La isla del castigo

Un hombre, Saburo (Akira Nitta) llega a unas pequeñas y remotas islas del archipiélago japonés, regresa luego de muchos años y de haber sido dado por muerto, en su adolescencia fue enviado a este lugar tras pasar por un reformatorio, junto con sus compañeros era obligado a realizar trabajos forzados, además de que era brutalmente agredido.

Regresa en busca de venganza en contra de Otake (Rentaro Mikuni) que tanto daño le ha hecho en su adolescencia, un tipo de la policía militar que era impecable pero en el presente se encuentra viejo y desgastado, ha dejado esa vida de lado viviendo con Aya (Shima Iwashita) su joven hija.

Sin embargo, para el espectador esta es solo una parte del filme, con el avanzar del metraje se develarán razones más profundas para ver el accionar del protagonista, que va más allá del motivo antes mencionado que era más que suficiente para querer venganza, Shinoda lo va revelando con una buena dosis de intriga.

El filme se desenvuelve entre los flashback narrando los hechos vividos por Saburo y la condición deplorable en su juventud, mientras en el presente se mueve en la isla contactando personajes que va conociendo, además de otros que va redescubriendo del pasado, mientras intenta dar con su némesis.

Una obra correcta, que no ha envejecido tan mal, pero que no es relevante en su conjunto.