La invasión de los bárbaros

No escatima la película en extras, semovientes y vestuario. Lucen todos muy bien y las actuaciones teatrales ayudan mucho a entrar en el ambiente. Ahí está Orson Welles con túnica subido al trono llorando por el traicionero amor de su mujer. El doblaje es muy bueno, y los diálogos se entiende que parten de un guion cuidadoso para dar el aire temporal a la forma de hablar.

Las batallas cuentan con numeroso figurante presto a la acción y los decorados de los interiores son aceptables. A pesar de la poca credibilidad en la acción -es fácil entenderlo-, enlaza muy bien con las confabulaciones que se traen los líderes de los ejércitos: los bizantinos, los godos y los romanos, intentando cada uno sobrevivir al contrario. No hay más misterio en la película.

Añadir que algunos detalles animan en algo todo lo previsible que es una película de romanos: un enano; la alucinante presencia de un león andando por las calles; el pelo rubio de alguno, que parece de bote; y sobre todo una extraña escena durante el baño de la reina en el spa. Esto hace considerarla algo más y reconocer que aún siendo muy normalita, también está trabajada con ganas.

Sí, de esta peli sacó George Martin la frase referente al genial Tyrion.
No es lo único que ha sacado de esta:
Una reina rubia ambiciosa que odia a su herman@ menor, un enano listo que proyecta una sombra de gigante, un intrigante sembrando cizaña y jugando a varios bandos, magnicidios a traición, y muchas tetas.
Y que la gente no la mente entre las cosas que inspiraron canción de Hielo y Fuego...

La peli es histórica pero se inventa la mitad de lo que pasa, no me parece recomendable, a menos que sean un friky de la historia o de la obra del gordo procrastinador.
Al menos no saca romanos con panoplia del siglo I como en todas las pelis gringas de romanos.

Pues no sé qué pensar. Como documento sobre una época histórica no tiene parangón. Es probablemente una historia que responde bien a la verdad. Es decir, la historia fue como la película dice. No está mal rodada, aunque la fotografía no es del todo excelente, se nota granulosa.
Los actores son solventes, con apariciones de esas tan efectistas, como la de Orson Welles, o incluso Sylvia Koscina tan peculiares en los setenta.
Se deja ver y aunque las dos juntas se pueden hacer un poco larga no es una exageración de metraje, al menos a mi no me lo ha parecido.
Me ha gustado mucho Laurence Harvey, soporta bien el peso de la cinta sin desgastarse demasiado.
Las batallas, las intrigas, los problemas sucesorios están muy bien tratados, con pausa y explicando bien las cosas, que en otras cintas de menor peso atómico no se hacen bien.
No puede decir que sea una película reconociblemente de Siodmak, ni mucho menos. Como tampoco lo es La Caída del Imperio Romano de Mann. Los Peplum es lo que tiene, la temática, la ropa, la historia no deja demasiado margen a la imposición de un sello personal. Sin embargo, Cleopatra sí es claramente una película de Manckiewich.