Cada vez que...

Interesante y notable título de la denominada "Escuela de Barcelona" movimiento cinematográfico catalán que nació a mediados de los sesenta muy influenciado por la "Nouvelle Vague" francesa y el "Free Cinema" ingles, siendo especialmente con el primero con el que se identificarían tanto en forma como en contenido.

De estilo absolutamente innovador y corte experimental, el "movimiento" rompió con las pautas y esquemas tradicionales que imperaban en aquella época convirtiéndose en todo un revulsivo en la nueva forma de entender el cine.

Película recomendable para entender toda una época que, afortunadamente para unos, lamentablemente para otros, dejó de existir hace mucho tiempo atrás, pero que inevitablemente perdura en el recuerdo de muchos, sobretodo gracias al trabajo de estos grandes directores que con sus nuevas inquietudes y anhelos consiguieron reflejar mediante sus películas el vivo retrato de una época pasada.

Gracias a todos ellos.
Y gracias a ellas.
Notable y recomendable.

"Vivan los bares de copas,
las canciones tontas,
la primavera y el amor."

Beti Jai, Los Lagos de Hinault

Curiosa película de La Escuela de Barcelona, quizá la más pop -en su acepción Richard Lester- de todas. No deja de ser una reformulación del Noches De Vino Tinto de José María Nunes con dos parejas en lugar de una y bastante vivaces ambas en lugar de bajoneras. Con cameos de toda la gente del círculo aquel -hasta sale el hermano de Enrique Irazoqui- y las autocitas verbales de Joaquím Jordá a Dante No Es Únicamente Severo y visuales de Carlos Durán a Mañana Será Otro Día, de la que se hace pasar metraje de un rodaje de época por perteneciente a un film italiano.

A destacar la inmensa apertura y los insertos al son de música clásica -muy Gaspar Noé, de hecho parece el Moral de Sólo Contra Todos- y la figura del narrador omnisciente al que una chica le discute todo lo que acaba de decir sobre ella gritando que es mentira. Lástima de las lamentabilísimas secuencias de música beat, que frenan el ritmo, nada aportan y dan hasta verguencica ajena por aquello de los modismos de época obsoletos y los grupos españoles haciendo uso de un inglés que ni Franco. Y eso que los valencianos The Adam Grup no imitaban nada mal a los Unrelated Segments.

Se pasa un buen rato viendo a los actores fumar, pidiendo un pitillo cuando a los pitillos no se les llamaba sígar. Las actrices que también fuman vaya usted a creer, se pasean por la cámara enamorando al espectador, también es algo por lo que la película vale. Los diálogos no llegan hasta tanto como para quedarnos picuetos. Los gandules del grupo de rock tienen una gran actuación, contagian libertad con su correteo por las calles. Lo que se aprende, creo yo, es que en Barcelona en el 68 se vivía prácticamente igual que ahora, aunque antes eso sí, ponían pancartas gigantes en los edificios de "Franco sí" aunque ahora supongo yo que la pancarta será en honor a Ratzinger, eso si son buenos católicos.