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Yo estoy con los hipopótamos

Comedia. Aventuras. Acción El rubio y flaco Slim y el gordo y barbudo Tom se reúnen en un poblado africano donde Tom tiene montada una curiosa agencia de turismo, para la que gracias a la colaboración de Slim consigue comprar un autobús. Aunque sus padres eran hermanos, Slim y Tom no se parecen en nada, pero en esta ocasión, de mutuo acuerdo, convienen en desbaratar los turbios manejos de una banda de traficantes de animales salvajes que se dedican a capturar ... [+]
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
10 de marzo de 2009
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
África, el continente origen de la humanidad, empobrecido y explotado por los occidentales. Como si de un paraíso perdido al que quieren volver, son muchas las películas de esta dupla, juntos o por separado, ambientadas en ambientes tropicales del hemisferio sur. Los temas que trata "Estoy con los Hipopótamos" son producto de la fecha en la que fue rodada (1979). A pesar de que un rótulo inicial nos sitúa en "África, hace unos años", los problemas que denuncia la película estaban de plena actualidad a finales de los 70.

Hay una pugna, en ningún caso con virulencia, entre una curandera y un médico. En realidad, son dos visiones complementarias, que hasta se ayudan en sus diagnósticos a pesar del pique entre la medicina oficial y la santería. El personaje del médico es un autóctono ilustrado que edita un periódico crítico y caza mariposas en sus ratos libres. La curandera es la "Ma" de Bud y de Terence, su anfitriona, la que les fríe los huevos de avestruz. Ambas personas con facultades curativas reman en el mismo barco.

Y es que el navío principal que surca la temática de este largometraje es la denuncia de los abusos provocados por el tráfico de animales y de marfil, personificados en un antiguo boxeador americano metido a mafioso. Para combatirlo, tenemos a los dos protagonistas, que, como siempre, se mueven por dinero y su buen corazón. Bud tiene una agencia que organiza safaris de lo más cutre. Les da balas de fogueo a los cazadores que transporta y los hace parar en poblados perdidos aduciendo una avería, porque está compinchado con el cacique local para obtener un porcentaje de los beneficios de los souvenirs de esa parada.

Terence es un empedernido jugador, que dinero que gana, dinero que se lo apuesta. Siempre viviendo al día, sin pensar en el futuro y con una eterna y pícara sonrisa. No son el prototipo de buenazos, pero eso es lo que los hace ganarse el respeto del público. Que están plagados de defectos, de mala hostia y de, en el fondo, nobles propósitos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pas
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30 de mayo de 2009
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Descafeinada película, en la que Bud Spencer y Terence Hill no tienen la misma chispa de otras entregas. El argumento es muy simple: un mafioso que trafica con animales africanos y se comporta como un dictador. Nuestros dos amigos se dedican a fastidiarle todos sus negocios y a dejar libres a los leones, zebras, leopardos...

Lo gracioso de este tipo de películas suelen ser las situaciones tan absurdas por las que se generan las peleas y las peleas propiamente dichas, con sus golpes que resuenan pese a que se aprecie claramente que son más falsas que los pressing catch. Pero en este caso apenas hay peleas, y las que hay, salvando quizás la del principio de la película, no valen un duro.

Así pues, si no os gustan las películas de Bud Spencer no perdáis una hora y media de vuestra vida en ver "Estoy con los hipopótamos", probad mejor con "Dos super esbirros" o alguna de las que ponen en la tele los días festivos por la mañana. Si sois fans de estos dos, os decepcionará un poco, aunque ya se esté mentalizado de que uno no va a ver "El Padrino"
MBD
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31 de julio de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay tal cantidad de películas interpretadas por estos dos personajes que es muy raro que ninguna de ellas tocara el tema ecologista. Con ésta, los dos italianos mamporreros pretendían denunciar algo muy de actualidad a finales de los noventa: los excesos producidos por el tráfico de animales y marfil.

Tom es un bonachón que vive de estafar a los turistas que contratan los servicios de su agencia de turismo. Su hermano Slim es un vividor al que nunca le dura el dinero que gana en el juego. Ambos tendrán que proteger el poblado que els ha visto crecer de Ormond, un exboxeador reconvertido en traficante de animales y marfil.

Por desgracia para los más aférrimos seguidores de las películas de "Bud Spencer y Terence Hill", ésta se trata de una película de "Bud Spencer y Terence Hill" bastante descafeinada. El punto fuerte de sus películas, los mamporros, se ven reducidos tanto en cantidad como en ingeniosidad. Por el resto, conserva los ingredientes típicos "Budspencerterencehilianos": unos buenos muy buenos, unos malos muy malos, ausencia de muertes, una trama en donde triunfa lo moralmente correcto, interpretaciones simplemente correctas... y una música alegre y muy pegadiza.

Es importante recalcar la pena resultante del poco desarrollo que se le dio al fuerte de este largometraje: la relación amor odio entre el médico y la curandera. Un guión más enficado a ellos hubiera tenido muchas posibilidades.
chechu
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6 de enero de 2009
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de esta pareja que se hizo famosa por aquellos tiempos debido al éxito que cosecharon con su humor.
En este caso actúan en defensa de la libertad de los animales salvajes que un empresario tiene enjaulados para hacer negocios con ellos.
La película no está al nivel de otras suyas de mucho más valor. La actuación de todo el elenco de actores no está conseguida y las escenas una y otra se alargan sin más.
En principio se trata del bruto que reparte mamporros y el listo rubio que traza los planes. En todas, Bud Spencer suele ser un tipo cascarrabias y tosco y el otro una especie de loco simpaticón, imprevisible y desconcertante.
Lo más conseguido, como norma de la casa, son los bofetones del primero que proporciona a los gorilas mafiosos una y otra vez, pero aquí no funcionan como en otras. La gracia consiste en que suenan como un chasquido y son del todo expeditivos.
El fondo noble que la película plantea como mensaje evidente y simplificado es el respeto a la fauna.
El caso es que entre Terence y Bud crearon una química que aún hoy funciona y seguirá funcionando (pero unas películas son mejores que otras).
floïd blue
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2 de febrero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Flojita colaboración entre Bud Spencer y Terence Hill. Temática ecologista pero falta de ritmo y una historia que suena a vista, a repetida y sin el aliciente de un mejor ritmo o narrativa.
Lejos queda una película como “Y si no nos enfadamos” más redonda en todos los sentidos: la historia tenía un esquema parecido pero todo está mejor cosido y resulta más divertido e incluso la música tenía más gancho. Esta cinta no pasa de ser un refrito que deja ratos divertidos sobretodo para los conocedores de Bud Spencer y Terence Hill pero poco más. A resaltar la química, para variar, entre la pareja protagonista.
el hombre del coco
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