Pro-Vida (Masters of Horror Series) (TV)

“Pro-Life” puede defraudar bastante a aquellos que tienen a “El fin del mundo en 35mm” en un altar rodeado de otras numerosas estampas santificadas del autor: “Asalto a la comisaría del distrito 13”, “La noche de Halloween”, “La niebla”, “La cosa”, “El príncipe de las tinieblas” y “En la boca del miedo”. Y precisamente este nuevo episodio de Carpenter para “Masters of Horror” parece un recopilatorio de todas ellas: encierro forzoso de unas personas bajo el asedio de unos fanáticos y otro invitado en el interior.

No sé si Carpenter añade a la mezcla “La semilla del diablo” o arrastra ciertos elementos explorados en “El príncipe de las tinieblas” pero me queda claro que como entretenimiento funciona a la perfección. También es bestia (esas hiperbólicas explosiones de cráneos), invoca el espíritu de la Serie B en sus influencias e introduce mensajes sociales en su apuesta.

Es más que suficiente para un autor que parecía desorientado con “Vampiros” y “Fantasmas de Marte” pero finalmente el resultado es escaso para los que le seguimos y admiramos sus mejores propuestas. ¿Fallida? Simplemente se queda en un añadido a su interesante filmografía, aunque al menos Carpenter imprime su sello al episodio sin arriesgar prácticamente nada. Algo que no ocurrió con la mejor pieza del festín hasta el momento: “El fin del mundo en 35mm”.

Un apunte: pocos directores en la actualidad (Cronenberg sería otro ejemplo) pueden provocar tensión en el espectador con un simple coche parado en una carretera.

Aún no he podido ver la aclamada "Cigarrete Burns", el episodio de Carpenter para la primera temporada de Masters of Horror, pero al menos espero que sea mejor que esta "Pro-Life", una brutal sátira al aborto que acaba por convertirse en un desfile de clichés con algunas escenas extremadamente fuertes y una bizarra puesta en escena. La historia, como puede leerse en la ficha, nos narra como dos médicos encuentran en la carretera a una joven que se descubre como embarazada en una clínica de aborto. Con el deseo de acabar con la vida de su feto por un traumático suceso con el padre de la criatura (literal, criatura), los doctores descubrirán cosas que jamás habrían imaginado. El otro lado de la historia lo representa Ron Perlman en el papel de padre, que guiado por Dios, intentará evitar a toda costa que su hija aborte.

Bien: La película es bestia, con escenas tremendamente exageradas (cabezas explotando, torsos abiertos, monstruos diseñados por autores de cómics underground, etc), pero al menos entretiene. Desde luego como crítica funciona, pero es tan serie B/Z y está tan exagerada, llegando a ser casi un cómic con factura troma, que no se puede tomar en serio. Desde luego no es una gran obra y me parece una regular forma de narrar la historia del episodio, pero de lo que he visto de Masters of Horror temporada 2 es una de las más entretenidas. Para muy, muy frikis de Carpenter...

John Carpenter, autor de joyas como "La Cosa" o "1997: Rescate en Nueva York" nos dio en la primera temporada de Masters of Horror uno de los mejores capítulos: "El fin del mundo en 35 mm". En cambio, este "Pro-Life" es el más flojo de los que he visto de la segunda temporada junto a "Dream Cruise" de Norio Tsuruta. El argumento no está mal, hay escenas gore que están bien y el demonio que sale al final está bastante bien hecho y mola, pero es un poco absurda y en conjunto no convence del todo. Pero eso sí, como entretenimiento funciona bastante bien ya que no te aburres ni un momento, además de que tiene algún guiño a otras pelis de Carpenter como "Asalto a la comisaría del distrito 13" (Clínica abortista, en este caso). Y los actores por lo general son desconocidos (aunque lo hacen bastante bien) excepto el genial Ron Perlman ("Cronos", "Hellboy", "Desesperación"). Vamos, que no es la bomba y es muy inferior a otros films de Carpenter, pero se deja ver.

Como suele pasar en esta serie (tanto que empieza a ser molesto), las películas-capítulos comienzan mejor de lo que acaban, es decir, crean unas expectativas que luego no cumplen para nada. El caso que nos atañe no es distinto ni mucho menos. El film comienza bien, incluso cuenta con la participación de Ron Perlman, que ya de por sí es un plus, pero pronto se torna una locura sin pies ni cabeza. Lo que era tensión se convierte en sangre; lo que era originalidad, en tópicos. Como toda la saga se deja ver, pero no debe esperarse mucho de ella.

Carpenter continúa con su resurrección cinematográfica, definitivamente. Si con "Cigarette Burns" lograba el mejor capítulo de la primera temporada de "Masters of Horror", con este "Pro-Life" no va desencaminado. Si en aquel gran episodio se movía por los terrenos de lo desconocido, de lo sobrenatural y lo insinuante, en este da un giro de unos 130º. Hay un componente sobrenatural, sí, pero no cobra tanta importancia ni es tan aterrador como lo era en CB.

Aquí tira más hacia lo gráfico, hacia lo violento y hacia la serie B, donde parió grandes obras, como "Asalto a la comisaría del distrito 13", con la que guarda bastantes similitudes. Son apenas 10 minutos de metraje, y Johnny nos mete de lleno en un tour de force tremebundo, en el que los nervios se agitan y, de forma magistral, nos mezcla el asalto a la clínica con la historia de la chica embarazada. La música también se adueña del espectador, sonando la misma monótona melodía durante más de 20 minutos ininterrumpidamente, y no solo no molesta, sino que resulta un gran aliciente.

Esa mezcla de violencia gráfica con cabezas estallando, torturas*, disparos (y no hay tanto de estas cosas, que conste, hay mucha menos acción de la que parece en un primer momento), combinado con ese terror psicológico de no saber lo que va a ocurrir con el embarazo.

En medio de este fregado, tenemos personajes bastante insulsos, porque no decirlo, en un bando, y por el otro, personajes cínicos e hipócritas encabezados por el gran Ron Perlman, que para evitar un asesinato, matará a todo el que se ponga por medio. Palabra de Dios...

Pero si en CB, el fallo llegaba cuando se adueñaba el terror gráfico (gore) del metraje, aquí es al contrario. Pega un bajón cuando el gore y el bizarrismo de serie B se termina, y toma poder la faceta más sobrenatural, que acaba por ser insípida y sin tener tanta gracia y gancho como la otra**. Mientras tanto, un ejercicio de suspense y terror del "guay" brillante, combinando bastante bien el gore y lo grimoso con lo psicológico. Espero que haya más y más temporadas de los "Masters" sólo por Carpenter, la verdad.