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Conspiración (TV)

Drama El 20 de enero de 1942, líderes del partido nazi y oficiales del gobierno alemán mantuvieron una reunión secreta en las afueras de Berlín para planificar la llamada "solución final", es decir el exterminio de los judíos. Esta película es una recreación histórica de la Conferencia de Wannsee, presidida por Reinhard Heydrich, general de las S.S. y máximo responsable de la seguridad del Tercer Reich. (FILMAFFINITY)
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
21 de septiembre de 2006
88 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aquel 20 de enero de 1942 se produjo una reunión en una mansión de una villa al sudeste de Berlín que haría que la historia del pueblo judío, de Europa y por lo tanto del Mundo cambiara radicalmente.
Aquella reunión convocada por quizá el más siniestro, pero también uno de los más estimulantes nazis de la época, Reinhard Heydrich, y organizada por el coronel de las SS Adolf Eichmann es contada de forma brillante en esta película producida para televisión del año 2001 y dirigida por Frank Pierson.
"La solución final", título mucho más acertado en español que el original "Conspiracy" (claramente pensado en atraer al anglosajón medio que de historia sabe tanto como yo de frenos de bicicletas) habla de como se fraguó la matanza sistemática y organizada del Holocausto judío. Pero lo hace sin sensacionalismo, si caer en el emotivismo barato que tanto abunda.
Ni tampoco pretende presentar a los nazis como seres diabólicos con rabos y cuernos. Al contrario, fuman, beben, comen, ríen, se enfadan, escuchan música, como hacemos nosotros.
La diferencia es que ellos lo hacen mientras hablan con total naturalidad de como van a eliminar a millones de personas.

La película está sustentada en un guión francamente bueno, sin artificios, pero no es una película de masas. No hay tiros ni explosiones ni gente gritando, sino gente pensando y hablando, no es por tanto una película de masas ni de fenómeno mediático. Con gran rigor histórico y verosimilitud en la recreación de las partes que no sabemos.

Frank Pierson -guionista de gente como Alan J. Pakula, Norman Jewison o Sidney Lumet- el director es el culpable de que aquello funcione, porque se limita a contar la historia, aprovecharse de los magníficos actores y poner la cámara donde mandan los cánones. Otros directores jovenzuelos les daría por buscar planos raros. Craso error.

Maravillosa fotografía de Stephen Goldblatt ("Cotton Club" "El secreto de la pirámide") que le saca partido a unas lentes simples mientras que otros necesitan filtros para hacerse los interesantes.

Pero donde encontramos como era lógico el poder de una película con corte teatral es inevitablemente en los actores, con unos Stanley Tucci y Kenneth Branagh portentosos y unos secundarios convincentes y discrepantes con la autoridad en varios casos aunque un tanto más definidos y caricaturescos.

Por cierto existe una película alemana "La Conferencia Wannsee" de 1984 que habla también del tema, aunque esta es mucho mejor sin duda.

Sólo para paladares sibaritas e interesados en el tema.

Muy Buena: 8,3
vircenguetorix
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30 de octubre de 2008
45 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un producto de la HBO, aunque sea un telefilme, siempre es algo que cuidan hasta el detalle. Y en éste se nota este esmero, aunque no necesitase una elaborada producción. Sólo una mansión, un buen guión y unos cuantos actores competentes.

Y realmente se logra el propósito. Más que una reunión para decidir el destino de millones de personas, parece que entras en una reunión burocrática de cualquier ministerio o empresa. No hay odio, sólo intereses. No hay pasión, sólo es un trámite administrativo. No hay ni siquiera una lucha por un malvado ideal, sólo es un papeleo más. Es lo que Hannah Arendt llamaba con acierto "la banalidad del mal". Y por eso horroriza más.

La estructura es muy teatral, pero poco a poco logra captar tu atención demostrando como se puede preparar un infierno en la tierra... con sólo un bolígrafo.
Gilbert
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11 de abril de 2007
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Además de lo que nos expone Vircenquetorix, a lo cual me sumo, quisiera aportar que es una película de obligado visionado para todas aquellas personas que quieran entender que pensaban los nazis respecto de los judíos.
Desde el punto de vista técnico y consultando bibliografía sobre las SS, se observa en la película que el director ha cuidado hasta el último detalle la uniformidad de los miembros de las SS y del partido que participan en la reunión. Y los datos que facilitan son ciertos y fácilmente comprobables.
Sin duda alguna una película que no debemos de pasar por alto entre las muchas que hay sobre el holocausto de los judíos a manos de los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

Excelente sin duda alguna.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
vicentin
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16 de abril de 2007
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas en las que la calidad, propiamente dicha, no es lo más importante. Lo que las hace necesarias e imprescindibles es su contenido, que nos cuenten algo que todo el mundo, sin excepción, debería saber.

Este es el caso de "La solución final". Nos hallamos ante un telefilme denso y discursivo, de hecho, practicamente podríamos hablar de teatro filmado (si no fuera por alguna localización exterior), cuyas formas recuerdan, por momentos, a "12 hombres sin piedad". Y curiosamente de eso va el film, de mostrarnos como unos hombres, cultos en su mayoría, decidieron no sólo con frialdad, sino que en algunos casos hasta con entusiasmo, la eliminación física de millones de personas.

Por eso el visionado de esta película es imprescindible, porque nos muestra hasta que punto puede llegar la crueldad humana, hasta donde pueden llegar los horrores que somos capaces de perpetrar. Y todo explicado sin efectismos, sin dramas, ajustándose perfectamente al frío mecanicismo nazi y lo más importante, con gran rigor histórico.

"La solución final" no es la mejor película bélica que se ha hecho, ni tan siquiera la mejor película sobre el nazismo, pero constituye un valioso documento, que debería verse obligatoriamiente en todas las escuelas. Quizás sería un gran método de prevención contra la intolerancia y la barbarie.

Lo mejor: Su rigor histórico
Lo peor: Que su academicismo pueda aburrir a profanos en la materia
LennyNero
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11 de abril de 2011
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La solución final” se rodó en la misma mansión donde una conferencia puso en marcha el Holocausto. Y dura lo mismo que aquella: 96 minutos. A pesar del corsé de la veracidad histórica, la película narra algo más que una simple reunión.

Narra un conflicto de poder. Tenso desde el inicio. Ante la pregunta, un SS responde que las reuniones son “para consolidar el poder”. Por un lado, los intereses de burócratas y políticos para conservar sus menguadas prerrogativas jurisdiccionales. Por otro, la presión de las SS de militarizar por completo el Estado nazi. Una presión personificada en el general Heydrich (Kenneth Branagh).

Lo apasionante es el impecable retrato psicológico. Heydrich, “el carnicero de Praga”, está caracterizado con aires de aristócrata. Ostenta buen gusto. Declara con carisma querer llegar a un “acuerdo”, aunque trata a sus interlocutores como sirvientes a los que hace callar. Y a los de mayor rango y prestigio los somete con sonrisas de elocuente amenaza. Y eso que Schubert le rompe el corazón.

La reacción de burócratas y políticos ante el desprecio de Heydrich es también significativa. Se reprimen. Agachan la cabeza. Y a quienes se oponen, Stuckart (Colin Firth) y Kritzinger (David Threlfall), Heydrich les “ruega una disculpa”. Al resto les queda el estupendo servicio, sonreír a la única muchacha del lugar (una dama de servicio) y disfrutar de los cigarros y el vino, “como hacen los directores de IG-Farben”. Consuelos pequeñoburgueses.

Discusión sólo en apariencia, porque la decisión está ya tomada de antemano, los argumentos en contra de la “evacuación” son fútiles. Tanto frente al respeto a la legalidad como a la conveniencia laboral para la economía bélica, el Holocausto se manifiesta como “más que una guerra”… “como un caos”. La irracionalidad absoluta del mal.

En esta infernal reunión, el mundo se pone al revés. Las palabras enmascaran la verdad. “Aprendí a desconfiar de las palabras”, observa Lange (Barnaby Kay). Aquí, “acuerdo” significa imposición. “Evacuación”, asesinato. “Legalidad”, segregación. “Plan cuatrienal”, esclavitud. “Ruego que me disculpe”, una amenaza. La “intolerancia al cigarro” de Hofmann (Nicholas Woodeson) encubre su horror ante la revelación de que los cuerpos “se vuelven rosa”. Lange, un abogado justamente convertido en SS, lo resume perfectamente: “Un fusil dice lo que piensa”.

Los augurios no pueden ser más sombríos para Kritzinger: “Pronto oscurecerá aquí”. Y de nuevo, la respuesta tampoco puede ser más irónica: “No se preocupe, doctor, para primavera todo habrá mejorado”.



Película infravalorada. Reparto y puesta en escena teatral y bien efectuada. Guion inteligente, frases contundentes y personajes notablemente definidos. Recomendable para aquellos a los que les interese el tema de la “banalidad del mal”.
Especialista Mike
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