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Ultras

Drama Nápoles. Con casi 50 años, Sandro sigue siendo el jefe de los Apache, el grupo de ultras con los que ha pasado toda la vida en el estadio: una vida de violencia, enfrentamientos, pasiones y valores inquebrantables. Pero ahora por primera vez, Sandro siente la necesidad de llevar una vida normal, de una relación, hasta de formar una familia. Y ha conocido a Terry, guapa y sin miedo a nada. Angelo tiene 16 años y considera a los Apache su ... [+]
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
11 de abril de 2020
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con “Ultras”, Francesco Lettieri firma su debut como director de un largometraje. Tras hacerse un nombre en el mundo de la realización de videoclips de artistas al alza de la escena musical italiana - como Liberato (que, de hecho, pone banda sonora a la película) - Lettieri se sumerge ahora en las calles y barrios humildes de su ciudad natal, Nápoles, para narrar una historia de amistad y violencia, de fe e indecisión, de tradición y reinvención; y en suma, de contrastes, crisis y contradicciones vitales.

En este sentido, narra una historia aparentemente de fútbol, pero sin partidos de fútbol; donde en realidad el deporte no es más que la excusa alrededor de la cual hacer pivotar una religión - con una parroquia a la que no por casualidad se le otorga un papel destacado en momentos clave, como la apertura de la película sin ir más lejos - nacida con el objetivo de canalizar la necesidad de pertenencia de unos individuos humildes y en parte insustanciales, pero que son conscientes de que sólo a través de su unión pueden ser capaces de hacerse notar. Una historia, por tanto, sobre la pasión futbolística como eje de vertebración de la fe y sentimiento de pertenencia de una organización “tribal” en muchos sentidos.

El protagonista es Sandro, alias El Mohicano, que pese haber entrado en la cincuentena sigue siendo un referente con un ascendiente muy fuerte dentro de un grupo destacado (aunque ficticio) de ultras del Nápoles, los "Apaches". Sin embargo, algunos de los miembros más veteranos del grupo (entre los que se encuentra Sandro) tienen prohibida la participación y acceso a manifestaciones y eventos deportivos (prohibición introducida hace algunos años para combatir este tipo de agrupaciones violentas y conocida como “DASpo” en Italia), lo que provoca que sean otros miembros más jóvenes los que estén ganando protagonismo dentro de la primera línea de acción de la organización. A su vez, existe una suerte de tercera generación adolescente, utilizada fundamentalmente como fuerza ejecutora de algunas tareas, dentro de la cual se encuentra Angelo, joven algo desorientado por la pérdida de un ser querido que ve en Sandro una figura paterna y un referente.

De esta forma, la cinta explora también (y con relativo éxito además) el impacto que el paso del tiempo, la transformación de las preocupaciones vitales con la edad y el relevo generacional tienen también sobre los miembros de este grupo de fanáticos; puesto que, en particular, en el caso de Sandro, el hecho de verse forzosamente relevado de la primera línea de acción le supone una oportunidad para replantearse ciertas prioridades.

Dentro del reparto, destaca la figura al alza de Aniello Arena, con más kilos de músculo de lo habitual de cara a reforzar la presencia y el vigor físico de su personaje protagonista, al que dota además (y con acierto) de cierta timidez e incluso ternura en algunos momentos. El actor cuaja así una actuación creíble y relativamente meritoria, más aún si tenemos en cuenta su pasado turbulento como antiguo sicario de la Camorra napolitana, y el hecho de debutar en el cine tras más de veinte años en prisión (gracias a la obstinación de su descubridor, el director Matteo Garrone) y cumpliendo todavía cadena perpetua en régimen de lo que se conoce como “semi-libertad” en Italia. Junto a él, destaca un elenco completado en su mayoría por jóvenes actores al alza y actores napolitanos relativamente amateurs, lo cual no impide en absoluto que la mayoría de los personajes (incluso algunos menores y relativamente secundarios) logren resultar bastante creíbles, lo cual denota a su vez un buen trabajo de dirección actoral y de construcción de los personajes.

La ambientación también resulta bastante meritoria y altamente envolvente, con una ciudad y atmósfera napolitana que brillan con luz propia. En este sentido, la elección de Nápoles como lugar en el que transcurre la mayor parte de la historia resulta muy acertada, pues (más allá de ser la ciudad natal del director) es de las grandes ciudades de Italia donde la afición futbolística se encuentra más centralizada en torno a un único equipo, permitiendo por tanto focalizar más en las tensiones internas dentro del propio grupo de ultras. Y además, en línea con lo anterior, el Nápoles es de los equipos donde dicha afición por el fútbol tiende a trascender más de lo meramente futbolístico y a reflejar también, en buena medida, la aspiración de muchos italianos del sur del país de revertir la marcada desigualdad con respecto al norte que vienen heredando desde hace varias generaciones (siendo el Nápoles, en este sentido, el único de los equipos del sur del país que logra plantar cara a los todopoderosos equipos del norte). Asimismo, dicha satisfactoria ambientación se ve también en gran medida favorecida por la banda sonora y música de fondo de Liberato, cuyo estilo electrónico y urbano encaja muy bien aquí y, sin duda, contribuye con creces a crear una atmósfera muy envolvente en momentos clave de la película.

En definitiva, como el propio realizador subraya, se trata de una historia “sobre personas y no sobre fútbol”, y de una película y no de un “tratado de sociología”. En este sentido, Ultras es una cinta de aspiraciones modestas (como ópera prima que es además), correcta y que cumple sobradamente, sobre todo a la hora de ofrecernos una mirada un tanto distanciada con la que sumergirnos en un microcosmos criticado y muy criticable.
Alvar0mg
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22 de marzo de 2020
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi muchas críticas negativas antes y una vez vista no las comparto para nada. No sé que esperaba el público. Quizás querían más tanganas y mundo ultra en detrimento de historias personales de los protagonistas.

Me parece una producción buena con un reparto de actores muy acertado que da en el blanco. Se distinguen tres perfiles de ultras: Vieja guardia, generación de en medio y por último los cachorros. Existen discrepancias entre unos y otros mientras los más jóvenes sueñan con hacerse un hueco y ganarse el respeto.

Se trata el caso de Ciro Esposito, asesinado a hierro por un ultra de la Roma hace unos pocos años, desde otro ángulo y el sentimiento de pertenencia y pasión que despierta el Nápoles en el sur de Italia se refleja muy bien.
Las imágenes de archivo de Maradona y los años dorados del calcio también suman. El vestuario casual Sergio Tacchini, Lyle & Scott, Adidas, es acertado. Son las prendes ansiadas por la chavalada.

Hay un personaje con bastante peso que "ya no quiere rollos" y por ello busca otro modo de vida pero se acaba viendo involucrado en el ajo. El final es triste e inesperado pero la película no es ni mucho menos mala. Tiene escenas muy buenas y es muy amena de ver.
El Libanés
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5 de abril de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de los ultras del fútbol italiano. El protagonista, Sandro, es uno de los líderes de la facción más violenta de los seguidores del Nápoles, el equipo que, en la realidad, aún tiene una cuenta pendiente con el Barça.

Pero Sandro empieza a estar cansado de tanta pelea barriobajera, arengas criptofascistas, bengalas, reyertas y prohibiciones. Conoce además a una mujer de la que se enamora y que representa una oportunidad de salir de ese mundo donde es menos importante que tu equipo marque un gol que liarse a tortazos con los hinchas del conjunto rival.

La película arranca en la jornada 34º de la liga italiana, cuando el Nápoles tiene serias posibilidades de ganar el 'scudetto'. Y mientras avanzan las semanas hacía un partido decisivo con la Roma –decisivo en todos los sentidos, ya que también es el momento álgido de la actitud violenta de los Apache–, Sandro se va distanciando sin tener claro cuál es su futuro. Los códigos de honor entre los hinchas pesan también mucho.

El director ha construido una ficción que en muchos momentos parece un potente documental sobre el tema tratado y resulta bastante superior a otras películas sobre ultras y 'hooligans'. Esta sensación queda reforzada con las directas y muy creíbles interpretaciones de todo el reparto, diríase que la mayoría de actores salidos de los grupos de animación exaltada del fútbol italiano.

Se desgranan ritos y credos de los personajes, la forma que tienen de relacionarse entre ellos y con el mundo, la rivalidad en el fútbol como única forma de vida y los lazos familiares establecidos entre los miembros del grupo. No los justifica ni comprende, tan solo muestra como son. Y cómo pueden terminar.
Sinopsis Joaquim Casas
Santiago el Mayor
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22 de marzo de 2020
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
De pequeño siempre me intereso el mundo ultra, los tifos, cánticos etc. Ahora ya perdí algo el interés pero si que me llamo la atención esta película de Netflix y ayer me puse a verla.


El film esta bien aunque si que podía profundizar en más cosas pero evidentemente una película no puede condensar lo mismo que una serie. Nos muestra sobre todo las luchas internas de un grupo ultra ficticio del Nápoles conocido como "Los Apaches", las distintas generaciones del grupo divididas en 3, la vieja escuela fundadora, los siguientes a suceder y los más jóvenes. El protagonista es el "Mohicano" un veterano que quiere dejar atrás su pasado y esta cerca de conseguirlo al conocer a una intrépida mujer pero se siente responsable por uno de los jóvenes cachorros que perdió a su hermano mayor en una reyerta.

La película decae un poco cuando se muestra el intento del Mohicano en cambiar de vida y si que al estar en Nápoles hubiera estado bien que hubiera habido algún vinculo con la Camorra o algo así pero creo que el film se puede calificar como aceptable.
Hazard
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21 de marzo de 2020
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Netflix estrena simultáneamente dos producciones propias que tienen al mundo del fútbol como eje vertebrador: ‘Un juego de caballeros’ e ‘Hinchas radicales’. La primera es una miniserie que se desarrolla en Inglaterra a finales del siglo XIX. Tiempos en los que este juego aún poseía esa brizna de romanticismo aportado por lo amateur. La segunda supone el debut de Francesco Lettieri, introduciéndonos en el mundo de los aficionados ultras. La acción se sitúa en Nápoles. ”Los Apache” son un grupúsculo radical (ficticio pero extrapolable a cualquiera de los muchos que proliferan).

Lettieri llena la pantalla de testosterona para ensamblar un drama sólido, vigoroso. Presenta a personajes primitivos, sin un ápice de complejidad, despojados por entero de cualquier ideología. Un atinado retrato de la violencia per sé. Las peleas, la búsqueda de notoriedad a partir del mamporro y el exceso como válvula de escape de ambientes socialmente deprimidos, se configuran como los verdaderos acicates. Para ello el individuo queda a merced del grupo. Su iniciativa personal debe subordinarse a una suerte de reuniones asamblearias en las que el más fanático lleva las de ganar. Por ello, en ‘Hinchas radicales’ el fútbol se mueve siempre entre bambalinas. Si no existiera, se encontraría con prontitud otro pretexto para encauzar todo ese torrente de frustraciones. La ventaja que aporta el deporte rey es ser fenómeno de masas. Eso les pone en el candelero.

Los personajes principales están interpretados por Aniello Arena y Ciro Nacca, ambos magníficos. El primero es un cincuentón, jefe de ”Los Apache”, con un largo historial de brutalidad a sus espaldas. El amor y la edad harán que esté de salida. Desea cambiar de vida, abrazar cierta normalidad. Justo lo contrario que el segundo. Con 16 años idolatra al líder, lo tiene como modelo a imitar. El choque generacional se atisba inevitable.

‘Hinchas radicales’ mima su aspecto visual. Luce un ambiente de suburbio marginal, degradado. Rara vez los personajes aparecen sólos. Como si por sí mismos resultaran insignificantes. Lettieri, que se luce en la dirección de intérpretes, no acierta con el tono en la parte final. La veo demasiado contenida, ordenada. Algunas de esas escenas pedían a gritos una mayor crudeza y brusquedad, en lugar de apostar por un desenlace tan escrupuloso.

Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es/
Juan Pablo
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