Un hombre de suerte

Concebida como una continuación de "If...", puedo decir bien alto que "O Lucky Man" es una de las películas de mi vida. De esas que ves por primera vez y todo te parece brillante, distinto... como si el director con nombre de actrizucha pelirroja drogadicta se hubiese metido en tu cabeza y hecho un compendio de lo que te gusta: humor enfermizo, exceso, un trabajo de cámara acojonante, etc.

"O Lucky Man" es en cierto modo una mezcla salvaje de La Odisea (o mejor: El Proceso del Peregrino), los Monty Python y La Clase Dirigente. Ha habido muchas películas que disparaban con fusil al sueño americano, pero no tantas que lo hagan con el sueño inglés, el del monóculo, el té de las 5 y Charles Dickens. Y en años consecutivos Lindsay Anderson y Peter Medak (en La Clase Dirigente) van y lanzan dos cañonazos incontestables. Bravo por ellos. No es que crea que el cine inglés fuese demasiado acomodado o necesitase estos atentados, pero no viene mal un poco de irreverencia, de surrealismo y burla. El gordo Chesterton lo hizo en la literatura y Anderson, con sus películas y tambien con su parte académica y crítica, fue el abanderado de ese "nuevo cine inglés" de los 60-70, ese que produjo las citadas películas y otras tantas joyas como Billy Liar o "La Soledad del Corredor de Fondo".

Sobre la duración (más de tres horas) se ha dicho mucho, y poco bueno... yo puedo asegurar que tiene el record de "película más larga que he visto del tirón en la comodidad de mi hogar". Los diferentes episodios por los que pasa Travis pueden resultar cargantes para muchos, pero personalmente, además de parecerme un prodigio en todos los aspectos, me divierto como un enano siempre que vuelvo a verla.

Y voy a dejarlo ya, porque me veo capaz de empezar a comentar cada parte y eso, en una película de tres horas da para un ladrillo considerable.

P.D.:Miento, tengo que mencionar la banda sonora de Alan Price. Pegajosa a más no poder, acaba uno tarareandola varios días.

Su único delito: cumplir con su deber, querer tener éxito y hacerlo lo mejor posible parecen un leitmotiv propio de la hormiga en el capitalismo. Como reza uno de los títulos:
«Hay 3750 millones de seres humanos vivos en nuestro mundo a día de hoy (1973). 17 millones de ellos en la cárcel, aprendido a vivir una buena y útil vida detrás de los barrotes, los muros de piedra haciéndose mejores personas…»
…Y también con Michael. Con la comprensión y la compasión y un suntuoso gasto de dinero público, las autoridades de la prisión se dedican a hacer un hombre nuevo de él durante cinco años… y lo logran.

Tour de force el que sufre el personaje interpretado por Malcolm McDowell que empieza como comercial de una marca de café IMPERIAL y acaba siendo confundido por espía, escapando de un centro medico que hace experimentos a la isla del Dr. Moreau (cabeza de humano y cuerpo de cerdo) para acabar conociendo a la hija hippie de un hombre poderosísimo que utiliza como cabeza de turco para trapicheos y comercio ilegal de oro. Al pobre le cortan las manos al principio de la película por robar café en una secuencia muda. Castigo para el pobre que se alimenta fuera de los círculos preestablecidos por el sistema y futura marca que veremos a lo largo de toda la película.

A tener en cuenta la aparición de una jovencísima Helen Mirren y música y actuaciones de Alan Price que, para ser sinceros, rompen un poco el ritmo de ya de por si larga película de 183 minutos. Hay secuencias como la de ese juez que se despelota en pleno juicio (solo aparece mientras delibera el juzgado) y para que le fustigue la asistente. La acción e historia siempre se repite: da lo mismo ser desafortunado o afortunado si el final del camino es el mismo, la ausencia de libertad.

Cuento donde la princesa acaba siendo vagabunda, crónica de perdedores y culpables, como Travis intentando convencer a los vagabundos antes de ser perseguido por ellos. Adaptación libre sobre el Cándido de Voltaire que divaga entre lo grotesco y el esperpento british. Las insignias políticas entre lo polite, lo conservador y lo fulminantemente capitalista difiere en una tesis cinematográfica sobre la risa, la guasa y la masa capital.

Sin duda este hombre nunca me defrauda, cada día me asombro más de lo versátil que es. Olvidaos de una maldita vez del Alex DeLarge de la Naranja, que aquí el señor Malcolm lo peta aún más con Mick Travis. La historia que nos cuenta esta cinta es sublime, con un McDowell la mar de inocente y tierno, que nos lleva con él de aventuras a través de la Inglaterra de los 70 y que no hacen más que pasarle cosas extrañas, metiéndose cada vez más en algún que otro lío. Parece irónico que la película se llame "Un hombre de suerte", porque a Travis (McDowell) no hacen más que pasarle desgracias. La música de Alan Price es el alma del relato, que explica muy bien lo que le va sucediendo al protagonista, muy pegadiza por cierto. Puede que a algunos se les haga "pesada" por lo larga y rara que es, pero para a los amantes del cine surrealista será una delicia. También aventuraría a decir que podría ser una película familiar, aunque no apta para niños pequeños. Sin duda mi pelicula favorita de McDowell, lástima que lo hayan catalogado en papeles perversos (aunque lo haga igualmente genial), cuando en esta pelicula se puede ver que este actor puede interpretar lo que sea y muy bien.

Hace unos días pude revisar esta gran película que tenía olvidada, pues la ví por primera vez cuando era niño y no supe captar(obviamente)el buen trabajo que ostenta.
El paso del tiempo le da a uno la capacidad de ¨entender¨de que va esta sociedad, con sus reglas, sus injusticias y sus manipulaciones... y de como se nos mantiene al margen del verdadero poder del ser humano(sobre todo cuando este se organiza)mal educándonos para la competición en vez de para la cooperación.

Para mi estamos sin duda ante una gran película, transgresión en clave de humor y dosis de ¨verdad¨, esa verdad que pone a cada cual en su sitio. Hay para todos, para los voraces empresarios, para los corruptos gobiernos, para la distorsionada educación, para la obsoleta religión.......y para ¨el hombre¨ adocenado que traga mierda hasta la saciedad sin saber muy bien porqué.

Cine arte para personas inconformistas, inquietas, curiosas, sensibles y soñadoras. Abstenerse por completo amantes del cine ¨comercial ¨norteamericano que ocupa el 99% del espacio cultural(tristemente).

Malcolm es un actor genial.

Michael Travis (Malcolm McDowell) es un vendedor de café que se encuentra en entrenamiento con la distribuidora “Café Imperial”, por un golpe de suerte tendrá que iniciar labores en dicha empresa antes de concluir su preparación.

Esa es la excusa con la que Anderson arranca este hilarante film, pero que pronto quedará atrás, debido a que se va desviando dicha trama, ya que irá presentando diversas situaciones de índole onírica y fantasiosa, es como ver episodios donde se resalta algún tema.

Es un manejo ciertamente interesante, puesto que el director en conjunto con David Sherwin -su guionista habitual- van haciendo sátira y crítica de una diversidad de temas, la opresión policial, la dualidad política comunismo/capitalismo de dicha época, la religión, la medicina, el cinismo empresarial y la guerra.

Todo dentro de la fundamentación de que el éxito se debe buscar y conseguir sin importar como, desde el inicio y a lo largo de todo el metraje hay una crítica constante al capitalismo y a su forma de producción y explotación.

McDowell sin duda alguna lleva el peso de la labor actoral, pasando en pantalla durante casi toda la película, un punto a destacar es que el grupo de actores tienen varios papeles a lo largo del film, otro ejercicio bien interesante.

Destacar la utilización musical, a cargo de Alan Price (otro recurrente en la filmografía de Anderson) que va acorde con la crítica que se hace a lo largo de la película, uno de los puntos más altos y que se va presentando con un grupo que va tocando cada cierto tiempo.

El pecado que tiene O Lucky Man! es su excesiva duración de tres horas, realmente se siente bastante cómo se extiende de más, pudo haberse acortado o alguna de las situaciones que suceden se pudo haber suprimido.

Con todo y esto estamos ante un film lleno de muy buenas intenciones, divertido y surrealista, bastante llamativo, ingenioso e imaginativo.