Camino a Marte

Prolífica la carrera del realizador mexicano Humberto Hinojosa Ozcariz, quien suma ya 4 largometrajes en apenas 5 años, todas ancladas en muy diferentes géneros, y que tienen en común ser buenas ideas que terminan mal ejecutadas. Es el caso de ‘Camino a Marte’.

Emilia (Tessa Ia) es una enferma terminal que está internada en un moderno hospital, donde lleva una buena relación con el personal, Violeta (Camila Sodi) es su amiga, quien llega por ella para sacarla del hospital para iniciar una aventura viajando en auto a Balandra, la playa favorita de Emilia.

Ante la amenaza de una tormenta tropical que se acerca, emprenden el viaje por carretera, en la que en algún punto coincidirán con Mark (Luis Gerardo Méndez), un extraño joven al que deciden llevar para salvarlo de una golpiza, y quién dice venir desde otro planeta que ha llegado a la Tierra para exterminar a la humanidad.

Con el formato de una road movie, la película fusiona un drama entre dos amigas viviendo una situación de despedida ante la enfermedad de una de ellas, con una historia que involucra tintes de ciencia ficción, pero que en el medio suceden diversas situaciones que no tiene mayor repercusión en el desarrollo de la trama.

Si bien de inicio la idea parece potente, esta fácilmente se agota ante el pobre desarrollo de los personajes, y sobre todo con la infaltable inserción de una historia inevitablemente típica de comedia romántica que desbalancea la principal línea argumental, a la que poco ayuda las interpretaciones ramplonas de sus protagonistas, sobre todo una inexpresiva Camila Sodi más preocupada en buscar conseguir el acento norteño sin lograrlo, y un Luis Gerardo Méndez acartonado.

Fallida en su resultado final, ‘Camino a Marte’ es otra muestra del posible talento de su director, latente pero que sigue sin conseguir una buena película que lo reafirme.

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Era una propuesta arriesgada que no se consigue porque los personajes no tienen fuerza. Hay secuencias que no entiendes qué hacen ahí, errores de eje y de edición que hacen que el discurso llegue debilitado. Falló el intento.

Viernes 8 de diciembre, Cinépolis Torres Lindavista. Se anunciaba con antelación y como pocas películas mexicanas el estreno de la presente —supongo tiene que ver con el actor principal, quien a través de las redes sociales convocaba al público para su asitencia a las salas el día del estreno.

Una cinta que flaquea desde su inicio, con una tercia de personajes que no proyectan veracidad, el encuentro de la dupla con un tercero es fortuito, sin embargo conforme transcurre el avance del largometraje, se nota una ausencia de fortaleza sobre lo pretendido en proyectar por parte del director y las mencionadas cuestiones de interpretación de su elenco.

En resumen, juego de palabras ingenioso, con grandes aciertos, música y fotografía; la parte esencial es pretenciosa y muy fugaz para referenciarla como la película suceso de 2017.