Obsesión peligrosa

Inconclusa. Protagonista cincuentañero de personalidad tímida e indescifrable se enamora de su joven vecina. El desarrollo es muy lento pero intrigante. Sin embargo el desenlace es fatal. No ofrece ningún giro argumental y deja casi todas las cuestiones sin resolver. Una pérdida de tiempo.

La sinopsis provista por Filmaffinity para esta película es más bien un resumen de principio a fin de la misma. Y es que este thriller es demasiado plano, sin sorpresas ni giros inesperados. El protagonista hermético e inexpresivo interpretado por William Fichtner se equivoca en prácticamente todas sus decisiones, a pesar de las continuas advertencias de su esposa termina optando por su calamitoso instinto.
No es que haya situaciones inverosímiles, si no que los hechos puntuales que cambian el rumbo de la trama son un tanto forzados (algo tenía que pasar, si no no sería una película) como si fueran encaminados a la resolución más básica para esta historia.
Así que después de verla llegué a la conclusión de que a los vecinos mientras más lejos mejor y que cada uno se tiene se tiene que ocupar de sus propios asuntos, lástima que el protagonista no lo entendió así.

Carece de argumento, ritmo, actuaciones convincentes, música adecuada, suspenso, humor, y todo aquello que una película puede aportar, aunque sólo sea para pasar un buen rato.

El actor principal es insoportable, no transmite nada, nunca; encima la cámara lo sigue en todas las rutinarias actividades que emprende, está presente en casi todo el metraje. Lo peor es que la gente que escribió este engendro me robó más de una hora y media de mi tiempo y no sé donde los puedo demandar. Apenas me entere, recibirán la notificación.

Aviso a los navegantes: huyan de este atropello, protejan sus neuronas. Más en spoiler.

No hay que subestimar esta película. Tiene como virtud un análisis psicológico de los protagonistas y pone de manifiesto la conjunción de circunstancias que pueden darse en la vida real con consecuencias trágicas. Hay que andarse con cuidado con esas obsesiones que acarrean un peligro.

El título en español encaja perfectamente, uno se arriesga al meter las narices en asuntos que a uno no le competen. No es bueno jugar con fuego y es el pecado del protagonista, pero ¿quién podría sustraerse a los sensuales ojos de Jessica McNamee? Ella representa bien su papel de mujer juvenil, con esa pizca de inocencia que es lo que seduce al protagonista, un hombre atrapado por la monotonía de un matrimonio infeliz, apagado, decadente.

Hay una añoranza de juventud, un anhelo de vivir una última aventura antes de irse del show de la vida. El protagonista principal está obsesionado por la súbita aparición de sus jóvenes vecinos, él cree necesitar una inyección de vitalidad representada principalmente en la hermosa y sexy vecina, que despierta sus más libidinosos y ocultos deseos, los cuales trata de reprimir para no romper con los convencionalismos.

Se hundirá así en un torbellino de sentimientos y pensamientos que no lo dejarán tranquilo, él no es nada frente a circunstancias que lo van llevando hacia un final trágico y un tanto imprevisible. Su error principal fue desconocer la volubilidad femenina, enamorarse y crear castillos en el aire, lo que sería su ruina.