A través del Carmel

A la hora de valorar una película, más allá del interés que se sienta por la historia que se cuenta o el género a la que pertenece, siempre hay un factor añadido, la dificultad en su realización. A través del Carmel, documental galardonado con el premio Ciutat de Barcelona, rodado en 2006 (concretamente en las dos horas que van de las 16h a las 18h del 10 de febrero de ese año) en un solo plano secuencia y que muestra la cotidianidad de la vida de este barrio obrero de Barcelona, las diferentes procedencias de sus habitantes, sobretodo de las clases más humildes, se presta sobre todo a esta última valoración.
Y es que hay que ser un valiente para rodar en un solo movimiento de cámara una historia como ésta en un barrio como éste, con sus calles empinadas no aptas para piernas poco ágiles y vehículos de poca potencia. No olvidemos que estamos frente a la montaña del Tibidado.
Dos cineastas nos habían demostrado hasta ahora, la enorme dificultad que supone rodar en un solo plano secuencia. Alfred Hitchcock en La soga (1948) y Alexandr Sokurov en El arca rusa (2002), en el primer caso la representación de una obra de teatro sobre la historia de un crimen nos mantenía pegados a la butaca gracias a su intenso suspense, en el segundo la historia de Rusia a través de un viaje por el interior del museo del Hermitage de San Petersburgo no defraudaba a nadie que tuviera un mínimo de interés por el arte.
Aunque parezca difícil mantener el interés en el espectador con una película coral que se limita a mostrar la vida tal cual es en los diferentes lugares de este popular barrio, hay que reconocer que el polifacético artista Claudio Zulián lo consigue sólo por el hecho de mezclar de forma muy conseguida las conversaciones con sus diferentes habitantes y la gran coreografía de sus imágenes que nos muestran la voz colectiva de un barrio injustamente castigado por el accidente de las obras de ampliación del metro del año 2005 (sigo en el spoiler).

Comentar que el film se estrenó en 2009 aunque con una distribución bastante limitada, he podido descubrirlo gracias al excelente programa Sala33 de la Televisión de Cataluña.
Que viva el documental!