Terror en el instituto

De entre los llamativos trabajos con que inició su carrera interpretativa George Clooney destacan un par de cintas de terror con aroma a serie B: El retorno de los tomates asesinos (Return of the Killer Tomatoes!) y la que nos ocupa. La primera era la secuela de una bizarrada que (incomprensiblemente) alcanzó la categoría de película de culto, mientras que esta otra se asemeja más a cualquier típico slasher de los ochenta.

Lo curioso de este largometraje es que mezcla realidad y ficción, puesto que su trama narra los asesinatos que ocurren durante el rodaje de una película que a su vez se basa en unos terribles sucesos que tuvieron lugar en el mismo lugar.

A pesar de su interesante punto de partida, la narración acaba resultando de lo más farragosa (la línea que separa realidad y ficción es demasiado difusa), las actuaciones son decididamente malas y los diálogos provocan vergüenza ajena (atención a cuando dos de los personajes encuentran un pasaje secreto). Tampoco el clímax final es demasiado satisfactorio. Lo mejor: el esqueleto vestido de animadora que aparece en el cartel de la cinta.