que incluye unos zapatos sexis de plataforma increíble.
Reaccionario
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