Swordfish, acceso autorizado

Le perdono lo de la espectacularidad (que no es nada malo si se hace bien), lo que no me gusta es lo inverosímil del argumento.
No me gusta que intenten explicar los conceptos informáticos (caballos de Troya, gusanos...) si al final me enseñan un montón de pantallas con código a lo Matrix (¿qué sistema operativo es ese?, ¿WinMatrix?, ¿MatrixLux? Sería incomodísimo de manejar) y a Hugh Jackman hablando solo y exagerando los gestos al ritmo de la música mientras intenta hackear lo que sea (es el típico concepto falso de hacker que tiene el cine reciente).
Tampoco me gusta el personaje de Travolta. Si algún estadounidense intentara combatir el terrorismo (conservar el estilo de vida norteamericano, mejor dicho) a base de terrorismo, seguro que sería un alto rango militar. A mí, personalmente, no me gusta el típico malo estilo Travolta ("Broken Arrow", "Campo de batalla", "Cara a cara"); me gusta más el Travolta de "Pulp Fiction", "Phenomenon", "Michael", etc.

Lo mejor es Halle Berry y el buen hacer de Hugh Jackman (al final para nada: ¿quién se cree que este tío guapo y musculoso es un hacker?).
En algún momento aparecían otros dos hackers de la policía que lo flipaban con la Berry. Esos sí que son (somos) los típicos.

Bueno, vamos allá...

Voy a defender este filme, que malas críticas ha recibido.

Y es irónico: la misma gente que adora ese descerebre llamado "Sunshine" es incapaz de ver las bondades de esta cara, ingeniosa y espectacular peli.

No tengo más que un recuerdo de esta película, bueno tal vez dos.

El primero es el de un Travolta sentado hablando o interrogando a alguien, no lo tengo claro, la verdad es que al cruzar la puerta de salida de la sala 3 de Parqueastur, Avilés, solo pensaba en una cosa.
Creo que éramos una proporción de 9 a 1, hombres-mujeres, ellas seguramente no recordarán nada absolutamente de esta caca, tal vez a un Hugh Jackman que comenzaba a brillar. En cambio nosotros, el género masculino, sufrimos dos o tres noches calenturientas recordando las curvas semi desnudas del bomboncito Halle Berry, lo de bomboncito sin connotaciones racistas, entiendan. Y es que... cómo está la chica, madre de dios... Por aquellos tiempos teníamos en casa un reproductor de DVD nuevecito, una tarde mi hermano Jorge apareció en casa con la misma peli en disco, claro, que mejor oportunidad para comprobar la nitidez de los nuevos DVDs que el pause y cámara lenta de los planos de la Berry. Impresionante.
Me parece que os queda claro lo que en mi modesta opinión aporta esta peli, así pues, la decisión es vuestra, yo ahora mismo no la volvería a ver ni por una entrada para ACDC.

Qué fácil es ser un hacker! y que rápido es todo, para rápida la película, en un momento sucede casi todo y dejando cosas sin explicar.
El director juega con nosotros como si se tratase de ilusionismo, como bien nos indica Travolta, pero muy mal elaborado y con unas ideas nada buenas. Y me pareció estar viendo un dejà vu, o como se escriba.

Toma la violencia como excusa para el patriotismo, un patriotismo que parece que a mucha gente le gustaría, lo mejor de la película, Halle Berry, para que nos vamos a engañar.

Hay que admitirlo, por mucho que se critiquen otros aspectos de la película (a los que llegaremos después) no hemos visto nunca una escena "explosiva" tan bien rodada como la explosión de la rehén casi al inicio del filme. La escena es absolutamente sublime y fascinante. Y el monólogo inicial es una "rareza" en el cine de acción, pero una idea fantástica.

Sí, Swordfish tiene fallos, ¿qué película no los tiene? Aun así Swordfish es un thriller de acción trepidante, adictivo, entretenido y bien hecho.
Veamos, que no es tan fácil hackear sistemas y el "gusano" de Stanley puede resultar algo extraño siendo un cubo que tiene que unir... vale, de acuerdo. Pero la inmensa mayoría del público que ve la película no es hacker, de forma que, en ocasiones, hay que representar las cosas de forma que sean más vistosas, más simples al ojo del espectador que no entiende trescientas mil líneas de código para hackear una red, y que de hecho pueden resultarle aburridas. En este caso se usa el cubo como "representación" de las distintas fases que Stanley debe superar y unir de modo correcto.
Si nos pusiéramos a sacar defectos a cada película que utiliza software inexistente o casi imposible, o cada vez que usan un ordenador con una interfaz impresionante pero que se maneja a base de teclear órdenes imposibles, no dejaríamos ni una sana.

Travolta y Jackman nos deleitan con un duelo interpretativo en el que quedan casi a la par, demostrando Jackman que va mucho más allá de lo que los ojos ven, que es un actor con mucho que ofrecer.

Es una pena que se crucifique en puntuaciones a una película que merece mucho más.
Con escenas impresionantes, un guión bien construído y unas interpretaciones sublimes, Swordfish es una película que merece la pena ver.