Sara, una estrella

El sonido es realmente aborrecible. Si al ruido del ambiente, mayormente tráfico, le sumamos la reverberación natural de una sala, diálogos de sobremesa que se pisan unos a otros, cortes y saltos de lo más sorpresivos y a destiempo y frases repetitivas (porque el elenco estaba ya demasiado mayor o es que directamente no tenían nada que decir) propias de un diálogo de besugos, tenemos esta abominación de hora y media que pretende rendir culto a la figura icónica de Sara Montiel. Sara aparece a ratos, no se sabe si borracha, si drogada o vete tú a saber qué, pues su ritmo del habla es tan lento, monótono y pausado que exaspera, aunque en otros momentos se la puede ver ágil y vivaz. Un auténtico despropósito. Encima, para colmo de males, en los créditos de la ficha no aparece Sandra Almodóvar... muy mal, FilmAffinity, MUY MAL...