Sin hijos

Realizar una cinta en el cual todo componente del filme empate, es una labor compleja que todo director debe considerar para producir entre los espectadores los efectos esperados, caso que para «Sin hijos» una comedia romántica y sin pretensiones, logra acertadamente.

Bajo la dirección de Roberto Fiesco —a quien se le ubica desde «Quebranto»— se prueba desde la trinchera de un género mucho más relajado, al adaptar una obra de origen argentino para el contexto mexicano, la cual sigue derribando los roles impuestos a la mujer, en cuestiones de sexualidad, maternidad e independencia.

De esta manera la historia recae ahora sobre Fidel, un padre soltero y enfocado totalmente en el cuidado de Ari, una niña de 10 años que rompe con el esquema del egoísmo y por el contrario incita a su padre a darse una oportunidad con una nueva novia, aún a costa de ocultar su relación filial. Su contraparte es Marina, la nueva pareja de Fidel, una fotógrafa incapaz de establecer una relación formal por evitar al máximo cualquier tipo de atadura que coarte su libertad, entre ellas, los niños en el matrimonio.

Con un reparto ciertamente comercial, Fiesco, busca que la comedia sea natural, espontánea, de escenas lúdicas e inteligentes entre la menor y los adultos. De esta forma la pareja central se integra y proyecta lo requerido a cuadro, con un resultado bastante aceptable que nos lleva hacia un clímax metafórico sencillo y eficaz que clarifica la posición de cada uno de ellos en la relación.

El trabajo en la estética de la película está sumamente analizado, se encuentran todo tipo de elementos que enriquecen las escenas para conjugar lo retro con lo actual y no sólo derribar lo establecido, sino también fortalecer aquellos valores que las nuevas generaciones ya no se toman tan en serio.

Comedia rescatable.

Una historia pequeña, predecible y también insustancial. Un argumento con poco desarrollo, profundamente inverosímil... Producto de consumo para cuando no tienes nada que hacer, sin querer hacer nada.

Viendo películas como esta me lleva a reflexionar sobre lo difícil que resulta hacer cine... moverse por la autenticidad y resultar creíble. Netflix ha de rellenar demasiadas horas aportando productos, algunos de los cuales son muy parecidos a otros, e incluso parecen basarse en ellos. La dificultad estriba en la configuración y desarrollo de lo que ofrece.

SIN HIJOS aprueba con un 5 a fecha de mi comentario, entre los 30 usuarios que la han votado. No tiene críticas, la mía será la primera