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Prisioneros (TV)

Drama. Intriga “Perfectos desconocidos” bajo el yugo del estado en la Hungría comunista. Suspense y unas gotas de humor absurdo se dan cita en esta película basada en hechos reales, donde una familia ordinaria (y todo aquel que les visita) es cautiva en su propio hogar a manos de la policía secreta.
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
19 de agosto de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Budapest, junio de 1951

Cautivos (Captives) tiene su guion inspirado en hechos reales sufridos por la familia del destacado pintor Szuts Miklós cuando éste tenía seis años en junio de 1951. La perspectiva de la película es desde la visión ingenua del niño pequeño protagonista de la película.

Una gran dirección artística de Anikó Varga se une a la buena recreación de la ambientación de época del piso por Tamás Tamási. Muebles antiguos y sobria decoración en un piso donde transcurre la mayor parte de Cautivos.

La acción transcurre entre los días 4 y 8 de junio de 1951 en Budapest, capital de Hungría, donde parecía que el Régimen dictatorial del presidente Rákosi no terminaría nunca.

Según la propaganda oficial la economía crecía mientras la gente disfrutaba de paz y prosperidad. Mientras tanto en la vida real la Policía Secreta del Estado, la siniestra ÁVH, se presentaba al amanecer en los domicilios particulares.

La temida llamada persistente al timbre era el comienzo de sus pesadillas con el confinamiento, la deportación o la detención. La ciudadanía coaccionada por el miedo y la incertidumbre lo llamaba popularmente “el terror al timbre”.

Cautivos comienza con una secuencia premonitoria en una nebulosa calle de Budapest a la que llega un coche del que se bajan dos policías secretas. Tras llamar agresivamente a varios timbres irrumpen de malos modos sin orden judicial alguna en el domicilio de la familia Gáls en Sziget, 17.

Fuera en la sombría calle reina el silencio mientras algunos escasos vecinos sienten temor por lo que pueda suceder.

*El encierro obligado de una familia normal

Poco a poco la sobria fotografía de Francisco Gózon va retratando el ambiente claustrofóbico que la retención obligada va imponiendo. También la música de Adám Balázs pone el acento dramático al confinamiento.

Los policías secretas entran en el piso buscando a Gyula Michnay, pero nadie dice conocerle. Le acusan de “agente imperialista”. Al no encontrarlo se instalan en el piso impidiendo que puedan salir sus inquilinos.

De paso retienen a cualquier persona que llega al piso por cualquier motivo aumentando poco a poco el número de secuestrados.

Los alimentos escasean teniendo que hacer malabarismos para poder subsistir comiendo algo. Pan y grasa, mermelada de albaricoque o arvejas partidas.

Mientras tanto fuera algunos vecinos observan entre la incredulidad y el temor los pocos vestigios de lo que pueda estar sucediendo dentro. El conserje del bloque Rezsõ (Levente Molnár) se ofrece como chivato a colaborar con el Régimen. Desde su sede el Comité Central del Partido ordenó y dirige el encierro del piso.

Sólo en alguna ocasión permiten salir por poco tiempo a alguna persona vigilada por uno de los “secretas”. Razones imperiosas como ir a por el bebé que está solo en la casa o salir a conseguir víveres.

La incertidumbre, el drama, el suspense y el humor negro son el caldo de cultivo de los retenidos. Mientras tres niños pequeños juegan desde su inocencia interaccionando con los policías. Una mezcla de secretos, mentiras y sensaciones paranoides aderezan el ambiente.

La gran interpretación de los mejores actores y actrices húngaros añade credibilidad a éste absurdo real que nadie entiende. La familia y cuantos vecinos o conocidos llamaron a la puerta han quedado retenidos. No saben el motivo real ni por qué buscan realmente a Gyula Michnay.

*Al otro lado del Telón de Acero

Cautivos es una gran película más que desde los llamados Países del Este, tras el extinto Telón de Acero, recuperan su verdadera Memoria Histórica.

Churchill en una conferencia de 1946 en Estados Unidos fue quien popularizó la expresión El Telón de Acero. Así denominó tras la Segunda Guerra Mundial la separación de Europa en los dos grandes bloques ideológicos y físicos.

Desde hace pocos años, por fin algunas cinematografías de diferentes países nos van mostrando como fueron o aún son los regímenes de terror bajo las dictaduras comunistas.

Algunas buenas muestras de ello son las polacas Katín y Mr. Jones, la alemana La mirada de los otros, la lituana En la oscuridad o los documentales El infiltrado y Érase una vez en Venezuela.

En Cautivos el cuidado guion mantiene la tensión a lo largo de todo su metraje. Pinceladas de humor surrealista hacen llevadero el drama del encierro obligado.

Los personajes principales de las hermanas Sara (Eliza Sodró) e Ilona (Zsófia Szamos) son el hilo conductor de la trama. A su alrededor niños y adultos sufren impotentes e impasibles el confinamiento. Tratan de entretener el tiempo haciendo crucigramas, jugando a las cartas o durmiendo hacinados.

Un personaje surrealista es la inquilina alquilada Patkósné (Anna Gyorgyi), hiérática pitonisa que trata de descubrir el futuro.

En Cautivos (Captives) hay diversas secuencias magistrales como la de la comida en el salón que recuerda a Buñuel. También destacamos la del irónico saludo Libertad entre los policías en sus relevos, el interrogatorio de Sara o una salida vigilada filmada a cámara lenta.

Las escenas finales que dan término a la película son memorables, especialmente el comportamiento paradójico del niño en el pasillo fuera del piso.

*Conclusión

Cautivos (Captives) es una gran película húngara basada en hechos reales. Describe un episodio de retención de una familia normal por la muy temida Policía Secreta. Ambientada en el Budapest en 1951 bajo la dictadura comunista del Régimen del presidente Rákosi.

Una gran interpretación del elenco actoral en una película que fluctúa entre el drama y el humor surrealista. La gran ambientación de la época recrea aquella Hungría carente de libertades y de alimentos.

Recomendamos su visión para quienes desean conocer parte de la historia de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Una pequeña joya que entretiene e ilustra.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez
Cinemagavia
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